CONTEXTO POLÍTICO
Guerrero, territorio de sangre e impunidad
Por Efraín Flores Iglesias
Antes de que el Partido de la Revolución Democrática (PRD) conquistara el poder en la entidad, era la esperanza para muchos ilusos, pues confiaban que los próceres de ese instituto político iban a sacar del atraso social a los guerrerenses y resolver las grandes demandas de justicia.
En poco tiempo esa esperanza se convirtió en indignación.
El primer personaje en llegar al poder con la bandera de “izquierda”, fue Zeferino Torreblanca Galindo, quien inauguró su gobierno, el 1 de abril de 2005, con políticas públicas contrarias a la plataforma del PRD.
El cambio que prometió en su campaña jamás lo cumplió.
De hecho, los asesinatos en contra de dirigentes sociales, periodistas y actores políticos marcaron al sexenio zeferinista.
Los crímenes que antes del 2005 se cometieron, nunca se resolvieron (ni se resolverán). Las matanzas de Aguas Blancas y El Charco siguen impunes. Y ningún perredista alzó la voz para esclarecer tales hechos de sangre; por el contrario, Sebastián de la Rosa Peláez, dirigente estatal del PRD en ese entonces, actuó más como defensor de oficio deZeferino Torreblanca Galindo, pues cada vez que alguien cuestionaba la insensibilidad del ahora ex mandatario estatal, el famoso “Sebas” salía para defenderlo.
El 20 de agosto de 2009 asesinaron a Armando Chavarría Barrera, quien era en ese momento presidente de la Comisión de Gobierno del Congresolocal y fuerte prospecto del PRD para suceder a Zeferino Torreblanca en la gubernatura.
En un principio toda la clase política condenó el crimen, pero poco a poco se apagó esa exigencia de justicia.
Los dirigentes de la cúpula del Sol Azteca se engolosinaron con las migajas que les daba Zeferino, y fue así como mandaron al carajo las causas sociales que en el pasado abanderaron.
Lo que antes le cuestionaron y reprocharon a los priistas (sus primos hermanos), hoy lo hacen a la perfección. Cada vez que un personaje de su partido es señalado o involucrado en actos de corrupción o de asesinatos, salen a defenderlo ciegamente.
Actúan como si fueran un tribunal, pues exoneran en un santiamén a sus compañeros, sean culpables o no, en lugar de que las autoridades investiguen los hechos. Pero bueno, así son los perredistas de cúpula.
Cuando Ángel Aguirre Rivero llega al poder por segunda ocasión, los crímenes en contra de luchadores sociales no pararon; es más, con él se inició una estrategia de persecución y hostigamiento a sus adversarios y críticos.
La delincuencia organizada opera impunemente con Ángel Aguirre, tanto que en varios municipios de la entidad surgieron grupos de autodefensa ciudadana para defenderse de los criminales.
Las extorsiones, robos, secuestros, levantones y ejecuciones son el pan de cada día. ¿Y el gobierno aguirrista? Bien, gracias.
Hay vacío de poder y autoridad. Eso queda bien claro. Por eso no para la violencia en las 7 regiones del estado.
A nivel nacional e internacional se tiene la percepción de que Guerrero, es territorio de sangre y de caciques. Y no se equivocan.
Ni Zeferino Torreblanca ni Ángel Aguirre se atrevieron desde el principio de sus mandatos, reiniciar investigaciones en contra de Rubén Figueroa Alcocer por el caso Aguas Blancas. De la matanza de El Charco ni se diga; para empezar quién era gobernador en 1998.
Y, peor aún, menos se esclarecerán los crímenes de los años 70s, periodo que se le conoce como la “Guerra Sucia”.
La impunidad es la que ha predominado siempre en Guerrero… y en todo el país. Todos los de arriba se protegen entre sí. No es novedad.
El caso más sonado en este momento, y en donde el PRD juega un papel muy importante, es la seria acusación que hacen en contra del alcalde de Iguala y miembro de la corriente Nueva Izquierda, José Luis Abarca Velázquez, a quien responsabilizan del asesinato de Arturo Hernández Cardona, dirigente de Unidad Popular y a otros dos miembros de dicha organización.
La imputación la hizo hace un par de días Nicolás Mendoza Villa, quien supuestamente presenció que el edil igualteco dio muerte a Hernández Cardona.
En lugar de exigir el esclarecimiento de los hechos, algunos miembros del PRD descalificaron el testimonio de Nicolás Mendoza Villa, e inmediatamente cerraron filas a favor del presunto homicida.
Incluso, el presidente de la Comisión de Gobierno del Congreso local, Bernardo Ortega Jiménez, se metió en esa dinámica. Error, grave error.
Pero en fin, el PRD es responsable de sus actos e incongruencias. El 2015 está a la vuelta de la esquina, y es cuando sectores agraviados por el autoritarismo del gobierno aguirrista van a cobrar la factura.
ENTRE OTRAS COSAS… Que el alcalde Mario Moreno Arcos nos explique a todos, de cómo logró obtener un crédito del FOVISSSTE para comprar y construir una casa en Chilpancingo. Se supone que solamente trabajadores al servicio del Estado tienen ese gran privilegio.
Y hasta donde sabemos, Mario Moreno ha desempeñado durante más de 15 años diversos cargos de representación popular; o sea, no ha sido un trabajador que cotice al FOVISSSTE.
¿O ustedes qué opinan amables lectores?
efrain_flores_iglesias@hotmail.com
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