Por Francisco Cárdenas López * Era una turba que sumaba dos millares de campesinos, con palos la mayoría y machetes los menos; sometieron a policías antimotines y se apoderaron de la carretera México-Acapulco, a la altura del punto conocido como Parador del Marqués, en Chilpancingo, justo en la conexión de la Autopista del Sol hacia Acapulco.
Miles de turistas, residentes y transportistas de pasajeros y carga diversa quedaron varados por más de 12 horas, ante la amenaza de líderes perversos que llevaron a engaños a vecinos de municipios del corredor Río Azul (Centro) y Montaña Baja, para advertir que la protesta sería permanente mientras no les cumplieran sus demandas.
El lunes 10 de julio había hombres, mujeres y niños participando en la concentración en el corazón de Guerrero, sede de los tres Poderes del Estado. La mayoría desconocía el verdadero motivo de la concentración a la que los llevaron, algunos con mentiras y otros bajo presión de interlocutores de “Los Ardillos”, grupo criminal que siembra el terror en la Zona Centro de la entidad desde hace tres décadas.
La historia estuvo a punto de cambiar, el escenario era idóneo. Muchos personajes perversos se lamían los labios y se frotaban las manos esperando un baño hemático con desenlace trágico, protagonizado por policías y campesinos pero… ¡Se les cebó, gracias a Dios!
Quedó demostrado a todo el mundo que Guerrero está en buenas manos con Evelyn Salgado Pineda. La gobernadora capitaneó con éxito el barco en agrestes aguas turbias y evitó un derramamiento de sangre en Chilpancingo y la caída de su gobierno. Evelyn, con sabiduría, actuó acertadamente demostrando templanza en medio de la tempestad.
No cedió la gobernadora ante las presiones y chantajes de los criminales que exigían la liberación inmediata de Jesús Echeverría Peñafiel “El Topo”, detenido junto a Bernardino Chávez Cruz, uno de sus cómplices, el jueves 6 de julio, con armas y droga en la comunidad de Petaquillas, por ello fueron vinculados a proceso, según comunicó oficialmente la Fiscalía General de la República (FGR).
Las autoridades identificaron a Echeverría Peñafiel como un objetivo prioritario por ser uno de los principales generadores de violencia en el estado, mismo que se ostentaba como integrante de la Policía Comunitaria de la Unión de Pueblos y Ejidos (UPOEG), brazo armado de “Los Ardillos”.
En reacción a la detención de estos sujetos, el viernes 7 de julio transportistas de las rutas de Petaquillas, Tepechicotlán, Mochitlán, Quechultenango y Colotlipa suspendieron el servicio para trasladarse a la Fiscalía General del Estado (FGE) donde protestaron para exigir la liberación de sus compañeros, y bloquearon durante una hora la carretera de entrada y salida a Chilpancingo, en el Parador del Marqués, pero fueron desalojados por antimotines estatales.
El sábado 8 de julio, durante la tarde y noche, se vivió terrible jornada de violencia en Chilpancingo. Desconocidos, presuntamente integrantes del grupo criminal “Los Ardillos”, generaron terror con la quema de urvans, taxis y la ejecución de cuatro trabajadores del volante en distintos puntos de la ciudad, lo que motivó el cierre de comercio y que la gente se resguardara en sus casas. Chilpancingo parecía pueblo fantasma.
El lunes ocurrió la movilización de unos dos mil campesinos que sometieron a los policías antimotines y tomaron como rehenes a 13 personas, entre ellos uniformes de la Policía del Estado, Guardia Nacional y empleados de Gobernación estatal. Destrozaron motocicletas oficiales y se apoderaron de un camión tipo Rinoceronte que impactaron más tarde contra una de las rejas del Palacio de Gobierno.
El martes 11 de junio atestiguamos la exitosa gestión de la gobernadora ante la crisis. Evelyn Salgado instruyó a su equipo, encabezado por el secretario general de Gobierno, Ludwig Marcial Reynoso Núñez, entablar una mesa de diálogo y acuerdos con los inconformes, todo dentro del marco de la ley.
Afortunadamente no hubo muertos en esta perversa movilización disfrazada con demandas sociales. Los daños económicos que generó el bloqueo carretero y pérdidas en equipo de las corporaciones policiacas, es pecata minuta. Se preservaron vidas humanas, Guerrero está en paz y trabajando; eso es lo más importante. Ya habrá tiempo en que se apliquen las órdenes de aprehensión y se lleve a tribunales a los delincuentes y agitadores, para eso están las autoridades encargadas de impartir justicia terrenal. Y si la impunidad se impone, la justicia divina es segura, tengámoslo por seguro, los malvados no se salvarán.
Lo acontecido puede ser el parte aguas para que la gobernadora Evelyn Salgado Pineda convoque a un nuevo pacto social, con la participación de todos los actores políticos y sectores organizados, para anteponer el interés supremo del pueblo que es la paz, para que haya trabajo y bienestar para todos los que vivimos en Guerrero, por encima de intereses particulares y de grupos que piensan en la siguiente elección y no en la próxima generación, ante la crispación nacional erróneamente avivada desde el mesiánico púlpito de las mañaneras.
REMATE: El recrudecimiento de la violencia en Chilpancingo inició el sábado 24 de junio con la aparición de siete cuerpos desmembrados acompañados de lapidarios mensajes en cartulinas fosforescentes, terrorífico suceso que se adjudicaron “Los Ardillos” como llamada de atención a la alcaldesa Norma Otilia Hernández Martínez y su síndico Andrei Marmolejo Valle, “por no respetar acuerdos” en reunión con el jefe del grupo criminal (hay video). ¡No se nos olvide!
La realidad de las cosas.
ResponderBorrarPor una de las plumas más respetadas en Guerrero.