ENTRESEMANA
El gobernador está enfermo…
Por Moisés Sánchez Limón
El de la corrupción pareciera un mal incurable, sobre todo en países como México, donde con cierta frecuencia, desde hace poco más de una década, ha habido pronunciamientos por legislar en la aplicación del control de confianza y el antidoping a candidatos a cargos de elección popular.
Hay sobrados casos de legisladores y gobernadores que, de haber sido sometidos incluso al antidoping, no se habrían alzado con dineros públicos ni burlado a la ley, como el indiciado y ex diputado federal perredista Julio César Godoy Toscano, hermano del ex gobernador michoacano Leonel Godoy Rangel.
Pero igual, un imperativo debiera ser que los aspirantes a un cargo de elección popular aprobaran un riguroso examen médico, como certificado para ser nominado y, en caso de ganar la elección, estar en condiciones de legislar o gobernar de tiempo completo.
Dirá usted que ésta pareciera crítica al renovado gobernador de Michoacán, Fausto Vallejo Figueroa; es posible, porque don Fausto sabía de su delicada salud y se aventuró. Aunque hay otros gobernadores que con cierta frecuencia viajan a Estados Unidos a someterse a un ajuste de máquina porque ésta les funciona con problemas.
Para combatir a la corrupción hay cura, pero se le mantiene en status de incurable porque así conviene al sistema político, cuyos próceres se hacen de la vista gorda. Ahí tiene usted a algunos jefes delegacionales en el Distrito Federal y a los diputados panistas y priistas que son acusados de cobrar el diezmo por “bajar” recursos presupuestales a estados y municipios.
También transitan los ex gobernadores de Jalisco y Guanajuato, Emilio González Márquez y Juan Manuel Oliva Ramírez, contra quienes hay documentadas acusaciones de haber medrado con el gasto público. Un antídoto que por lo menos aplacaría la voracidad de los políticos corruptos, aunque de ella no se salvan ciertos empresarios, sería meterlos a prisión como delincuentes que son. Aunque son cínicos y reincidentes.
Pero, en el caso de los exámenes médicos, éstos deben ser aplicados sin regateos ni complicidades. Y es que, mire usted, en Tabasco se corre la versión de que el gobernador Arturo Núñez Jiménez tiene problemas de salud, instalándose en la antesala de la solicitud de licencia.
De acuerdo con la información disponible y que circula en corrillos políticos tabasqueños, el gobernador ha dado muestras de no estar en condiciones de asistir a actos públicos en los que se requiera de caminar o estar mucho tiempo de pie, porque tiene flebitis, es decir, un problema de circulación en las piernas.
A esta versión pareciera contradecirle la presencia del gobernador tabasqueño en el acto celebrado en el Zócalo de la ciudad de México, el domingo último, al que convocó Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano contra la supuesta pretensión gubernamental de privatizar a la industria petrolera. Pero, bueno, la flebitis requiere de atención para no derivar en tromboflebitis y generar un severo colapso pulmonar.
El hecho es que, de acuerdo con lo que se registra en tierras tabasqueñas respecto de la actividad del gobernador Arturo Núñez, en un año de gestión sólo ha tenido 16 giras. Eso, en una entidad con problemas de inundaciones, contaminación ambiental por la explotación petrolera, delincuencia, pobreza y otros etcéteras, sólo quedaría al gobernante que le gusta echarse a la hamaca y, que se sepa, Arturo no es de esos.
Sin embargo, por ejemplo, en el reparto de despensas y ayuda a la población damnificada por las inundaciones, Núñez Jiménez no apareció. Bueno, hace unos días abandonó La Quinta Grijalva para ir a la entrega de despensas. Para el efecto estrenó botas pero no se las mojó porque entregó los apoyos en una elevación donde apenas se mojó las botas, pero la escenografía estaba ad hoc porque en las fotos aparecía de fondo la inundación.
¡Ah!, pero su esposa, Martha Lilia López, le ha entrado al quite y anda de gira en gira entregando apoyos y palabras en nombre de su marido el góber, aunque la señora como que no tiene mucha experiencia en el manejo político, o los asesores de su cónyuge dejaron que metiera la calceta cuando, subió a Facebook su experiencia en estos asuntos.
"Hoy fue un día maravilloso, tuvimos la oportunidad de visitar lugares bellísimos del municipio de Centro; aunque hay un poco de creciente, de todas maneras se puede admirar la belleza de nuestro paisaje", escribió doña Martha Lilia. Por supuesto que la gente se encabritó, porque esa “poca creciente” desmadró al patrimonio de miles de tabasqueños.
Y, otra más que demuestra la “sensibilidad” política de Núñez Jiménez, es aquella de solicitar recurso del FONDEN sólo para el municipio de Macuspana, casualmente el terruño de Andrés Manuel López Obrador, aunque hay 12 municipios bajo el agua. ¿Estará enfermo el señor gobernador? ¿Por qué no desmiente la versión y atiende a su gobierno como la Constitución manda? Digo.
sanchezlimon@gmail.com
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