DE FRENTE
Bomberos
Por: Miguel Ángel Mata Mata
Cuando Amín Zarur fue presidente municipal, la ciudad de Beverly Hills
regaló un carro bomba a los bomberos de Acapulco. Lo mismo sucedió cuando el
almirante Alfonso Argudín administró los impuestos del municipio. Con Rogelio
de la O fue una ambulancia totalmente equipada. Fue con René Juárez cuando
recibimos el ultimo obsequio. Era el tiempo en que Acapulco se hermanó con
otras ciudades del mundo.
A cambio de los obsequios a la ciudad, nuestros administradores públicos
imponían monumentos o nombres de plazas dedicados a tan generosas ciudades.
Casi todas de Estados Unidos. Es por eso que a lo largo de la costera Miguel
Alemán existen muchos monumentos dedicados a las ciudades que se han hermanado
con Acapulco. Uno de los mas activos alcaldes en ese sentido fue Rogelio de la
O.
¿Qué nos sucedió? En un instante los actos de hermanar ciudades con la
nuestra se terminaron. Ya no llegaron alcaldes de Sendai, Beverly Hills o,
incluso, Guatemala. Podríamos especular al respecto y acusar sin fundamento a
la administración posterior a la de Juárez Cisneros de abandonar la política de
buenas relaciones de Acapulco con el mundo.
Pero eso sería injusto pues quien la encabezó, Zeferino Torreblanca, fue
uno de los férreos impulsores de dotar a los bomberos del equipo necesario para
cumplir con su tarea. Él y un puñado de jóvenes empresarios asociados en lo que
fue el Consejo Privado para el Desarrollo de Acapulco (COPRIDA) recaudaron
fondos para construir la central de bomberos de la avenida Farallón.
Algo queda objetivamente claro. En aquel tiempo los bomberos contaban
con equipo adecuado y de vanguardia para atender los siniestros de la ciudad.
Hoy leemos el reportaje de Víctor Robles Mujica, publicado ayer en diario 17, y
no podemos contener la indignación. “Las tres estaciones de bomberos ubicadas
en Pie de la Cuesta, Mercado Central y
Farallón cuentan para apagar incendios con un machete, una ambulancia, un carro
bomba y 25 litros diarios de gasolina”, se lee en el trabajo.
Esos implementos sirven para las tres estaciones. Se rolan el uso de la
ambulancia, el carro bomba o el machete, pieza usada los días en que Carlotta
arrancó árboles, para retirar éstos de
la vía pública. A machetazos lo hicieron y aun asi se turnaron el famoso
implemento entre las tres estaciones. La sierra con que contaban para tales
tareas se ha descompuesto y dicen que no hay presupuesto para repararla.
La situación de los bomberos es dramática. Los que administran el
municipio dicen no tener dinero para dotarlos del mínimo equipo para apagar un
incendio, retirar árboles arrancados por el viento, rescatar a personas o
apagar un tanque de gas a punto de estallar.
No es dramática, en contraparte, la situación económica de quienes han
administrado el municipio. Por ejemplo
quien fue secretario de finanzas del municipio es candidato a diputado federal
y se hizo propietario de varios condominios de lujo ubicados a lo largo de la
zona costera de Acapulco. Nadie dice que esas propiedades las haya comprado con
actos de corrupción. Tal vez el señor tiene empresas en otros lugares del país
que le permiten darse esos lujos… y mas.
Pero de que no administraron debidamente para comprar una sierra, una
ambulancia, una escalera, botas o carros bomba para la ciudad, es una verdad de
a kilo que amerita el adjetivo de amorales, inmorales e irresponsables.
Ahí están nuestros bomberos que
apagaron a cubetadas de agua el incendio cerca a la guardería del IMSS en
Constituyentes la semana pasada. Y ahí está el millonario candidato a diputado
federal que no supo administrar el municipio para darle lo necesario a los
traga fuego.
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