
Con
Angel Aguirre, entre el enjambre y las estampidas
Muy
entendible la preocupación del Teniente Coronel Rebollo en su calidad de
encargado de la seguridad del Gobernador Ángel Aguirre Rivero, durante sus
traslados y giras de trabajo, donde por su poder de convocatoria la gente del pueblo materialmente se le echa encima y
prácticamente no lo deja desplazarse con libertad y con seguridad.
Imposible
deveras efectuar cateos personales a cuanta gente pretende acercarse a saludar
de mano o tocar aunque sea al mandatario estatal como si fuera santito en
procesión; tampoco es de confiarse y dejar acceso libre a cuanto sujeto o mujer
anden cargando una camarita fotográfica, grabadora o teléfono celular
blackberry y en apariencia se suponga que son reporteros de alguno de
tantísimos medios escritos, electrónicos o digitales por Internet.
Los
miembros del equipo de seguridad, en su calidad de custodios, no son adivinos y
tienen que “estar almejas y a todas”, no sea que algún fanático solitario de
pronto lesione o ataque al Gobernador o alguno de los altos funcionarios
visitantes que lo acompañan en las giras
o eventos especiales. El fantasma del atentado contra Colosio en Tijuana sigue
rondando y dentro de cuatro días que se estrene la película peor se pondrán los
nervios adrenalinizados de los guardianes.
Por
desgracia no en todas partes por buena logística se puede armar el corredor
protegido por esas rejas metálicas, que
sirven para contener a la gente y evitar que invadan como enjambre en
estampida el espacio por donde pasará el mandatario y sus acompañantes; vaya
entonces que los de guayabera con bultito y chícharo en la oreja tienen que
sudar la gota gorda y hacer como que juegan futbol americano y abrir paso
cuerpo a cuerpo a empellones, pisotones y desbaratando bolas humanas…
Por
supuesto que esa labor cotidiana y desagradable puede dar origen a malos
episodios, como de algunos que se habló recientemente en uno de los foros por
la paz que organiza Javier Morlet Macho, donde por cierto fueron pocos los
periodistas que se atrevieron a dar la cara y exponer algúna inconformidad,
advertidos de que podría haber consecuencias.
Muchos
son quienes a la fecha prefieren quedarse callados para no arriesgarse a
represalias de todo tipo, como el quedar fuera de la lista de los apoyos. Los
chismes, intrigas y amarre de navajas están a la orden del día.,reporteras que
no estuvieron presentes en el foro jugaron al teléfono descompuesto
tergiversando los hechos y los dichos.
Pero en
fin, en ese foro de Morlet hablamos varios que nos dedicamos de alguna manera al periodismo, no
obligadamente como reporteros asalariados contratados por empresas editoriales.
Muy
molestos quienes refirieron haber sido
agredidos por los “guaruras” en cuanto lograron acercarse al Gobernador Angel
Aguirre, e intentar grabadora en mano una entrevista de las llamadas de
banqueta; tan inútiles como ociosas que debiera ponerse de acuerdo El Director
de Comunicación Social Pedro Julio Valdez Vilchis con las directivas de los
medios para que dejen de practicarse, llamando a la cordura y prudencia de los
entusiastas y aguerridos reporteros, que deben entender que lo mejor para todos
es hacer las cosas en orden y no como enjambre molesto o estampida de
cuadrúpedos.
Bien
podría optarse por dar un espacio en tiempo para conferencias de prensa,
organizadas en calma y con prudencia en el curso de los eventos, donde
solamente intervengan los periodistas acreditados por los medios para los que
colaboran y no se entrometan ni “cuelen” orejas o metiches de los que se hacen
pasar por presuntos periodistas, pero no trabajan para ningún medio, sino que
chambean de espías…
Es
urgente que Comunicación Social del
Gobierno del estado y las oficinas correspondientes de los municipios, se
pongan de acuerdo para expedir gafetes de identificación para quienes acrediten
los diferentes medios y justifiquen su presencia en las giras y eventos; es
necesario adelgazar ese molesto y peligroso enjambre que acosa al gobernador en
sus labores públicas.
Las
comadritas andan en un argüende delicado por Coyuca de Benítez, entonces invité
a la famosa profesora de Chilpancingo y sus temibles alumnos precoces.
-¡Tilín,tilín!-Suena la campana de la
escuelita.
-Maestra Pizarrina del Gis y Abaco,
¿vino a darnos clases o a cobrar la quincena, dejarnos más tareas y
desaparecerse a sus grillas sindicales otra vez?
-Pues parecen adivinos chamacos, para
mí primero es lo primero: mi dinero y mis deberes sindicales…
-¿Y nosotros sus alumnos?
-Pues aprovechen el Internet y chequen
las materias autodidactamente, como si estuvieran inscritos en el sistema de
educación abierta…
-Aarajo teacher, ¿y para eso nos hacen
gastar en uniformes y tantas cuotas que les exigen a nuestros papis para todo?
-Confórmense que como sea los pasamos de año y les damos
el Certificado de Primaria o Secundaria, sepan o no sepan…
-Caramba profesora, con razón cuando
terminamos la Universidad en la UAG, no quieren reconocer ninguna carrera en el
resto del país, por las fallas de origen con que salimos. La educación en
Guerrero es un desastre por ustedes los alborotados teachers maestros y
maestras que defraudan al erario cuando cobran el sueldo que no desquitan.
-Si no les gusta, gasten entonces en
escuelas particulares. Pero ya párenle a sus reclamos escuinclitos, de tarea me
van a traer una propuesta para organizar y regularizar la actividad
periodística en el estado.
-¿Y usted cree que los reporteros y
periodistas se dejen imponer reglas, no alegarán que se afecta a la libertad de
expresión?
-Miren chamacos, para que las libertades
lo sean deben someterse a ciertas reglas, si no serían libertinajes.
-Bueno teacher…¿y si no les quieren
otorgar un gafete oficializado que los identifique por su bien, entonces podrían
los periodistas encapucharse como los policías, soldados y marinos?
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