🔘 Hay incertidumbre en
el sector por las decisiones del presidente estadounidense, que provocaron el
repudio mundial y la caÃda en las acciones de General Motors y Ford
Por Staff de Redacción
REPORTE ESPECIAL (27/Marzo/2025).- La
industria automotriz de Norteamérica atraviesa por uno de sus momentos de mayor
incertidumbre, pues el presidente estadounidense, Donald Trump, ha cambiado
constantemente las polÃticas arancelarias de su paÃs.
Trump emitió el miércoles una orden
ejecutiva que impone un arancel de 25% a los vehÃculos que no se fabriquen en
Estados Unidos, aunque el gravamen aplica únicamente al contenido o componentes
no estadounidenses en cada vehÃculo.
Esta orden es contraria a la que emitió
el 4 de marzo, cuando activó aranceles para todos los productos provenientes de
México y Canadá, pero el 5 de marzo exentó del impuesto a todos los vehÃculos
que cumplen con la regla de origen del Tratado entre México, Estados Unidos y
Canadá (T-MEC).
Estos cambios generan incertidumbre y
parálisis en las inversiones del sector automotor, pues no hay certeza de lo
que ocurrirá el próximo 2 de abril, cuando hará otros anuncios sobre tarifas,
ni con el T-MEC.
Armando Soto, director general de la
consultora Kaso y Asociados, dijo que esta incertidumbre paraliza las
decisiones de inversión y crea un temor a revivir incrementos de precios que se
consideraban ya superados tras la pandemia, cuando hubo escasez de chips.
“Es una incógnita si se va a llevar a
cabo todo esto, porque la forma de operar [de Trump] es ‘lanzo la piedra y
espero a ver la reacción’. A ver quién se asusta y cancela un proyecto en otro
paÃs y lo pone en Estados Unidos, pero esas decisiones no se toman de la noche
a la mañana y no se ejecutan de un año a otro. Toma de cuatro a cinco años
instalar una nueva planta”, explicó.
“Anuncios de nuevas plantas, ahorita
no. Si hay proyectos de nuevas plantas van a esperar, como la de BYD, que desde
que llegó a México dijo que sà querÃa poner una planta aquÃ. Su objetivo
también era exportar a Estados Unidos aprovechando el T-MEC, pero si ese
acuerdo va a desaparecer, es normal decir que vayan a esperar, porque si bien
México es un mercado importante, hasta ahora no han tenido problema en
abastecerlo con importaciones”, agregó.
Ante este escenario, Alberto
Bustamante, director adjunto de la Agencia Nacional de Proveedores del Sector
Automotriz, consideró urgente que México firme cartas paralelas, tal como lo
mencionó ayer el secretario de EconomÃa, Marcelo Ebrard, pues si esa
metodologÃa regirá el comercio automotriz con Estados Unidos, tiene que quedar
por escrito de manera paralela al T-MEC.
Asà se evitarÃa que Trump vuelva a
cambiar su polÃtica arancelaria más adelante.
Empresas vulnerables
Según Kaso y Asociados, las armadoras
que enfrentarán un mayor escrutinio sobre el origen de sus componentes son BMW,
Mercedes Benz, Volkswagen y Audi.
General Motors, Ford y Stellantis
también enfrentarán retos cuando se implemente el arancel a autopartes, pues
muchos componentes los fabrican en México y Canadá.
“De seguir asÃ, esto definitivamente va
a frenar inversiones en un entorno donde en la parte macro la economÃa se está
desacelerando, la inversión viene cayendo desde finales del año pasado y se
consolida esa caÃda al cierre de este mes. Si se ejecutan aranceles
generalizados los siguientes meses llevará a la economÃa a una recesión sin
lugar a duda, sin especulaciones”, aseguró Soto.
Más burocracia
Con el método propuesto el 26 de marzo
para calcular los aranceles, ya no se aplica la regla de origen del T-MEC que
indica que, para exportar un vehÃculo a Estados Unidos libre de arancel, debe
estar fabricado con 75% de partes hechas en Canadá, Estados Unidos y México.
Ahora ya no importa ese 75% de
contenido regional, sino que el resto que venga de otro paÃs pagará un arancel
de 25%.
Y si 25% viene de Canadá, otro 25% de
México y otro 25% de Estados Unidos, el arancel lo pagan todos los componentes,
menos lo que viene de Estados Unidos, detalló Bustamante, quien también fue
director general de la Industria Nacional de Autopartes (AMIA).
AsÃ, los fabricantes de vehÃculos y de
autopartes tendrán que demostrar con un certificado de origen cada una de las
partes que contiene un vehÃculo. En el caso de las autopartes, tendrán que
presentar certificados de origen de cada uno de los componentes que utilizan e
incluso del origen de las materias primas.
“Es mucho papeleo, pero las empresas ya
están acostumbradas, y lo revisarÃa la Oficina de Aduanas y Protección
Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés). Ellos revisan cada cosa que entra a
EU”, apuntó Bustamante.
Oscar Silva, socio especialista en la
industria de manufactura en Roland Berger, dijo que certificar el contenido
estadounidense no es difÃcil porque cada producto especifica de dónde viene.
Reportarlo serÃa más burocrático, pero no imposible, agregó.
Con información de El Universal.
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