EL VOYERISTA
¿Ante la falta de argumentos, difama?
Por Alfredo Guzmán
La desesperación y la carencia de una estrategia adecuada, para avanzar, para definir elementos que lo hagan fortalecerse y de pasada, para minar al contrario, puede hacer que un político sin brújula, se agarre de un clavo caliente, porque sus asesores se lo proponen.
Ángel Aguirre Herrera, es un diputado que no propone, que no sube a tribuna, que no discute, que no participa en comisiones y a las que pertenece, no asiste, por considerar que no hay necesidad. Pues tiene todo comprado.
Por ese hecho supone que comprando espacios, conciencia o elementos informativos sin definir el objetivo, la causa y las acciones adecuadas, acepta todo lo que le indican, sin chistar.
Por ese hecho, tiene en mente detener al tal Evodio Velázquez Aguirre a como dé lugar, por ello, sin definir y ante la falta de argumentos de una campaña bien diseñada por parte del equipo, de quienes acompañan o quienes lo mal asesoran, el joven Ángel Aguirre Herrera, aunque sea tratara de hacer aparecer al tal Evodio Velázquez Aguirre, como el responsable de la caída de la estatua de la Diana Cazadora, hecho ocurrido ayer, cuando vándalos del puerto en un afán de esconder sus frustraciones, atacan, cuál lúmpenes, todo lo que se mueva, con el sólo propósito de ser vistos, simplemente. Lo lograron, pero sus acciones, son triunfos efímeros, que no tienen trascendencia, más que en el anecdotario del desmadre.
Decimos, a cómo dé lugar, porque ante la falta de argumentos de carácter estratégico, una campaña con todo y que no levante, no se diseña de un día para otro, ni buscará ser coyuntural, tratando de ensalzar cualquier presunto error, del contrincante.
Creo, que la moralidad de un acto, como eso de tumbar a la Diana Cazadora, no se le puede culpar a nadie, sino a las condiciones sociales, que han entrado a un estado crítico y en donde los jóvenes buscan explayarse en estos momentos de histeria colectiva, como ocurre, por ejemplo en la lucha libre.
A eso se le llama catarsis y si el equipo de Ángel Aguirre Herrera, no tiene argumentos para alcanzar o para detener a sus contrincantes, incluido el tal Evodio Velázquez Aguirre, deberá pensar en que Acapulco, bien vale un vals, pero no necesariamente, podrá reclamar derecho de herencia, de un espacio social, que le pertenece a la colectividad y que no se puede heredar.
Los asesores de Aguirre Herrera, habrán de iniciar la publicación de edictos, oficiosos, que buscarán establecer que el tal Evodio, no tiene la capacidad, la disciplina, respetabilidad, y tamaños, para gobernar Acapulco, que no sea andar azuzando chamaquitos vandalitos y lúmpenes acapulqueños, que alcoholizados y motivados por los medios informativos, como Televisca y el buey Azteca, les han alimentado, que con ello, México, avanza y es mejor.
Triste papel, para quienes sin idea, tengan que seguir propuestas de difamación contra cualquier político, al que no pueden detener, por carecer de elementos para una discusión seria, sobre lo que Acapulco, demanda y requiere.
En la palestra, se encuentra la discusión de fondo. Acapulco, se hereda?
O Acapulco, se llena de ideas, donde con elementos que fortalezcan la Marca Ciudad, inicien a desarrollar estrategias a 25, 30 años, que permitan al puerto más famoso del Pacífico, recuperar el lustre que perdió por la corrupción de muchos políticos, que hoy, quieren seguir haciendo del puerto, su ración de un pastel familiar.
Comentarios: voyer54@yahoo.com.mx
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