CONTEXTO POLÍTICO
Gustavo Alcaraz y su amigo de la cueva de Amatitlán
Por Efraín Flores Iglesias
Poner en manos del Diablo la solución de los problemas de un pueblo, es una gran irresponsabilidad de un gobernante.
El sábado 5 de octubre, el alcalde perredista del municipio de Tixtla, Gustavo Alcaraz Abarca, a raíz de la incapacidad de su gobierno, optó acudir a la cueva de Amatitlán (lugar en donde supuestamente habita Satanás) para pedirle que le ayude a desfogar las aguas negras de la laguna “Espejo de los Dioses” que desde el pasado 15 de septiembre inundaron más de 2 mil viviendas, a consecuencia de las fuertes lluvias que provocaron la tormenta tropical “Manuel” y el huracán “Ingrid”.
Gustavo Alcaraz no acudió solo en la cueva del “Amigo” (así le dicen de cariño los que adoran al ángel expulsado del paraíso), pues se hizo acompañar de Erika Alcaraz Sosa –la regidora perredista que la acompaña en todas partes–; del regidor del Partido del Trabajo, Víctor Bartolo de la Cruz; Francisco Morales Gutiérrez, regidor del PRI (pelele del ex alcalde Edgardo Astudillo Morales, como lo fue antes de Jorge Luis Campos Espíritu); directores municipales, y algunos vecinos damnificados por las pestilentes aguas.
De acuerdo a las notas publicadas el 6 de octubre en periódicos de circulación estatal, los adoradores del “Amigo” o de Satanás llevaron como ofrenda mezcal, moles, tamales, panes, flores, cigarros… y estuvieron rezando un buen rato.
Nadie está en contra de que Gustavo Alcaraz Abarca crea en el Señor de las Tinieblas. Está en todo su derecho de profesar cualquier religión y de creer en quien se le dé su regalada gana. La cuestión es, que en estos momentos tiene una responsabilidad pública, que le confirieron los tixtlecos hace un año.
Al momento de ser abordado, Gustavo Alcaraz justificó su presencia en la “casa delChamuco”, argumentando que lo hizo como ciudadano creyente y no como autoridad.
De acuerdo a algunas personas que acudieron al ritual, ya eran más de 100 años en que no habían ido a ese lugar para pedirle un favor al Diablo.
Luego de que la noticia se difundió en los medios de comunicación, hubo quienes empezaron a manejar en las redes sociales que Gustavo Alcaraz es un adorador por excelencia de Satanás, a tal grado de que la candidatura del PRD y el triunfo en las urnas, “se lo debe a ese ser maligno”.
Hay quienes adoran y creen en Dios, Alá, Buda, la Santa Muerte, San Judas Tadeo, la Virgen de Guadalupe, etc. Por eso, insisto, no se cuestiona que Gustavo Alcaraz crea en el “Señor de los Infiernos”, pero que no olvide que su primera obligación es atender los problemas de su pueblo, Tixtla en este caso.
En lo privado puede rezarle y dar ofrenda al “ser divino” de su preferencia.
Lo que en estos momentos le importa a los damnificados de Tixtla, es recuperar algunas de sus pertenencias que quedaron inundados en sus domicilios; así como ser reubicados en lugares en donde puedan vivir sin el temor de quedar atrapados en las aguas negras de la laguna.
¿Cuántos alcaldes de Guerrero –aparte de Gustavo Alcaraz–creen y veneran a Satanás?
DETENCIÓN ARBITRARIA A POBLADORES DE ATLIACA
Desde un principio el comisariado de los Bienes Comunales de Atliaca, municipio de Tixtla, Victorino Iglesias Alarcón, se pronunció en contra de que las aguas negras que inundaron a miles de habitantes de la cabecera municipal fuera desfogada en los arroyos y sembradíos de la localidad que representa, ya que iba a generar enfermedades en la piel y vías respiratorias.
