Asesina con crueldad a sus padres adoptivos por dinero - Libertad Guerrero Noticias

Asesina con crueldad a sus padres adoptivos por dinero


CIUDAD DE MÉXICO (www.libertadguerrero.net).- Nadie imaginó que Ana Carolina, de 17 años, fuera capaz de cometer un crimen y es que la mayoría de las personas que la conocen la consideraban una jovencita lista, reservada, tranquila y un poco 'enojona', actitud que terminó cuando comenzó una relación con José Alberto Grajeda Bastista, de 18 años.
Para sus familiares y conocidos, el 'infierno' comenzó cuando, hace unos días, la adolescente reportó ante las autoridades de Chihuahua la desaparición de sus padres adoptivos: María Albertina Enríquez, de 68 años, y Efrén López Tarango, de 88.

EL CRIMEN

Ana, Alberto y su amigo, Mauro Alexis Domínguez Zamarrón, de 18 años, planearon matar a la pareja de ancianos luego de varias quejas de la joven sobre sus padres adoptivos. Así el trío planeó el asesinato para un viernes ya que, como reveló el Ministerio Público (MP), la mujer que les ayudaba en la limpieza descansaba.
Los jóvenes esperaron a que el padre, Efrén, saliera como cada semana a su partido de billar, entonces, con engaños, Ana hizo que la señora Albertina fuera a la cocina, donde Mauro la atacó por la espalda y la estranguló con un cable; tras perder el conocimiento le inyectaron 3 jeringas llenas de insecticida y cloro en el pecho y en la yugular y escondieron el cadáver.
Al llegar el señor, José Alberto estranguló al hombre y lo amarró del cuello a una pata de la mesa 'para que en caso de despertarse, no pudiera moverse', minutos más tarde le inyectaron cloro con insecticida en el cuello.

ACTUABAN COMO SI NADA...

Luego de dar muerte a la pareja, Ana, Alberto y Mauro tomaron el dinero que guardaban sus víctimas en una bodega (alrededor de 20 mil pesos) y salieron a un puesto callejero a comer hot dogs.
De acuerdo a sus declaraciones ante el MP, regresaron a la casa, bebieron cerveza y se fueron a dormir. A la mañana siguiente limpiaron la escena del crimen, subieron los cuerpos a una camioneta y fueron a comprar gasolina: 13 litros en total.
El amigo de Ana, Mauro, condujo la camioneta hasta un terreno baldío a las afueras de la ciudad, donde rociaron los cuerpos con gasolina, se dieron el tiempo de ir a comprar cerillos y regresaron a prenderles fuego.
Por la noche, Ana y Alberto acudieron a una fiesta de 15 años donde el joven trabajaría como mesero y su pareja disfrutaría de la velada.
Al día siguiente -domingo- Ana Carolina reportó la 'desaparición' de sus padres, primero con su tía luego con las autoridades.

LA JOVEN PARECÍA NORMAL

Ana Carolina fue adoptada desde pequeña por Albertina y Efráin, sin embargo siempre supo quien era su madre, misma que falleció hace 5 años víctima de VIH, su padre murió hace varios años y tiene una hermana biológica mayor que ella.
A pesar del conocimiento de su situación familiar, las personas allegadas a la familia afirman que la adolescente se comportaba con sus padres adoptivos de lo más normal: como toda adolescente llegó a discutir con su madre por teléfono, le iban a regalar un coche y esperaban poder mandarla estudiar a Estados Unidos.
Pero los planes de Ana estaban alejados de lo que sus padres planeaban para ella, sus amigos afirman que la joven quería casarse y formar una familia 'con hijos que sí fueran suyos'.
Ahora, los psicólogos criminales que llevan el caso se dicen sorprendidos por la actitud y la frialdad de la joven al hablar y confesar su crimen. Además de la actitud de su amigo Mauro, quien en alguna ocasión aseguró que quería sacarle el seno a su madre, cocinarlo y comérselo, pero que no lo había hecho 'porque derramaría mucha sangre'.
Alberto por su parte, es un joven sumiso que asegura que hizo todo porque Ana se lo pidió, ya que era ella quien 'llevaba las riendas de la relación y lo controlaba con sexo'. Fue él quien no soportó cuando lo interrogaron en la búsqueda de la pareja y confesó el crimen.

LA PENA QUE DEBERÁN PAGAR

La Fiscalía de Chihuahua busca que los 3 jóvenes sean condenados por homicidio con todas las agravantes de la ley: premeditación, alevosía, ventaja y traición.
De acuerdo al Código Penal vigentes el delito puede castigarse con prisión vitalicia, sin embargo, el caso de Ana es especial ya que se trata de una menor de edad.
La Ley Especial de Justicia para Adolescentes Infractores del estado, estipula que la pena máxima a pagar para la menor sería de 15 años de prisión.
En conclusión, Ana podría pasar 15 años en la cárcel y sus cómplices toda la vida.

Fuente: Agencias
Mayo/25/2013
www.libertadguerrero.net
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Edición: Fracalo

Libertad Guerrero Noticias, periódico online editado desde el puerto de Acapulco, Guerrero, México, bajo la dirección del periodista Francisco Cárdenas López (Fracalo). Contacto: fracalo2001@yahoo.com.mx

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