ESTRICTAMENTE PERSONAL
❍ El fracaso de Osorio Chong
1ER. TIEMPO: Los arrepentidos tienen
que resignarse. Los oyeron pero, como en el gobierno del presidente Enrique
Peña Nieto no se ha dado aún el milagro de la rectificación como
reconocimiento de un error, no los escucharán. Las cúpulas empresariales están
suplicando un cambio de dirección en la política de seguridad porque no sólo
han perdido varias decenas de miles de millones de pesos por la ausencia de ella,
sino porque cada vez están notando, como dijo el presidente del Consejo
Coordinador Empresarial, Juan Pablo Castañón, ingobernabilidad.
Hace un mes hablaban de dos entidades, y ahora ya suman otras cuatro. La cuenta
sigue. Los empresarios del país le pidieron al Presidente, para empezar, que
separe a la Policía Federal —¿se les habrá olvidado que depende de la Comisión
Nacional de Seguridad— de la Secretaría de Gobernación y que regrese a ser como
estuvo hasta el gobierno de Felipe Calderón, dos entes separados.
Se arrepintieron de haber apoyado la medida para fusionarlos bajo la égida del
secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong porque,
han caído en cuenta, no funcionó. El secretario, sin responderles directamente,
reitera que sí ha funcionado la fusión. Pero de lo que nadie habla es que la
fusión de las dos dependencias no tuvo que ver necesariamente con la seguridad,
sino con el control político. Osorio Chong no tenía claro qué
hacer, pero tomó el consejo del secretario de Gobernación de Vicente
Fox, Santiago Creel de que la absorbiera. Creel le
contó cómo cuando se separaron, él perdió el control político sobre Ramón
Martín Huerta, el primer secretario de Seguridad Pública, y que
desaparecieron sus herramientas represivas para ejercer la gobernabilidad. Creel le
hablaba desde la óptica del manejo político, no de la seguridad, y Osorio
Chong aceptó la recomendación y justificó públicamente que esa medida
buscaba la mejor coordinación del gabinete —eufemismo para la búsqueda real de
controlarlo él—. Sin saber mucho del tema ni meterse a fondo en este asunto, el
entonces presidente electo, Peña Nieto, le aprobó la idea. Nunca se
imaginó —probablemente tampoco lo alcanza a ver ahora—, del daño que le haría a
su gobierno ese nuevo diseño institucional. Nunca supo Peña Nieto las
intenciones ulteriores de Osorio Chong.
2DO. TIEMPO: ¿Qué tal los fierritos
tecnológicos? Durante los meses de la transición, el responsable de
seguridad y justicia en el equipo del presidente electo, Enrique Peña
Nieto, le pidió al entonces secretario de Seguridad Pública, Genaro
García Luna, que quería ver lo que era Plataforma México en toda su
extensión. García Luna invitó a Miguel Ángel
OsorioChong al búnker donde hoy se encuentra la Comisión Nacional de
Seguridad y lo metió por el túnel de la tecnología. Una monumental base de
datos criminal con información en tiempo real fue lo primero que vio, pero lo
que lo impresionó fue la zona de las escuchas telefónicas con 600 agentes en
acción. Meses antes, cuando legisladores del PRI visitaron el búnker, el
entonces diputado Jesús Murillo Karam quiso probar qué tan
legal era esa operación y, ante la mirada de García Luna, preguntó
aleatoriamente a los agentes si tenían órdenes judiciales que las autorizaran.
Todos le mostraron la orden del juez para hacerlo. Cuando lo vio Osorio
Chong, recuerdan testigos de su recorrido, dijo como si hablara para sus
adentros, lo que eso podría hacerse con fines políticos. Esos juguetes en
Plataforma México le daban sentido a la recomendación de Santiago Creel.
¿Cómo permitir que otro secretario tuviera tan poderosa arma que podía ser
utilizada con fines políticos? Los empresarios, cuando apoyaron la fusión de
las dos dependencias, no imaginaron —quizás tampoco lo saben hoy en día—, que
detrás de todo el discurso de coordinación en las áreas que pregonaba Osorio
Chong y repetíaPeña Nieto como justificación de la
absorción de Seguridad Pública en Gobernación, había una motivación personal de
orden político. Osorio Chong nombró como primer comisionado
Nacional de Seguridad a Manuel Mondragón, formado en la época de Arturo
Durazo, el siniestro jefe de la Policía de la Ciudad de México y La
Hermandad, ese grupo secreto de comandantes de la policía que son enlaces o
partes de las estructuras criminales.Mondragón, tan pronto comenzó el
gobierno peñista, empezó a desmantelar Plataforma México que, paradojas del
destino, ayudó a construir la actual embajadora de Estados Unidos en México, Roberta
Jacobson, desde diciembre, a menos de dos semanas de iniciar el sexenio.
Pero lo que vendría, sería peor.
3ER. TIEMPO: Los fierros se fueron al
Cisen. El primer comisionado nacional de Seguridad,Manuel Mondragón,
no llegó por méritos a ese cargo. El secretario de Gobernación, Miguel
Ángel Osorio Chong, lo escogió mediante una encuesta. Gran método para una
posición tan crucial. Pero Osorio Chong quería hacer las cosas
diferentes. Mondragón comenzó a desmontar Plataforma México,
lo que provocó que los servicios de inteligencia de Estados Unidos que
compartían información secreta con el gobierno mexicano vieran con alarma lo
que sucedía. “Ventanilla única”, fue la respuesta deOsorio Chong. Todo
tendría que ser canalizado a través del Cisen, donde colocó a su incondicional, Eugenio
Imaz. Los servicios de inteligencia estadunidenses redujeron
significativamente la información de calidad que daban a los mexicanos, que
además, por decisión de Osorio Chong y del entonces procurador
general, Jesús Murillo Karam, se negaron a la doble certificación
que exigía Washington para compartir ese tipo de inteligencia. La DEA alertó a
sus contrapartes más confiables en la Marina, de la pérdida de inteligencia que
se estaba dando, y corrieron para recuperar antes de que Mondragón los
desapareciera, todas las investigaciones contra los cárteles de la droga que
llevaban en coordinación con la Secretaría de Seguridad Pública. Imaz envió
camiones de mudanzas al búnker para recoger el sistema de escuchas que había
visto Osorio Chong semanas atrás, y construir una vez más
desde el Cisen, un aparato de espionaje político. Hacía tiempo que eso había
desaparecido y el Cisen se había profesionalizado en inteligencia para la
seguridad nacional. La tentación de que se utilizara con fines políticos fue
una de las razones por las que durante el gobierno de Felipe Calderón,
el secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, frenó la
presión del director del Cisen, Guillermo Valdés, que se quedara con
Plataforma México. Con Peña Nieto en la estratósfera,Osorio
Chong no tuvo problemas en amasar dentro del Cisen su arma política.
La deficiente seguridad en el país que reclaman los empresarios tiene su origen
en parte en el desmantelamiento de Plataforma México y al convertir la
inteligencia criminal en inteligencia política. Osorio Chong ya
veía en 2012 el 2018 —él dice públicamente que no piensa en la sucesión
presidencial—, y vive la paradoja que todo aquello que hizo para acumular poder
a través de la seguridad, lo ha desacreditado. Los empresarios se lo gritaron:
fracasó, señor secretario. Esperan que en algún momento Peña Nieto se
dé cuenta que en efecto, su secretario de Gobernación falló.
rrivapalacio@ejecentral.com.mx
twitter:
@rivapa
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opinión cuyo contenido refleja el punto de vista del autor.]
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