La escuadra tricolor enfrentará a Brasil o Italia el próximo domingo en busca del tercer campeonato en la categoría

Fuente: Agencias
BRASILIA, 14 de noviembre de 2019.- ¡México
sí es potencia! Con sufrimiento y hasta la suerte del lado tricolor, los
jóvenes Sub-17 se metieron a la final del Mundial de la categoría.
La tarea no fue fácil. A decir verdad,
Holanda fue más que los nuestros en el trámite del encuentro, pero cometieron
el pecado de perdonar y ahí llevaron su penitencia.
Regger puso al frente a los Tulipanes, pero
de inmediato Efraín Álvarez salió desde la banca para meter al equipo nacional
en la pelea y forzar a los penaltis.
Desde los 11 pasos siguió el sufrimiento, el
propio Efraín falló al querer adornarse con un cobro a lo Panenka, mas fue ahí
donde se erigió la figura del arquero Eduardo García como el héroe de la tarde.
El meta tapó tres ejecuciones, una de ellas en la muerte súbita para poner a
todos a festejar.
El sueño de un nuevo título mundial para
nuestro país vive más que nunca y el domingo se podría vivir una nueva página
de gloria en el balompié juvenil mexicano.
EL JUEGO
La última prueba para saber si el sueño
mundialista de la Selección Mexicana Sub-17 seguiría encendido llegó ayer en
Brasilia ante Holanda, un rival de un alto grado de dificultad que también
levantaba la mano como candidato a ser uno de los últimos contendientes por el
título juvenil.
Tal como se esperaba, el partido fue parejo y
cerrado desde que rodó la pelota; sin embargo, los Tulipanes tuvieron más
decisión en su postura, misma que apostó por tener el balón en los pies, cosa
que consiguieron al monopolizar prácticamente la tenencia del mismo.
El Tricolor se mantenía ordenado en su cuadro
bajo y se insinuaba mediante la pelota para al arco rival. Un par de tiros
libres cerca del área holandesa crearon cierta sensación de peligro, pero
ninguno prosperó.
Del otro lado, Eduardo García hacía su
trabajo bajo los tres postes mexicanos. El arquero se tuvo que revolver para
sacar un remate de cabeza que amenazaba el primer palo y que gracias a su
intervención no pasó a mayores.
Las cosas se complicaron para México a la
hora de hacer un movimiento que estaba fuera del presupuesto del técnico
nacional. José Ruiz sufrió un tirón al perseguir a un rival y las asistencias
médicas no tardaron en pedir el cambio.
Después de eso, la situación pudo empeorar,
mas la falta de contundencia del cuadro naranja evitó que el marcador se
moviera. Mohamed Taabouni le bajó dentro del área la pelota a Braaf con un
toque de primera. El centro delantero entró de atrás y prendió la de gajos con
potencia, pero con falta de colocación. ¡Se salvaba el Tricolor!
Dentro de todo, los jóvenes nacionales habían
logrado mantener el cero y se jugarían todo en el complemento.
La segunda mitad trajo consigo pasajes del
juego muy complicados para el combinado mexicano. Holanda llegó con insistencia
una y otra vez a la portería defendida por García, quien veía como lo
perdonaban una y otra vez.
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