EL
VOYERISTA
❍ ¿Perro no come carne de perro?
Lo
confirmo, a cualquier chismolera se le va un chile entero. No basta la
experiencia. Alguna vez mi madre me dijo: “Hijo, cuídate de abrir la boca sin
sentido, de ser un fantoche y de hacer pendejadas.” Es evidente que no le he
hecho caso.
Si algo
tengo por mi profesión es respeto. Pero en ocasiones falto a ella, cuando la
soberbia, la prepotencia y mi chingonería se me sube. Es una enfermedad que
lamentablemente viven algunos periodistas, como yo. Porque conoce a políticos,
se cree igual. Porque los comandantes son amigos, supone poder violentar la
ley.
Pero si
hay programa para tratar esos males, la autocrítica que conocí y que pregono y
promuevo, cuando considero que hago mal las cosas, es mi medicina, al menos
para lavarme la cara y la boca, cuando me cae la vergüenza.
Ayer
cometí la barbaridad de comentar algo que quise fuera chusco, cuando observé
que varios periodistas, sin temor estaban enfrentando sus miedos, para tener la
primicia de un enfrentamiento entre ciudadanos que se dicen comunitarios.
Me
recuerdo hace 20 años, cuando andaba solo buscando la primicia. Nunca busqué
ser agencia noticiosa. Siempre solo enfrenté mi ansiedad por trascender
informativa y profesionalmente. Sólo quien me conoció puede establecer si lo
logré. Pero no puedo vivir de mi pasado.
Hoy mi
presente sigue y seguirá ahora comentando y opinando. Espero ser eficiente y
eficaz en mis textos. No le tengo miedo a nada y lo enfrento como va. Salí del
FAP por ser consecuente y no aceptar la corrupción. No salí como hubiera
querido, pero Dios sabe por qué lo hice.
Soy
humano y nada me es ajeno, incluidos los errores. Los triunfos, los conozco,
porque también como los errores se construyen con acciones.
Ofrezco
mil disculpas a todos los que se sintieron ofendidos. Los comprendo. Los admiro
y los felicito. Mi vida sigue y para buen o mal ejemplo de mis hijos, camino.
En ocasiones tropezando, cayendo y lo principal, levantándome a diario.
A mi
compañera que es mi principal crítica, ella que sabe conducirse como toda una
profesional, hacedora de muchos colegas, mi consideración por tener que soportarme
desde hace 25 años. A mis hijas, y al varón, todo.
A la vida
gracias y a Dios mi guía, también.
A quienes
me leen, igual. Quedo de todos y todas.
La vida
es compleja, pero hay que enfrentarla y lo hago con esta consideración por
escrito, que es lo mejor que creo hacer. Aquí sigo y seguiré hasta el momento
en que se acabe la pila.
Gracias vida.
[Usted acaba de leer un artículo de
opinión cuyo contenido refleja el punto de vista del autor.]
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