ESTRICTAMENTE PERSONAL
• Holbox:
problemas en el paraíso
[
Por Raymundo Riva Palacio ]
Holbox es un pueblo de pescadores que se
asienta en una isla con playas de talco de 40 kilómetros de largo frente
a la Península de Yucatán. Este santuario del tiburón ballena es uno de los
destinos turísticos vírgenes de la nación, y ha vivido en turbulencia social
desde 2011, cuando se autorizó un proyecto de 850 millones de dólares sobre
terrenos por los cuales empresarios apoyados por políticos pagaron a los
ejidatarios cinco millones de pesos, que detonó protestas y movilizaciones que
llevaron a la cárcel a 16 comuneros acusados de daños ambientales.
La semana pasada el Tribunal Colegiado de
Quintana Roo ordenó la liberación de los 12 comuneros que aún estaban presos,
pero hasta este lunes, no se había respetado el fallo. Lo que ha sucedido en
Holbox en todo este tiempo se empapa en litigios en tribunales agrarios y la
Suprema Corte de Justicia, donde los comuneros de Holbox han enfrentado fuerzas
políticas y empresariales poderosas, que han pasado desapercibidos para la
mayoría de los mexicanos, pese a ser uno de los conflictos interminables más
tóxicos para el actual gobierno federal.
La corta historia de lo que los comuneros
describen como un “despojo”, se comenzó a escribir en enero de 2006, cuando fue
constituido en Mérida, Yucatán, el Fideicomiso para la Promoción y el
Desarrollo Sustentable de la Isla de Holbox, donde participaron como
fideicomitentes los ejidatarios de la isla, y como fiduciario el banco J.P.
Morgan de Nueva York. El horizonte paradisiaco de Holbox y lo que podría llegar
a representar, no lo vieron los ejidatarios, sino un empresario yucateco,
Fernando Ponce García, que heredó de su padre BEPENSA, una empresa que se
diversificó bajo su conducción. Ponce García es el distribuidor de la Coca-Cola
en la Península de Yucatán y de automóviles de lujo, en un conglomerado que se
extiende a la mitad de México, Centroamérica y el Caribe.
Ponce García manejó la ingeniería financiera
del proyecto turístico que pensó para Holbox –llamado “La Ensenada”- con su ex
yerno, Ermilio Castilla Roche, con quien en 2008 compró lotes por un total de
100 metros de playa y 400 metros de fondo, así como los derechos sobre las
tierras de uso común a 65 de los 116 ejidatarios de Holbox, por cinco millones
de pesos. El valor catastral de los 116 lotes los estimó el Instituto de
Administración y Avalúo de Bienes Nacionales en 99 millones de pesos. Los
ejidatarios nunca pudieron sostener la acusación de fraude porque el expediente
desapareció del Registro Nacional Agrario, que en la época en que se realizó la
primera operación financiera, la delegada era la actual diputada federal
panista Alicia Ricalde Magaña.
Durante el gobierno de Felipe Calderón,
Holbox se convirtió en uno de los destinos de descanso favoritos del ex
presidente. En 2008, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales
autorizó el mega proyecto Península Maya a un consorcio de
empresarios yucatecos encabezado por Ponce García, que contó con el respaldo
del entonces gobernador de Quintana Roo y actual senador, Félix Canto González,
el motor detrás del frustrado proyecto Dragon Mart, y de los líderes del
Partido Verde, en particular de su jefe político, Jorge Emilio González, que
vive en Cancún. El proyecto prometió una inversión de 850 millones de dólares
durante los siete años siguientes, que transformarían la vida en Holbox.
Desde el principio, el desarrollo fue
impugnado. De acuerdo con sus críticos, la construcción de sus 875 villas y
condominios, tres hoteles y un centro comercial, afectaría al ecosistema, por
lo que exigían los ambientalistas de la isla que se mantuviera el entorno rural
de la isla. Los comuneros litigaron en tribunales y fueron perdiendo en los
juzgados. En 2012 la Suprema Corte de Justicia de la Nación, otorgó el amparo a
Península Maya para que continuara con el proyecto de “La Ensenada”.
Si legalmente los comuneros y ambientalistas
estaban derrotados, la vía política era lo que seguía. Para dividir a los
comuneros, el primero de junio pasado se aprobó la división de Holbox en cuatro
porciones ejidales, con lo que se abría el campo político a la construcción del
proyecto de Ponce García. Medios locales reportaron en aquél momento que entre
los asambleístas habían participado ejidatarios de Yucatán, enviados por el
empresario, que no tenían injerencia alguna en los asuntos de Holbox. A la mañana
siguiente, la presidencia municipal amaneció sitiada por policías
antimotines, ante la volatilidad política que se vivía.
Casi dos meses después, la Marina detuvo a
16 comuneros acusados de remover vegetación en Holbox, en un operativo ordenado
por la delegada de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, Nohemí
Ludivina Menchaca Castellanos, ex senadora del Partido Verde, quien fue cesada
en febrero pasado, según trascendió en la prensa, por su involucramiento en el
proyecto cancelado de Dragon Mart y el de “La Ensenada”. La ex delegada dijo
que renunciaba para contender por una diputación por el Verde, y fue sustituida
por Carolina García Cañón, ex diputada también del Partido Verde pero, a
diferencia de su antecesora, mexiquense; su suplente es Alejandro del Mazo
Maza, primo del presidente Enrique Peña Nieto.
El conflicto social en Holbox sigue, y no va a parar. Los intereses empresariales y políticos en el proyecto, son más fuertes que los gritos de la sociedad, la marca indeleble del México actual.
rrivapalacio@ejecentral.com.mx
twitter: @rivapa
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