ESTRICTAMENTE
PERSONAL
❍ L as malas noticias cuentan mucho
Las buenas noticias,
parafraseando al presidente Enrique Peña Nieto, cuentan mucho. Como el nuevo Reporte Global de la Competitividad publicado
por el Foro Económico Mundial este martes, en el cual se muestra que en un año
México subió seis lugares en el ranking de 138 naciones, empujado por la
eficiencia en materia laboral, financiera y de bienes y servicios. Pero lo que
no se cuenta también cuenta mucho, como lo que subraya este informe que leen
los capitanes de la industria en el mundo. México sigue teniendo problemas
crecientes de inseguridad, desconfianza en sus líderes y de corrupción, lo que
coloca a las instituciones mexicanas en el lugar 116, casi al fondo de la tabla
mundial.
En
el desagregado, ante el optimismo cauteloso de la mejoría en la eficiencia
competitiva, se encuentran los factores que hacen dudar a los inversionistas.
El mayor es la corrupción, donde una quinta parte de los empresarios
entrevistados señalaron como la principal causa de su desánimo. El segundo es
la inestabilidad política, con 15.2% de las respuestas, seguido de
inestabilidad del gobierno con 15%, y una burocracia gubernamental ineficiente
con el 8%. Si se ve en su conjunto, lo que los inversionistas y empresarios
están viendo en México se concentra en la percepción negativa que tienen del
gobierno y de la conducción del presidente Peña Nieto. Para entenderlo mejor,
desagreguemos:
1)
Corrupción. La gangrena persigue al gobierno desde agosto de 2013, en plena
efervescencia de popularidad de Peña Nieto, cuando comenzaron las quejas por
eufemismo de sobornos y extorsiones. La corrupción es el gran mal del peñismo,
porque lejos de que el Presidente haya hecho una cruzada interna contra ella,
se ha venido incrementando en todos los niveles. Citas con el ex director de Pemex
se llegaron a vender hasta en 20 millones de pesos cobrados por colaboradores
del funcionario, o comisiones de hasta 40% para entregarle una obra pública o
pagar por servicios realizados. La corrupción se ha ido extendiendo y ha tocado
incluso el corazón de Los Pinos de una forma escandalosa, aunque silenciosa,
que será abordada más adelante, con detalle, en este espacio.
*Inestabilidad
política. Es una verdad de Perogrullo hablar sobre este tema después de casi
seis meses de tener secuestrados los maestros disidentes el sur del país, sin
que el gobierno federal hiciera nada por liberar comunidades enteras ni
compensara las multimillonarias pérdidas que causaron al sector privado. El
conflicto lo solucionó temporalmente el gobierno con carretadas de dinero
disfrazadas a los líderes del magisterio disidente para apaciguar sus protestas
callejeras, y la condonación de penas criminales y libertad para sus
dirigentes. La inestabilidad no parará. Se suspendió temporalmente en algunas
regiones, pero la forma como el Presidente avaló la relación mercenaria de la
Secretaría de Gobernación con los grupos antisistémicos –con un premio al autor
intelectual y material de ello, el nuevo secretario de Desarrollo Social, Luis
Enrique Miranda-, genera bálsamos pero no soluciones definitivas, lo que hace
que la inestabilidad política se encuentre en una pausa, no en agonía.
*Inestabilidad
del gobierno. Interesante la forma como ven los empresarios y los
inversionistas al Presidente. Si hablan de “inestabilidad en el gobierno” es
porque Peña Nieto, a su juicio, carece de liderazgo dentro de su propio
gobierno. La forma opaca y desaseada con la que se dieron cambios al más alto
nivel –el secretario de Hacienda o del comisionado de la Policía Federal, por
ejemplo-, la falta de sanciones, reprimendas o castigos a funcionarios
deficientes en sus tareas –el secretario de Gobernación y la actual secretaria
de Desarrollo Urbano y Territorial son dos casos claros de metas incumplidas-,
han creado la percepción de que Peña Nieto es un Presidente débil, que no toma
decisiones con mano firme y mente dura, y que con sus ausencias en el mando
–como se le ve públicamente-, ha sido incapaz de transmitir que tiene rumbo y
destino.
*Burocracia
gubernamental ineficiente. El gobierno priista demostró, en este caso, ser tan
priista como aquellos que se fueron en 2000. Este campo muestra la decepción
con Peña Nieto, de quien esperaban eficiencia en el gobierno, como lo demostró
en el estado de México, y un buen rendimiento de su administración. Todo lo
contrario, según empresarios e inversionistas, que tienen como mejor respaldo
la mala aplicación de los presupuestos que, en un buen número de casos, no
alcanzan siquiera a ser aplicados correctamente por el desorden dentro del
gobierno.
*La
inseguridad es una variable que permea en todos los factores, donde el gobierno
ha fracasado en proveerla a los ciudadanos y a los agentes productivos. En
varias zonas del país las empresas han tenido que pactar con cárteles de la
droga para poder transitar por las carreteras y entregar sus mercancías, que ha
sido más barato que la espera inútil para que autoridades federales y estatales
les provean seguridad. El INEGI acaba de publicar su Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre
Seguridad Pública, que muestra como en el gobierno de Peña Nieto, el
incremento en delitos e impunidad ha ido en aumento. Veintinueve millones de
delitos el año pasado, con 93% de impunidad y un gasto en seguridad de casi 240
mil millones de pesos, es motivo de alarma. Peña Nieto debe entender que esto
cuenta mucho, y que afectará el cierre de su gobierno si no hace nada, como
hasta ahora, por corregirlo.
rrivapalacio@ejecentral.com.mx
twitter:
@rivapa
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opinión cuyo contenido refleja el punto de vista del autor.]
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