“Muchas
veces cometemos el error de sugerir que el racismo ha terminado", asegura
y advierte: “Hay muchas formas de discriminación que todavía debemos resolver”
Obama ante el puente Edmund Pettus de Selma, Alabama. / JUSTIN SULLIVAN (AFP) |
WASHINGTON ► Medio siglo
después de que el reverendo Martin Luther King liderara una marcha sobre el
puente Edmund Pettus de Selma, Alabama, el primer presidente afroamericano de
la historia de Estados Unidos recorrió este sábado sus mismos pasos. Barack
Obama conmemoró en la localidad sureña los triunfos del movimiento por los
derechos civiles de las minorías raciales, al que tantas veces ha agradecido la
posibilidad de que él llegara a la presidencia.
“Una tarde de hace 50 años gran parte
de nuestra turbulenta historia, la mancha de la esclavitud y la angustia de la
Guerra Civil, el yugo de la segregación y la tiranía de Jim Crow, la muerte de
cuatro niñas de Birmingham y el sueño de un pastor Baptista se citaron en este
puente”, dijo Obama bajo el mismo marco que cruzó el reverendo King. “No fue un
choque de dos ejércitos, sino de voluntades. Una lucha para definir el
significado de América”.
El presidente recordó en Selma que el
mismo “instinto” que llevó a los manifestantes a intentar cruzar el puente
camino de Montgomery, la capital del Estado, para reivindicar su derecho a
votar, “impulsó a los patriotas a elegir la revolución por encima de la
tiranía, a los inmigrantes a cruzar océanos o el Río Grande o a las mujeres
para exigir su participación en las elecciones”.
Obama acudió a Selma medio siglo
después de aquel ‘domingo sangriento’ de 1965, cuando la violencia
policial acabó con una de las manifestaciones a favor del derecho a voto de los
negros, negado entonces en el Sur de la segregación. Pero la presencia del
mandatario demócrata coincide con un momento de intenso debate en una nación
sacudida por los parecidos entre las imágenes de la represión policial en
Selma y en Ferguson, Misuri, casi 50 años más tarde.
“Muchas veces cometemos el error de
sugerir que el racismo ha terminado, que el trabajo de Selma se ha completado y
que las tensiones que permanecen se deben a que algunas personas utilizan la
raza para su provecho”, dijo Obama en Selma. “No necesitamos Ferguson para
saber que no es cierto. Basta con abrir los ojos, los oídos, los corazones,
para saber que la historia racial del país todavía proyecta una larga sombra
sobre nosotros”.
Allí recordó algunos de los episodios
más amargos de la historia de EE UU, pero invocó también el compromiso con un
futuro mejor que ha impulsado movimientos como el de King. “Somos los esclavos
que construyeron la Casa Blanca y la economía del Sur. Somos los rancheros y los
vaqueros que conquistaron el Oeste y los innumerables trabajadores que trazaron
las vías de los trenes, elevaron rascacielos y se organizaron a favor de sus
derechos”.
A pesar de que la actuación de la
policía en Ferguson demuestra que “poco ha cambiado” en EE UU con respecto a la
raza, el presidente aseguró que se niega a aceptar que el progreso sea nulo.
“Lo que pasó en Ferguson puede que no sea único, pero no es tan endémico ni
está protegido por la ley ni nuestras costumbres como ocurría antes del movimiento
por los derechos civiles”.
En el puente de Edmund Pettus la
policía de Alabama atacó con gases lacrimógenos y golpearon al medio millar de
manifestantes que intentaban cruzar el río en dirección a la capital del
estado, Montgomery. Entre ellos estaba el ahora congresista John Lewis, que
sufrió una fractura de cráneo. La escena de un agente golpeándole en el suelo
es un calco de las que se produjeron en Ferguson durante las protestas por la
muerte de un joven negro por los disparos de un agente blanco.
Las manifestaciones en Ferguson por la
muerte de Brown, como en nombre de Eric Garner en Nueva York o de Trayvon
Martin en Florida, reivindicaron que la desigualdad va más allá del trato
policial. El nivel actual de desempleo entre los afroamericanos es el doble que
el de los blancos, su nivel de ingresos es cada vez más bajo, por debajo del
resto de la población, y tienen cinco veces más posibilidades de entrar en
prisión que el resto de ciudadanos. Las estadísticas cuestionan, como ya hizo
el escritor James Baldwin en 1965, si “el sueño americano persiste a costa de
los negros”.
Esta misma semana, el Departamento de
Justicia presentaba sus conclusiones sobre la actuación de la policía en
Ferguson en un claro ejemplo de que el trabajo del movimiento por los derechos
civiles no ha terminado. El informe de Justicia denunció “un patrón de
discriminación racial” que guiaba a los agentes, cuyas prácticas han sido
calificadas por Obama como “abusivas y opresoras”.
Las marchas de Selma están consideradas
como un antes y un después en el movimiento por los derechos civiles. Martin
Luther King había protagonizado manifestaciones en todo el país, pero en
Alabama, también gracias a la violenta actuación policial, encontró una vía
para demostrar a EE UU que debía resolver los flecos pendientes de la era de la
segregación.
Dos semanas después de llegar a
Montgomery, el presidente Lyndon B. Johnson presentó ante el Congreso el
proyecto de Ley de Derecho a Voto de 1965. La normativa, firmada ese mismo
verano en presencia del reverendo King, está considerada como la mayor
protección legal del derecho de las minorías raciales a participar en
democracia.
En Selma, este sábado, estaban también
los dos únicos legisladores negros en el Senado. El movimiento por los derechos
civiles denunció en los años 60 la dificultad para ejercer el derecho a voto
como el principal obstáculo para participar en democracia, cambiar las leyes
discriminatorias y abrir la puerta a que los afroamericanos ejercieran en la
política.
Esa lucha sigue vigente. El
Departamento de Justicia investiga los intentos de varios estados para impedir
el voto de las minorías raciales, un factor que jugó un papel clave en las
presidenciales de 2012. El año pasado, el Tribunal Supremo anuló uno de los
apartados principales de la ley del 65, en un claro revés a los avances
impulsados por el reverendo King. “Si de verdad queremos honrar este día”, dijo
Obama, “regresemos a Washington con el compromiso de restaurar la ley este
mismo año”.
Por Cristina
F. Pereda | El País
Marzo/07/2015
www.libertadguerrero.net
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