EL VOYERISTA
¿El fin justifica los medios?
Por Alfredo Guzmán
Las cosas, se hacen y después se explican. El gobierno de Ángel Heladio Aguirre Rivero, actúa en función de intereses bien definidos. Y pone a trabajar a toda la administración pública del estado de Guerrero en función de la familia.
Un evento ocurrido este fin de semana en Acapulco, en el Centro de Convenciones del estado de Guerrero. Con ciudadanos acarreados desde Ometepec, hasta Acapulco, se llenó un espacio, con unos mil quinientos ciudadanos. Con el secretario de finanzas, Jorge Salgado Leyva actuando para lo que sea necesario resolver. Un Contralor, Antonio Arredondo, redactando documentos e inventando organizaciones para favorecer a un hijo de la familia. En fin, toda la parafernalia necesaria, movilizando ejércitos de ciudadanos hambrientos, a los que les regalaron una torta, un jugo y botellitas de agua, y 200 pesos, para repartir entre los líderes, quienes se encargarán de hacerles llegar la aportación que el gobierno del estado, dinero de los guerrerenses.
El evento lleno de banderitas, de emoción y de acción montada desde Casa Guerrero, pero que como fórmula para detener a suspicaces, se establece que no tiene nada qué ver con cuestiones políticas.
Es decir, si hace como pato y camina como pato, no es un pato, es una engañifa.
Un gobernante mediocre que, quiere engañar a los que ya engañó desde hace años y que les quiere seguir dando y cambiando cuentas de vidrio por su voto.
Pero que además en su histeria, quiere culpar a los periodistas, de sus pifias, de sus errores, de su falta de planeación, de su improvisación, de su carencia de proyectos y de los excesos cometidos por funcionarios, en su mayoría mediocres, escogidos por amistad y nunca por su capacidad e idoneidad y conocimiento en las áreas.
Un gobernante, que busca desviar la atención, acusando a quienes sólo cumple una función de informar. Periodistas, que buscan la noticia y la plasman, como tal. Editorialistas, que analizan y contextualizan eventos, que no tienen contenido, que son vacíos y que sólo reciclan, ritos del pasado y que en el fondo, sólo buscan fortalecer el culto a la personalidad.
Un gobernante ansioso de loas, de aplausos y de veneración, pero que todos sus eventos, son improvisados y que no anuncian, cambios trascendentes, sino, sólo entrega de materiales, a los que está obligado.
Un gobernante que no acepta la crítica, ni el cuestionamiento, pero que presume ser demócrata. Que por un lado asume que nada ni nadie puede estar por encima de la crítica. Los excesos, de una administración que navega en la improvisación total.
En fin, habrá quien diga que el fin justifica los medios. Pero esos medios, son recursos financieros de los guerrerenses utilizados a favor de uno de los hijos del gobernador.
No es ético, pero quizá válido para quienes orquestan campañas desde el poder. No hay forma de calificar acciones de este tipo, que rayan en la desvergüenza y en el exceso.
Y para variar ya hay campañas abiertas, como la de Alberto López Rosas, otro funcionario de la actual administración pública, que quiere seguir compitiendo, suponemos. “Los jóvenes con Alberto López Rosas” Es lo que dicen las playeras.
¿Campaña adelantada? No lo sé. Pero es evidente que si nadie pone orden, este gobierno, se descarrilará. Al tiempo. Comentarios; voyer54@yahoo.com.mx
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