
Luis Walton ya no siente lo duro sino lo tupido…
Ante todo respeto muchísimo los cultos y creencias de los demás, para que no se hagan bolas me instruí en escuelas de Lasallistas, Benedictinos y Jesuitas, además fui acólito y “contestador” del santo oficio de misa dominical hasta los diecisiete años y para acabarla vivía relativamente muy cerca de la Basílica de Guadalupe.
En casa de mis difuntos progenitores hay una especial colección de pinturas al óleo de índole costumbrista con temas de las peregrinaciones y los templos de la Villa de Guadalupe desde todos los ángulos y horarios imaginables.
Sin embargo, no comulgo con el fanatismo exacerbado, pero admiro la devoción de muchos que conozco en la madre morenita, con cuya imagen los conquistadores españoles y sus misioneros evangelizadores se adueñaron del enorme territorio que hoy es México y antes fue de tribus y naciones autóctonas enemigas entre sí, pero unidas en el culto a la diosa madre Tonantzin que todos adoraban curiosamente en el cerro del Tepeyac, donde poco después de nacer la leyenda divina de las apariciones de la Virgen al indio Juan Diego se construyó el primer templo famoso a instancias de Fray Juan de Zumárraga.
Estupendo que la guadalupana conceda tantos milagros, consuelo y esperanzas a quienes creen ciegamente en ella, a veces hasta más que en Dios y en su hijo Jesucristo, pero ahí si ya no me meto pues es cuestión de cada quien.
Nunca se me olvidará mi debut en la Revista Quehacer Político allá por 1985 llevándome la portada con el tema “Corrupción en la Basílica, debajo del altar de la Virgen esconden fayuca y licores”.
El reportaje en dos partes donde revelé los trastupijes del Abad Guillermo Schulemburg y su sobrino con las concesiones de locales en la nueva Basílica, las millonarias recaudaciones en las alcancías y la comercialización de misas con intención y criptas funerarias, además del uso como bodega clandestina de contrabando en los sótanos del insigne templo nacional, a punto estuvo de costarme la vida, pero la habilidad de los dueños de la publicación controlaron la ira de la Mitra y hasta les vendieron una plana semanal de publicidad durante dos años por adelantado, para que no saliera la segunda parte de mi escrito, así que calculen de qué lado masca mi iguana.
En fin, esto viene a colación por el vergonzoso naufragio del Contralmirante Jose Manuel Rodríguez Morales la noche del 12 de diciembre en pleno centro acapulqueño, cuando cuentan que sus escoltas al enfrentarse con fervorosos y ebrios peregrinos del Mercado Central, se liaron primero golpes por no obedecer la orden de no detonar cohetes y en un momento dado comenzaron los disparos resultando personas heridas.
Corrió con suerte el arbitrario y prepotente jefazo de la policía municipal que malamente ratificó el alcalde Walton cuando asumió el mando quien sabe si por amenazas de la maña; los balazos fueron para evitar que la turba de fanáticos guadalupanos lo lincharan, su pendejez tiránica casi provoca una desgracia al año justo de la otra de Chilpancingo con que traen de una ala al gobernador Aguirre Rivero.
Se los dejo de tarea…
¿La Virgen le concedió el milagro a los policías de quitarse de encima al marino tirano mareado de poder en tierra?
Luis Walton se fajó los pantalones y lo puso a disposición del Ministerio Público junto con veinticinco subordinados, veremos qué pasa después y si consigue el presidente municipal de Acapulco personas adecuadas para enderezar esa pésima policía.
¿A quién se le ocurre molestar a los guadalupanos en su mero día?
Los comentarios y artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de quien los firma. Libertad Guerrero Noticias los publica en respeto irrestricto a la libertad de expresión.
___________________________________________________


0 comments :
Publicar un comentario
Por favor, ingresa tu correo electrónico para poder contactarte posteriormente... Gracias por visitarnos.