UPOEG Vs. EJERCITO
Dice el dicho que la liga que se estira se rompe casi siempre por lo más delgado. Ese apunte puede aplicarse en forma puntual a lo que actualmente sucede en el estado de Guerrero entre las policías ciudadanas que operan bajo la tutela de la Unión de pueblos y organizaciones del estado de Guerrero (UPOEG) y que lidera Bruno Plácido y el ejército mexicano.
Hace solo unos cuantos días atrás, las policías ciudadanas de la UPOEG en Xaltianguis, protagonizaron una confrontación con miembros del ejército, lo que provocó que se bloquearan por varias horas la vía de comunicación federal que pasa por dicho poblado, lo cual hizo que interviniera de manera directa el gobernador del estado, Ángel Heladio Aguirre Rivero a fin de que las cosas no pasaran a mayores.
Tras la reunión sostenida entre pobladores y policías ciudadanas, donde participó el gobernador estatal y el alcalde de Acapulco, se comprometieron a desistir de la confrontación y a actuar en forma responsable dentro de lo que es el perímetro de su territorio a defender y otorgar la seguridad ciudadana, pero también aceptaron no utilizar armas de alto poder que solo están legalmente autorizadas para portarlas a los miembros de las fuerzas armadas de México.
El gobernador y el alcalde de Acapulco, informaron a los medios de comunicación sobre la concertación y posteriormente el propio edil acapulqueño, Luis Walton Aburto, se reunió con poblados de Xaltianguis para atender sus demandas sociales y darles respuestas positivas, lo cual ocurrió y hasta se festinó.
Sin embargo, lo sucedido este 5 de agosto en el territorio de Tierra Colorada, volvió a encender las luces rojas debido a que las policías ciudadanas del lugar, en una demostración mas que de irresponsabilidad, de poder, trataron de salir de su territorio armados con fusiles y pistolas de grueso calibre, las cuales les fueron decomisadas en un retén militar, lo cual provocó el disgusto de los líderes de la IPOEG, quienes por su parte, bloquearon la carretera y amenazaron a los miembros del ejército de que si no les devolvían las armas decomisadas a sus policías ciudadanas, ellos iban a pagar las consecuencias.
Este simple hecho, ha provocado ya que los elementos del ejército mexicano respondieran que las armas no serían devueltas ya que son de uso exclusivo de las fuerzas armadas de México, como es una subametralladora tipo UZI y pistolas calibre 45 reglamentaria y 9 milímetros.
Los focos rojos siguen encendidos y hasta el momento no sabemos si ya intervino el gobierno del estado para desactivar la confrontación entre policías ciudadanas de la UPOEG y el ejército mexicano, pues de no ser así, podría darse un zipizape por cualquier tipo de acto irresponsable que pudieran hacer algunos miembros de esta organización.
Una vez mas habría que recordar que solo el gobernador del estado, Ángel Aguirre ha aprobado que las policías comunitarias, ciudadanas o de autodefensa, se armen y pululen en los pueblos, pero nunca ha aceptado que se salgan de sus territorios y menos armados, recomendación que el dirigente Bruno Plácido ha descartado y por lo visto desechado y quiere imponer su voluntad a toda costa, aún y cuando se provoque una confrontación que pueda costar vidas.
Los altos mandos del ejército mexicano en Guerrero ha dicho una y otra vez que no permitirán que policías o ciudadanos anden armados y pululen por las carreteras de la entidad. Esta posición no ha variado y lo mismo se ha dicho en repetidas ocasiones, pero al parecer hay autismo en el gobierno estatal e insisten en que los policías ciudadanos anden armados.
Lo cierto es que el tira y afloja del ejército con los comunitarios ha llegado al límite y falta tan solo una falla por más pequeña que sea para que las cosas se salgan de curso y se dé un enfrentamiento que nadie quisiera que sucediera.
El gobernador debe hablar fuerte a los policías ciudadanos, a su grupo de la UPOEG y demandarles cordura y sobre todo respeto a los acuerdos en Xaltianguis y por otro lado, respetar a los miembros del ejército mexicano a los cuales él mismo convocó apra que vinieran a auxiliarlo y enfrentar la inseguridad pública y la violencia que al parecer lo han rebasado de pe a pa.
Veamos qué es lo que resulta de esta actitud de prepotencia de la UPOEG y de la forma cómo actúan los altos mandos del ejército mexicano.
Vale.
Periodista/Analista Político*
porteno4964@gmail.com
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