MADRID
(www.libertadguerrero.net).- El verano
no ha sentado bien a José Mourinho. Con todo el poder en sus manos, después de
que Jorge Valdano pasara por la guillotina, al portugués se le fueron acabando
los pretextos. El Real Madrid ha marcado uno de sus peores inicios de Liga de
todos los tiempos. No es momento de culpar a los árbitros, ni a la UEFA, ni al
presidente por no cumplir sus caprichos, sino a los jugadores.
Pero
culpar a los jugadores tiene sus propios riesgos. Mourinho es de ciclos cortos
y exitosos. Cortos porque en sus segundas temporadas con los equipos que ha
dirigido lo ha ganado prácticamente todo. Prepara a sus pupilos para ganar las
carreras por velocidad y no por resistencia. Exitosos porque logra penetrar en
la mente de sus futbolistas, les hace ver que el esfuerzo es garantía de
triunfo, y los somete a una presión que no puede durar cien años.
Por
eso también son cortos, porque la fórmula Mourinho tiene caducidad. Los
jugadores se cansan de ser los culpables cuando las cosas no marchan bien. Ya
no sólo es la tristeza de Cristiano, sino la suplencia de Özil, el desgaste de
los internacionales españoles por todas las giras y compromisos con la
selección, Carvalho, al que no le encontraron un mejor lugar que el banquillo
merengue, Benzema, que no anota, Kaká, que debería haberse ido, Varane, que
nadie sabe dónde está, y Coentrao, que se siente señalado por la afición
blanca.
El
vestidor del Real Madrid se ha convertido en un ring de boxeo. Nadie está a
gusto. Mourinho habla de falta de compromiso de algunos jugadores, mientras
Florentino ve como a Mourinho se le abren varios frentes enemigos y se le
deshacen algunos nudos.
Los
problemas aumentan y los resultados no llegan. Así es más difícil trabajar en
el Real Madrid, un club que siempre está bajo la lupa de la prensa, aficionados
y dirigentes madridistas. Según los medios españoles, los jugadores estarían
hartos de que el técnico portugués los exhiba ante los micrófonos. Consideran
que no son sólo ellos los culpables, sino que el propio entrenador no sabe cómo
reaccionar cuando sus oponentes se encierran atrás y no dejan lugar al
contragolpe mortal de los suyos.
Del
Santiago Bernabéu sale un olor que no gusta a la afición merengue. No se
esperaban a estas alturas del campeonato tener que remontar ocho puntos al
Barcelona, que, por su parte, ha firmado uno de los mejores inicios del
campeonato pese a que a Tito Vilanova aún no se le da plena confianza.
Este
martes, el Manchester City podría servir como bálsamo o como sismo en escala
Richter. Una derrota podría hacer que las paredes se agrieten y algún que otro
jugador comience a ventilar lo que se habla en el vestidor, mientras que una
victoria daría tranquilidad, porque da la sensación de que Mourinho no ha
preparado a su plantilla para disputar un torno largo y cansado como la Liga
española, pero sí para la Champions, deseo explícito de Florentino.
Fuente:
Agencias
Septiembre/18/2012
www.libertadguerrero.net___________________________________________________
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