La secuestradora Cassez y la escasez materna de García Luna
Para distender la atención nacional centrada en Guerrero, Michoacán y El Vaticano nos regalaron otro escandalito pero en frío y trasnochado…
A cada capillita le llega su fiestecita, el Presidente Enrique Peña Nieto y el Procurador Jesús Murillo Karam saben hacia dónde dirigirse para dar golpes efectivos contra la tradicional inmunidad e impunidad de funcionarios públicos malandrines.
Más de un ex gobernador andan en la cuerda floja como el de Tabasco por agasajarse con dineros públicos, pero incluso antes que la caída de la cacique magisterial Elba Esther Gordillo Morales, se esperaba con ansia justificada que la ley volteara su mirada hacia el que fuera el lugarteniente consentido de dos presidentes blanquiazules: Vicente Fox Quesada y Felipe de Jesús Calderón Hinojosa.
El Ingeniero Mecánico Genaro García Luna, especializado en espionaje político desde sus chambas en el misterioso CISEN protegido por Jorge Tello Peón, debería haber estudiado para director teatral o cinematográfico, pero el destino lo convirtió en malo y mal policía intocable, con licencia para hacer y deshacer durante dos sexenios y permiso para disimular secuestros y favorecer a la industria funeraria y panteonera de México; quizá él personalmente no mató a nadie, pero toleró y consintió prácticas contrarias a derecho haciendo del abuso de autoridad su estilo personal.
García Luna, el hombre huraño de pocas palabras por su dislexia, se convirtió en el “Durazo” del panismo en Los Pinos y jamás controló su perversa afición a montar escenas policiacas encarcelando inocentes, fabricando culpables, protegiendo delincuentes organizados y oficiales, controlando mafiosamente a los principales capos del narcotráfico al que simularon combatir en una guerra tan cruenta como estúpida, mientras hicieron negocios millonarios con los recursos federales para luchar contra la delincuencia.
Sin embargo por una mera cortesía con el ex presidente saliente lo dejaron escapar en diciembre pasado y la cuerda se le reventó por donde menos lo esperaba, con el caso de la secuestradora francesa Florense Cassez a quien la Suprema Corte de Justicia de la Nación no tuvo de otra que dejar libre, pero no porque fuera inocente, sino por la violación a garantías constitucionales en el procedimiento de captura y consignación contra ella y sus cómplices, una vergüenza mundial para al sistema mexicano que Peña Nieto quiso enmendar.
Después del malhechor escapado, ahora sí se envalentona la CNDH y Raúl Plascencia Villanueva anuncia espectacularmente que interpondrá una denuncia penal y administrativa contra 21 funcionarios policiacos que participaron en la detención de la ciudadana francesa Florence Cassez, incluidos Genaro García Luna y Luis Cárdenas Palomino.
Informa especialmente sobre las irregularidades cometidas por esos servidores públicos el 9 de diciembre de 2005, durante la detención de Cassez, indicando que los involucrados son 15 elementos de operación de la Agencia Federal de Investigación (AFI, hoy Policía Federal Ministerial), dos agentes del Ministerio Público y cuatro altos mandos.
Destaca entre ellos “el entonces titular de la AFI; el que fuera titular de la Unidad Especializada en Investigación y Secuestro; el entonces director general de Investigación Policial, y otrora director de Operaciones Especiales, respectivamente”.
Los ex funcionarios mencionados por la CNDH están involucrados en la violación de derechos humanos protegidos por diversos artículos de la Constitución y convenios internacionales.Pero no es todo, también les imputan delitos como “ejercicio indebido del servicio público, abuso de autoridad y delitos cometidos contra la administración de justicia”, que solo el Ministerio Público tiene facultad para identificar y calificar, aseguró Plascencia Villanueva, o sea que le pasa la pelotita caliente a Jesús Murillo Karam y la PGR.
Raúl Plascencia Villanueva aseguró que estas conclusiones son producto de una indagatoria que incluye la recopilación y análisis de resoluciones del Poder Judicial, así como datos de medios de comunicación que dieron seguimiento al caso, además “de la valoración derivada del amparo directo en revisión 517/2011”, dado a conocer el 23 de enero en sesión pública.
Recordemos que Florence Cassez fue aprehendida por agentes de la AFI el 8 de diciembre de 2005; sin embargo, fue hasta el siguiente día, mediante una transmisión televisiva en directo, cuando se dio a conocer el caso a la opinión pública.
La francesa fue condenada el 4 de marzo de 2009 a 60 años de prisión por el delito de secuestro; sin embargo, fue liberada el 24 de enero pasado tras un análisis del caso en el pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Recalcó la CNDH que la violación al debido proceso implica un doble agravio a las víctimas: la que realizan los delincuentes y, luego, de los servidores públicos e instituciones, las cuales estaban obligadas a “garantizar acceso a la justicia para que los responsables de un delito enfrentaran las consecuencias prevista en la ley, pero propiciaron lo contrario”.
Bien dicen entonces que la justicia es lenta pero segura, pero ahora a ver dónde diablos encuentran a Genaro García Luna y sus compinches, o ya lo buscarán Interpol y la CIA…
Por supuesto que lo de la francesita no es la única felonía de García Luna y su temible equipo; aquí en Guerrero tienen un pollito pendiente como la manipulación contra servidores públicos de la Procuraduría de Justicia estatal a los que encarcelaron y persiguieron ferozmente, con tal de encubrir a los policías federales que silenciaron a dos vándalos incendiarios que se les escapaban en Chilpancingo, aquel fatídico 12 de diciembre del 2011 de una gasolinera asaltada que pretendieron hacer estallar para provocarle un conflicto enorme al Gobernador Angel Aguirre Rivero.
García Luna como en sus tiempos Arturo Durazo Moreno dará mucho más que hablar, si es que se deciden a investigar a fondo las puestas en escena que montó y en las que participó, como la famosa “fuga” del más famoso Capo del narco sinaloense, gracias a lo cual le permitieron crear su engendro de la AFI y cometer muchas porquerías. Al tiempo…
La última escena magistral que montó fue en Tres Marías, cuando sus federales disfrazados de civiles ametrallaron a dos agentes de la CIA, un marino y otro pasajero “no identificado” que se trasladaban huyendo en una camioneta blindada con placas diplomáticas y ahí como dice el famoso narco corrido pionero “del dinero y de Camelia, nunca más se supo nada”…
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