
Magistrado
asesinado, por defender Sindicato de Ruta-100
Para
algunos altos funcionarios y personajes que no han calculado aún la
problemática de menearle el negocio a los pulpos transportistas de camioneros y
taxistas con proyectos maravillosos como el del ACABUS.
Les
comparto un poquito de historia
política negra e infame de impunidad en la procuración de justicia en México:
Aquel
domingo 18 de junio de 1995 a media mañana mi madre contestó el teléfono del departamentito, me
llamaba mi admirado ex jefe y amigo Don
Abraham Antonio Polo Uscanga, ex sub procurador de justicia del DF con Ignacio
Morales Lechuga y para entonces Magistrado de la Octava Sala en asuntos penales
del Tribunal Superior de Justicia del DF, bajo la presidencia del Magistrado
Saturnino Agüero Aguirre, vecino fin semanero del Fraccionamiento Costa Azul en
Acapulco.
Mi ex
jefe estaba siendo de plano acosado muy de cerca por asesinos contratados para
deshacerse de él, por no obedecer consignas contrarias a la legalidad en contra
de los líderes del Sindicato de Trabajadores de la Ruta 100 de Autotransporte
Urbano en el DF, que movilizaban unos cinco millones diarios de pasajeros.
Oscar
Espinoza Villarreal quería mantenerlos presos mientras se decretaba la quiebra
de la Ruta-100, pero su director Miguel Moreno Gómez, honradote a carta cabal,
se negó a la maniobra y consultó al abogado Polo Uscanga, detectando ambos
que Ruta 100 era sana financieramente y
lo que necesitaban hacer era denunciar a los ex directores por el fraude y
peculado cometido, con supuestas compras millonarias de refacciones.
Miguel
Moreno Gómez, (hermano de la prestigiada
Kena Moreno), oficialmente “se
suicidó de dos balazos al abdomen” porque le molestaban las agruras mientras
renunciaba antes de la semana santa para
dejarle su puesto a Luis Alberto Martínez y Célis, otro de mis mejores ex jefes
y amigos…
Años
antes, al Profesor Carlos Hank González en calidad de Regente del DF le había
costado un huevo y la mitad del otro lograr la “municipalización” del transporte
de pasajeros en camiones en la capital de la república, fundando el Organismo
Ruta 100 con vehículos ecológicos conocidos cono “delfines “ y “ballenas”,
cafés o azulitos, nuevos, más cómodos y más baratos.
A todos
los amafiados del “pulpo camionero” les
indemnizaron por sus vejestorios de unidades
y sus rutas; a los mejores
choferes se les contrató para conducir
decentemente las nuevas unidades del gobierno del DF, pero el primer gran
negocio que se les ocurrió en la
administración presidencial de Ernesto Zedillo Ponce de León, fue poder
volver a privatizar las concesiones poniendo a
circular camiones oruga dobles en 1995, parecidos a los que ahora
anuncian para Acapulco.
En el
turbio negocio estaban viejos magnates camioneros guerrerenses, mexiquenses
como los Alcántara Rojas y hasta estrellas de la tele noticiosa, como el hijo
adicto de un periodista judío y el junior talentoso de otro señor muy cejón,
que conducía el famoso gran premio de los 64 mil pesos y vigilaba
extraterrestres…
Oscar
Espinoza y su cuate Zedillo creyeron que sería fácil la maniobra encerrando a
los líderes del Sindicato de la Ruta-100 Virgilio Barco y otros, pero se les
atravesó la honestidad e insobornabilidad de personajes como Miguel Moreno
Gómez y Abraham Antonio Polo Uscanga.
Al
agobiado Magistrado lo llegaron a
“levantar” para lesionarlo a picahielzos y advertirle, que antes de renunciar
autorizara la convalidación del auto de formal prisión contra los líderes de
Ruta-100, pues eran órdenes del Regente de la Ciudad y punto.
El
Magistrado denunció penalmente los
hechos y se quejó ante la Judicatura,
tendría que acudir al juzgado penal el 20 de junio a declarar a favor de la
libertad de los líderes sindicales y de
ahí tras una entrevista radiofónica en Acir
con Pepe Cárdenas, se vendría a estar unos días conmigo en Acapulco, para
terminar y pulir su libro de denuncia sobre la corrupción en el poder judicial
del DF
Aquel
domingo de “día del padre” nos pusimos de acuerdo telefónicamente para esos
movimientos de lunes y martes siguientes. Yo
lo dejé con vida en el Condominio Insurgentes donde tenía su despacho
particular el Magistrado, pero el martes
20 amaneció oficialmente “suicidado”.
No hubo
poder humano que convenciera al entonces Procurador José Antonio González Fernández
ni al Secretario de Protección y Vialidad David Garay Maldonado, de que se
investigara deveras el crimen, nada se quiso hacer porque estaba involucrado su
jefe el Regente Oscar Espinoza Villarreal y Saturnino Agüero Aguirre,
presidente del Tribunal Superior ¿de Justicia? del DF.
Como
siempre pasa, fiscalías especiales para no llegar a la verdad y desviar
evidencias protegiendo a los autores materiales e intelectuales de los crímenes
políticos de estado.
Hace ya
17 años mataron al Magistrado Abraham Antonio Polo Uscanga y lo único que su
honestidad logró es que en el DF no reprivatizaran el autotransporte urbano por
algún tiempo, en su lugar lograron poner el eficaz servicio del llamado
“Metrobús”.
En fin,
lo que nos duele a los que conocimos y admiramos al Magistrado Polo Uscanga, es
que siendo egresado de la Escuela Libre de Derecho, ya se pasó casi todo este sexenio y Felipe Calderón Hinojosa,
igualmente titulado en esa Alma Mater, no tuvo tiempo de ordenarle a Rodolfo
Félix Cárdenas ni a Miguel Mancera se
reabrieran las investigaciones inconclusas…¡pinche compañerismo tan raro!, para
que veamos que no solo en la procuraduría guerrerense se cuecen habas.
selvicz@hotmail.com
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