Literatura Mexicana, de
luto por Octavio Colmenares Vargas
El pasado jueves vía
Internet me comunicaron del fallecimiento del Lic. Octavio Antonio Vargas
Colmenares, abogado, periodista, escritor y uno de los más grandes y sólidos
editores de libros en México, con más de tres mil obras publicadas por su
empresa EDAMEX.
Siempre enérgico pero de
buen talante y amable, persona de trato refinado, fue el abogado general del
Excélsior y salió de él junto con Julio Scherer García, cuando Luis Echeverría Alvarez les echó encima un movimiento
cooperativista en la década de los setentas
Fundaron editoriales para un semanario que se hizo
famoso y poderosos, pero Don Octavio prefirió dedicare a la cultura publicando
libros sobre todos los temas logrando una serie interminable de best sellers.
¿Quién no se acuerda de
la historieta “Los Supermachos” del caricaturista Rius, por ejemplo?; pues la
editaba EDAMEX. Faltaría espacio para nombrar tantas obras exitosas que produjo
el Lic. Colmenares Vargas, llegando a ser premiado internacionalmente varias veces.
Mi relación con él como autor comenzó cuando convertido
yo en un tamal de yeso y con varias fracturas le llevé el borrador de mi
primera novelita sobre al asesinato contra el periodista Manuel Buendía Tellezgirón,
que me publicó el 6 de junio de 1988.Le intrigó que la hubiera escrito con tan
solo el dedo índice derecho espaciando con el pulgar de esa mano, que es lo que
podía mover mejor y me hizo recomendaciones pertinentes para modificar algunos
nombres por lo peligroso en aquel entonces del tema…
A querer o no les cayó el
veinte en la Procuraduría del DF y la Fiscalía Especial del caso, igual que al entonces Presidente Miguel de La
Madrid y su jefe del Estado Mayor Gral, Humberto Bermúdez Dávila y a su
eficiente Secretario Privado Emilio Gamboa Patrón.
Ordenaron que me operaran
en el Sanatorio del Estado Mayor en la avenida Constituyentes en agosto de
1988, pero las pistas que brindé en la novelita aunque fueron tomadas en serio
e investigadas, no fue sino hasta junio del 89’, ya con Carlos Salinas de
Gortari como nuevo presidente y con Ignacio Morales Lechuga de Procurador del
DF que surtieron efecto capturando a José Antonio Zorrilla Pérez, el ex Director Federal de Seguridad, justo cuando
me publicaba Don Octavio Colmenares la segunda novelita sobre las confidencias
del Ministerio Público…
A partir de entonces mi
editor me dijo que lo policiaco sería lo mío y me seguí de largo siempre con su
generoso apoyo. A Colmenares Vargas creo que igual, le apasionaban los riesgos
literarios como con “Justicia sin Ley” sobre los chacales de Sinaloa y Acapulco
y después en 1993, con el best Seller “Testigo a la Fuerza”, que provocó un
cesadero enorme en la PGR.
Octavio Antonio
Colmenares y Vargas,
en paz descanse
En fin, mi vida como
autor está muy ligada a Don Octavio Colmenares Vargas a través de una veintena
de obras. Cuando llegué a espantarme en serio tras el asesinato contra José
Rubén Robles Catalán el 6 de julio de
2005 y se me enfrió la pluma, él como editor me
volvió a animar y nació “Sólo Los Muertos Tienen Perdón”, el libro que
me proscribieron en Guerrero el sexenio anterior. A su favor diré que jamás quiso poner la palabra
“Mafiapulco” en la portada, creo que tenía buenas amistades en la entidad…
La publicación que ya no
alcanzó a mirar
Don Octavio Colmenares
Vargas
Para el 2009, el
espantado fue Don Octavio y me puso mil pretextos retrasando la publicación de “El
Chapo en el Espejo, Plata o Plomo” hasta junio del 2010; tuvimos que dejar las
aguas tranquilas un rato mientras me la pasé “destripado” y convaleciente, pero
desde principios de este año planeamos la segunda parte y continuación, pero
ahora fue él quien cayó hospitalizado y eso retrasó la edición comercial en
grande, atreviéndome yo a mandar hacer una edición privada y con ejemplares
limitados según mis pocos recursos, que curiosamente me entregaron de imprenta
este jueves 6 de septiembre, al mismo tiempo que acababa de fallecer el gran
editor mexicano, mi amigo y guía, cuya partida me duele mucho y se me sale la
tristeza por los ojos…
Pero así es la vida; creo
que se van de ella y a descansar en
paz los que ya cumplieron su misión;
jodidos los que nos quedamos en este
convulso mundo terrenal sin poner nuestro modesto granito de arena por
la verdad y la justicia, o la cultura de algún modo.
Mis condolencias para la
familia de Don Octavio, en especial para sus hijos Mónica y Manuel, esperando
que no abandonen la tradición editorial de su señor padre en cuatro décadas, un
abrazo respetuoso para el amable personal de EDAMEX y Carmelita Villanueva -¡Tilín, tilín!
-Maestra Pizarrina del Gis y Abaco, le
queríamos preguntar si ser editor de
libros es algo muy importante.
-Miren chamacos, aunque en Guerrero por
desgracia no somos muy afectos a ese enorme placer intelectual de aprender y
disfrutar teniendo libros en las manos para ejercitar la imaginación y la
inteligencia, editores mexicanos hay algunos, pero pocos como el que falleció
este jueves 6 de septiembre en el DF.
-¿Por eso se arrancó para el velorio su
prima Proculina?
-Es que su viejo todavía no está en
condiciones de hacer viajes largos y tuvo que permanecer en Acapulco,
lamentando la partida de su editor y amigo de muchos años, Don Octavio
Colmenares Vargas, que en paz descanse…
-Oiga teacher, ¿y como editor hizo mucho
dinero?
-Quien sabe pero creo que sí, ya se verá
ahora que muchos autores reclamen pago de regalías pendientes a la sucesión. La
industria editorial lleva años en severa crisis, cada vez la gente compra menos libros en México.
selvicz@hotmail.com
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