SANTIAGO ► El
toque sutil de Alexis Sánchez ante la estirada de Sergio Romero, que vuela
hacia su izquierda, le pone suspenso y decora el agónico, sufrido y también
merecido triunfo de Chile ante Argentina por penales. Fue 0-0 en 90 minutos muy
parejos, duros, con pierna fuerte, en los que Argentina contó con un par de
chances clarísimas pero estuvo lejos de mostrar el gran nivel de juego que
había llevado a cabo en el torneo. Chile campeón. Festeja antes su gente.
Higuaín y Banega fallaron desde los doce pasos y fue triunfo local por 4-1. La
Selección queda otra vez al borde de la gloria.
Con dientes apretados,
con la concentración en su pico más alto y con los 22 jugadores compactados en
50 metros. La final se vivió con adrelanima máxima desde el pitazo inicial del
colombiano Wilmar Roldán en el Estadio Nacional.
Chile plantó bandera. Con
salidas limpias por abajo desde el fondo y con Jorge Valdivia como eje. El
10 manejó los hilos, se ubicó detrás de Mascherano y empezó a mover a su
equipo, con dinámica. Los de Sampaoli intentaban asfixiar a la Argentina, tener
el control con riendas cortas; los de Martino buscaban bajarle el ritmo, al
compás de Messi y Pastore.
Lo tuvo Valdivia,
entrando por el corazón del área, pero prefirió tirar el pase cuando la jugada
pedía remate. Después Arturo Vidal, con un zurdazo de media vuelta que sacó
Romero. A los 20, respondió Argentina con un tiro libre de Messi desde el
costado izquierdo. El centro fuerte, con rosca, lo peinó Agüero en el primer
palo -de muy buen arranque- y tapó Claudio Bravo a quemarropa.
Entró Lavezzi por Di
María, que luego de una diagonal en velocidad se lesionó en la parte posterior
del muslo. El Pocho ocupó su lugar en la banda izquierda y tuvo la más clarita
ya sobre el cierre de la primera parte, tras una gran jugada de Pastore.
El mediocampista del PSG llegó hasta el fondo, pisó la pelota e hizo pasar de
largo a su marca. Tocó atrás y le sirvió el remate a Lavezzi, que definió
fuerte pero muy al medio, a las manos del arquero.
Así se fue una primera
parte muy pareja. Con Chile dominando por presión alta y fortaleza física y con
Valdivia como conductor. Pero Argentina supo soportar el aluvión, decidió
no apretar arribacomo en los partidos anteriores y se apoyó en Pastore para
administrar el juego y bajarle intensidad.
En el segundo tiempo, se
mantuvo ese escenario. Por primera vez en el torneo, los jugadores
argentinos corrían atrás de la pelota.Mascherano no dominaba el medio y Messi
lucía perdido, lejos del área rival y con muy poco contacto con la
pelota.
Los entrenadores jugaron
su partido: Matías Fernández por Valdivia en Chile y Gonzalo Higuaín por Agüero
en la Selección. Para el cierre, Ever Banega por Pastore, que ya estaba cansado
y se notó en algunos pases sin tanta precisión. Era todo del conjunto local.
Martino intentó que el equipo que recuperara la pelota pero no su idea no
surtió efecto.
Alexis Sánchez con una
volea de derecha tuvo la mejor posibilidad de Chile en el segundo tiempo pero
su remate salió ancho. Y así la final se fue al alargue. Con Chile como
dominador en 90 minutos ásperos, intensos. Pero en el último suspiro antes
del pitazo final, Argentina casi se lleva el premio grande. Messi salió
lanzado en velocidad por el medio y encontró a la defensa local mal parada.
Abrió para la izquierda para Lavezzi, que quedó muy abierto pero alcanzó a
cruzarla bien para el ingreso de Higuaín. El Pipa llegó exigido y de manera
increíble no pudo definir con el arco vacío.
En el alargue, Argentina
solo se dedicó a resistir. Sin piernas y sin cambios, ya que Martino hizo los
tres muy rápido en un evidente error de cálculo pensando en que la definición
podía estirarse. Y el equipo lo sintió: se acalambró Lavezzi y un rato después
Mascherano tras una jugada en la que el hombre de Barcelona pifió y le quedó la
pelota servida a Alexis para encarar y quedar mano a mano con Romero. El
delantero le pegó fuerte y la pelota salió alta ante el cruce de Zabaleta.
Ya sin ideas y con los
jugadores agotados, todo se definió en lospenales. Matías Fernández puso en
ventaja al local y Messi metió el primero de Argentina. Arturo Vidal, para el
2-1. Y llegó el turno de Higuaín. El Pipa, que había tenido la más clara del
partido, falló también desde los doce pasos y la tiró muy alta. Gol de Aránguiz
para el 3-1. Ever Banega tenía la presión de emparejar pero su derechazo fue a
las manos de Bravo, que voló bien hacia su izquierda.
Y llegó el momento de
Alexis. Sí, el delantero que no había dejado su huella en todo el certamen. La
Copa le tenía guardada una sorpresa. Y él cumplió. Con un toque de calidad la
picó suave. Para que el gol se disfrute desde el inicio. Para que estallaran
los miles de chilenos que coparon el estadio Nacional. Y para clavar otro puñal
en el corazón argentino, que vio otra vez pasar de cerca la copa.
Fuente: Agencias
Julio/04/2015
www.libertadguerrero.net
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