La asamblea (comuneros), máxima autoridad de los Bienes Comunales le ordenó al comisariado proponerle al alcalde de Tixtla y a los damnificados que si querían que las aguas pasarán por Atliaca, no había problema, pero, que fuera a través de tubos bien sellados para no contaminar los manantiales y sembradíos de la población.
A las autoridades estatales y federales no les importó esa situación, y comenzaron a mandar el agua contaminada de Tixtla a Atliaca, lo cual puede provocar en los próximos días enfermedades a la población. Y para eso, el pasado jueves (10 de octubre) el comisariado de Bienes Comunales y un grupo de personas acudieron al punto conocido como Los Terreros para constatar la arbitrariedad del gobierno de Gustavo Alcaraz de mandar, sin permiso de los atliaquenses, las aguas negras.
Momentos después llegó a ese lugar el síndico procurador, el perredista David Martínez Valadez, el director de Seguridad Pública Municipal, Rubén Reyes Cepeda, así como elementos policiacos. Supuestamente el síndico acudió para dialogar con el comisariado de Bienes Comunales, Victorino Iglesias Alarcón, pero todo fue falso. Fue una trampa. Pues aprovechó para ordenar a los policías detener a los pocos comuneros que allí quedaban –pues minutos antes algunos se habían movido a Atliaca– y trasladarlos a la delegación de Barandilla.
No conforme a eso, el mequetrefe síndico procurador azuzó a un grupo de damnificados de la Laguna Negra para agredir a los comuneros de Atliaca. De acuerdo a fotos y videos, sólo fueron jaloneos, pero a los reporteros que cubrían la nota fueron empujados por el grupo de choque e intimidados por la policía municipal.
El gobierno de Gustavo Alcaraz está acostumbrado a agredir y a detener a los que se manifiestan contra él. Le incomoda que algunos sectores sociales no compaginen con sus ideas.
No es la primera vez que Gustavo Alcaraz comete una puntada. Ya es su costumbre. Es un gobernante fallido.
Lo peor de todo, que su partido: el PRD, lo solapa.
El comisariado y 11 comuneros de Atliaca fueron liberados horas más tarde, ya que la gente de ese poblado empezó a presionar en la entrada de la delegación de Barandilla. Funcionarios del gobierno estatal también contribuyeron para que los detenidos fueran puestos en libertad, pues no había delito que perseguir.
David Martínez Valadez corre el riesgo de ser sometido a juicio político en el Congreso local, al ordenar esa detención arbitraria.
El mequetrefe síndico que, por cierto, pertenece a la banda, digo, tribu perredista de Víctor Aguirre, ya se ganó el repudio de los atliaquenses.
David Martínez Valadez es un inepto, un inútil representante popular. Es un personaje que no le interesa para nada el desarrollo de Tixtla, ya que prefiere arrodillarse anteGustavo Alcaraz Abarca.
Una de sus obligaciones es velar por la seguridad de Tixtla, pero ese rubro no le importa, ya que prefiere que los tixtlecos sean rehenes de la delincuencia.
El que no se ha pronunciado en torno a la detención arbitraria de los 12 pobladores de Atliaca, es el representante de ese distrito, el perredista Bernardo Ortega Jiménez, quien además es presidente de la Comisión de Gobierno del Congreso local. Todo para indicar que apoya al inepto alcalde Gustavo Alcaraz Abarca (el amigo del huésped de la cueva de Amatitlán).
ENTRE OTRAS COSAS… El delegado de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) en Guerrero, Fermín Gerardo Alvarado Arroyo, sólo sirve a los intereses de los empresarios y comerciantes, más no a los usuarios y/o compradores afectados con el incremento de precios en varios municipios de la entidad. ¿Y así quiere gobernar Acapulco? ¡Por favor! Es una vergüenza para el PRI.
Comentarios:
efrain_flores_iglesias10@hotmail.com
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