ESTRICTAMENTE
PERSONAL
❍ “2018: La ruptura externa
[Por Raymundo Riva Palacio]
Si hay necesidad de que
varios priistas de renombre funden una asociación social para que sirva de
observatorio para la políticas públicas del gobierno, ¿significa que dentro del
partido ven subordinación y están agotados los instrumentos para mantener la
autonomía? Si lo que plantea como premisa básica su cabeza Manlio Fabio
Beltrones, “refrendar unidad y lealtad que tanto se necesita hoy”, ¿quiere
decir que ve que no hay lealtad ni honestidad dentro del partido del poder o
con el Presidente por parte de sus colaboradores? La asociación social que se
creó dentro del PRI el viernes pasado, es la semilla anidada para la ruptura.
Sus
miembros buscarán minimizar la existencia de esa ruta y presentar la nueva
corriente como un grupo al que pueden pertenecer priistas y personas externas
que coincidan con sus ideas y propósitos, para acompañar el proceso reformador
del presidente Enrique Peña Nieto. Difícil pensar que sea el único fin. La raíz
de su fundación se encuentra en el discurso de renuncia de Beltrones al PRI,
cuando al hablar de los resultados electorales el 5 de junio, dijo: “Hay
que decirlo fuerte y claro. En muchos de los casos los electores dieron un
mensaje a políticas públicas equivocadas o a políticos que incurrieron en
excesos, que no tuvieron conductas responsables… Es oportuno parafrasear a Luis
Donaldo Colosio: ‘Lo que los gobiernos hacen, sus partidos lo resienten’”.
Lo
que dijo Beltrones, se lo señaló en la cara al Presidente en una comida días
antes. En ella enumeró los enfrentamientos con los grupos de poder, que
habían asumido, como consecuencia, actitudes beligerantes: la Iglesia, los
maestros, los empresarios, los medios, los priistas, particularmente los gobernadores,
que se sentían muy maltratados por el secretario de Hacienda. También le habló
sobre la falta de correspondencia y retroalimentación en las agendas de
gobierno y partido. Un alto número de iniciativas del gobierno, como los
matrimonios igualitarios, el alza en las gasolinas o la captura de los líderes
disidentes del magisterio, por citar tres casos, nunca le fueron informados con
anterioridad, quien se enteró de esas acciones, dijeron cercanos a Beltrones,
por la televisión.
Beltrones
le presentó tres veces su renuncia a Peña Nieto, quien no se la quería aceptar
porque pensaba era injusta. Pero Beltrones, en la reconstrucción que se ha
hecho de esa comida, le dijo que el electorado debía recibir el mensaje que el
gobierno sí había escuchado su molestia, y que su salida del PRI debía ser el
principio de una cadena de cambios y ajustes. El Presidente no dijo nada al
respecto, pero tampoco hizo nada, salvo enviar como líder del PRI a uno de los
símbolos de las reformas cuestionadas: el director de la Comisión Federal de
Electricidad, Enrique Ochoa. La inacción desató las presiones dentro del PRI
sobre Beltrones para que tomara una nueva iniciativa de contraste y lucha
interna.
Finalmente,
tras una pausa de 40 días, regresó a la política activa, con una asociación
social que ha sido equiparada con la Corriente Democrática, fundada a mediados
de los 80’s por varios priistas prominentes, a partir de la propuesta del
entonces embajador de México en España, Rodolfo González Guevara, quien a su
vez se había inspirado en Izquierda Socialista, una corriente democrática
surgida dentro del PSOE, en ese entonces en el poder, encabezada por Pablo
Castellano. Los dos movimientos son distintos.
La
Corriente Democrática nació como oposición al modelo autoritario de selección
de candidatos presidenciales en el PRI, y con la demanda al presidente Miguel
de la Madrid para abrir el proceso. Al fracasar, decenas de priistas salieron
del partido y construyeron un movimiento que nominó a Cuauhtémoc Cárdenas a la
Presidencia en 1988. En España, Castellano fundó Izquierda Socialista como
respuesta a la desideologización del PSOE y el culto a la personalidad del
presidente del Gobierno Felipe González. En una entrevista el
año pasado, la preguntaron a Castellano sobre esa ruptura, y las imputaciones
de que el choque se había dado porque se oponía a las reformas planteadas por
González. No fue así, respondió, “era el engaño a la gente (lo que) me producía
indignación”.
La
asociación fundada por Beltrones y decenas de priistas la semana pasada, parece
inscribirse más en la racional de Castellano –aunque ideológicamente son
distintos- que en la de Cárdenas, González Guevara y Porfirio Muñoz Ledo. Sin
embargo, hay una diferencia de fondo. Castellano iba directamente contra la
cabeza del PSOE, su partido, que era González. Beltrones no va contra el
Presidente. El énfasis de la iniciativa fue inopinadamente aclarada por uno de
sus fundadores, el líder de la CTM, Carlos Aceves, quien declaró cuando le
preguntaron si era el principio de la candidatura presidencial del ex líder del
PRI: “Lo que tenemos que hacer ahora es demostrar unidad en el PRI, con
Beltrones y con el Presidente de la República”.
Los
campos de batalla dentro del PRI para 2018, están tomando cuerpo. La
ruptura o no del PRI dependerá de cómo se resuelve el proceso de confrontación
que se vive en el partido, del PRI contra el gobierno, y dentro del gobierno
mismo. La asociación le da a Beltrones una plataforma pública, donde puede ser
crítico. No rompió con el Presidente, pero sí con mucho de lo que se encuentra
a su alrededor. El Presidente no ha roto con su grupo compacto, ni se le ven
intenciones. Ya se verá qué tanto músculo le queda, cuando el próximo año intente
arrebatarle la sucesión presidencial.
rrivapalacio@ejecentral.com.mx
twitter:
@rivapa
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opinión cuyo contenido refleja el punto de vista del autor.]


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