POLITICOSAS
•Astudillo y Walton anticipan su derrota
[ Por Edgar Pardomo ]
El reclamo airado del candidato del PRI al
gobierno del estado, Héctor Astudillo Flores, por la asistencia del gobernador
de Guerrero, Rogelio Ortega Martínez, al arranque de campaña del aspirante al
gobierno del estado de Michoacán, Silvano Aureoles Conejo, es reflejo del
nerviosismo que priva en su campaña y una justificación fácil ante inminente
derrota en los comicios del próximo 7 de junio.
El pasado domingo 5 de abril Ortega se
trasladó de Toluca al municipio michoacano de Zitácuaro para asistir al evento
político perredista. Viajó en uno de cinco helicópteros que la dirigencia
perredista del estado vecino rentó para el viaje de sus invitados, entre otros
el gobernador de Morelos, Graco Luis Ramírez Garrido Abreu y el dirigente
nacional del partido del sol azteca, Carlos Navarrete Ruiz.
Este lunes en el periódico El Sur apareció
una inserción pagada en media plana, donde Astudillo calificó de “imprudente”
que Rogelio Ortega “desatienda los graves problemas de inseguridad e
inestabilidad política que padece la entidad y prefiera hacer proselitismo
político”.
En su posicionamiento, el priísta señala que
el gobernador guerrerense “no ha enfrentado el recrudecimiento de la violencia
y ha dejado a su suerte regiones del estado donde hay saldos trágicos”.
Astudillo pretende hacer creer a la opinión
pública que la crisis política y social, así como la inseguridad pública que
persiste en Guerrero es porque Rogelio Ortega Martínez se ausentó unas horas de
la entidad para atender una invitación que le hiciera Silvano Aureoles, a quien
—según dijo el gobernador el lunes en conferencia de prensa— conoce desde hace
tiempo.
La realidad que pinta de Guerrero Héctor
Astudillo en este posicionamiento es consecuencia del actuar de políticos
corruptos del pasado reciente. Él es parte de ese pasado que heredó el presente
en que vivimos.
Astudillo ha sido dos veces alcalde de
Chilpancingo y formó parte de la actual 60 Legislatura al Congreso del Estado
de Guerrero. Solicitó licencia para dejar su cargo como diputado plurinominal y
buscar por segunda ocasión la gubernatura del brazo de Manuel Añorve Baños y
René Juárez Cisneros. Los tres “distinguidos” priístas han hecho de la
cleptocracia un manual de gobierno que ha empobrecido al pueblo.
Astudillo y sus patrocinadores políticos son
egresados de la corrupción política, escuela tricolor que ha enseñado a sus
discípulos las artes del uso ilegítimo de información privilegiada para
llevar a cabo sobornos, extorsiones, fraudes, malversación y prevaricación.
Ellos añoran el poder para continuar el caciquismo, el compadrazgo, la
cooptación, el nepotismo, la impunidad y el despotismo.
Esa corrupción política facilita a menudo
otro tipo de hechos criminales como el narcotráfico y el lavado de
dinero. Por eso están empeñados en recuperar el gobierno de Guerrero al costo
que sea, para conseguir esa ventaja política que les permita seguir actuando de
manera ilegítima, en forma secreta y privada.
Rogelio Ortega no es responsable de que en
Guerrero haya sentado sus reales el narcotráfico, no es responsable de la
matanza de Aguas Blancas, no es responsable de la matanza del Charco, no es
responsable del ataque, asesinato y desaparición de normalistas en Iguala, no
es responsable tampoco de la pobreza en que se encuentra más de la mitad de la
población de Guerrero.
El académico ha hecho un gran esfuerzo por
recuperar poco a poco la paz en Guerrero, estado que recibió incendiado por
protestas de grupos sociales y del magisterio como consecuencia de los malos
gobiernos que hemos padecido, mérito que no quieren reconocerle por mezquindad
los actores políticos, principalmente los priístas, porque les conviene que la
entidad siga convulsionada para infundir miedo entre los votantes y presentarse
como los salvadores del estado.
Claro está, Astudillo no tiene seguro el
triunfo, su equipo está nervioso y ya busca justificación a su inminente
derrota en las urnas, al igual que los integrantes del “cuarto de guerra” de
Luis Walton Aburto, encabezados por el coahuilense Ricardo Mejía Berdeja, coordinador
de la campaña del candidato de Movimiento Ciudadano quien busca llamar la
atención a través del escándalo, sabedores que no ganarán porque la gente tiene
presente que hicieron mal gobierno en Acapulco.
Usted acaba de leer
un artículo de opinión cuyo contenido refleja el punto de vista del autor.
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