BAJO FUEGO | Ayotzinapa (2) - Libertad Guerrero Noticias

BAJO FUEGO | Ayotzinapa (2)

BAJO FUEGO


Ayotzinapa (2)


Por José Antonio Rivera Rosales

   Como era de esperar, a partir de enero escaló el conflicto entre el gobierno estatal y los normalistas de Ayotzinapa.
   El Informe Preliminar ofrecido en la víspera por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) vino a robustecer las imputaciones iniciales en contra de las policías locales, ministerial y estatal, acusadas por los normalistas de haber disparado en su contra causando la muerte de dos de sus compañeros.
   Sin embargo, llama la atención un aspecto central no mencionado entre los 12 puntos citados como conclusiones por la CNDH: en lo que parece una especie de análisis de balística el informe señala, sin mayor soporte técnico, una estimación de la dirección del fuego que presumiblemente privó de la vida a los dos estudiantes asesinados.
   Con esa estimación, que no parece estar soportada en un informe pericial de balística, la institución da por hecho que los disparos provinieron del lugar donde estaban apostados los policías ministeriales y, por consecuencia, presume que fueron policías locales los que ultimaron a los estudiantes que se manifestaban.
   Si esto fuera así, entonces lo que procede es la consignación de los responsables de los homicidios, de los mandos actuantes así como de los corresponsables en la cadena de mando.
   No obstante, el propio informe también señala la negligencia con la que actuó la Secretaría de Seguridad Pública de la Federación, cuyo titular Genaro García Luna pareció actuar de esa manera para proteger a su corporación de elite, la Policía Federal que, como sabemos, actuó con extrema brutalidad y saña para someter a los estudiantes mismos que, ya en el suelo, seguían siendo golpeados por los federales. La Policía Federal, pues, se negó a colaborar, o lo hizo parcialmente, con la indagación de la CNDH.
   Por lo que toca a algunos delitos del orden federal, la actuación ministerial corresponderá a la Procuraduría General de la República (PGR), en tanto que los delitos del Fuero Común estarán a cargo de la fiscalía estatal.
   Hasta aquí todo parece caminar según la muy vaga relatoría de hechos presentada por la CNDH, que no precisa nombres ni responsabilidades, sólo tipifica violaciones graves de derechos humanos cometidas por servidores públicos.
   Regresemos entonces a un punto toral: si la procuraduría local se encargará de la investigación ministerial de los asesinatos -lo que, huelga decirlo, equivale a investigarse a sí misma-, entonces las indagaciones primarias tendrán completo valor probatorio y legal en todo este conflicto, causado originalmente por la falta de atención en que incurrió tanto la secretaria de Educación, Silvia Romero Suárez, como el titular de Administración y Finanzas, Jorge Salgado Leyva, por incumplir los compromisos pactados por el gobernador con los normalistas.
   El caso es que existe un dato, ofrecido semanas atrás por el exprocurador Alberto López Rosas, que ha pasado desapercibido y que, en el contexto de lo sucedido, podría arrojar luz sobre este oprobioso asunto.
   López Rosas había adelantado que, según datos obtenidos por los servicios periciales en balística de la Procuraduría General de Justicia, bajo la firma de los peritos Herminio Sotelo y Amed Rafael Abarca, el calibre de los proyectiles que causaron la muerte de los normalistas corresponde con el del fusil G-3.
   De confirmarse en todos sus términos el dato anterior, el escenario legal ofrecido por la CNDH registrará un giro de 180 grados.
   Elaborado originalmente por la firma alemana Heckler and Kosh (HK), el  HK-G3 es un fusil ametrallador de alto grado de precisión y eficiencia, el cual con licencia de la compañía germana ya es fabricado en México por las Fuerzas Armadas, que lo utilizan como arma de cargo para las tropas regulares. Empero, también es usado como tal por las Fuerzas Federales que actuaron el 12 de diciembre para reprimir a los normalistas.
   Es un arma de guerra catalogada como de las mejores en su tipo, sólo superada por el modelo G36, prototipo destinado a reemplazar al G3. La compañía alemana HK también es fabricante de otros productos notables en la industria armamentística, como el subfusil MP5, utilizado aquí por los oficiales del Ejército Mexicano.
   El calibre que utiliza el HK-G3 es el 7.62 x 60 milímetros, que es un proyectil más potente que el calibre utilizado por el fusil AK-47 de origen chino (7.62x39mm, el más común). El primero habría sido el utilizado para abatir a los dos jóvenes de Ayotzinapa, si hacemos caso de los resultados obtenidos por los peritos de la PGJE citados anteriormente.
   De ser cierto, lo cual es algo que tendrán que corroborar tanto la PGR como la PGJE, entonces -como ha asegurado desde siempre Alberto López Rosas- fueron las Fuerzas Federales las que probablemente abatieron a los estudiantes.
    Determinar el calibre que mató a los muchachos, un proceso bastante complicado dada la similitud con el calibre que quema el cuerno, será entonces la clave para establecer responsabilidad penal por parte tanto de la PGR como de la fiscalía local.
   Establecer quiénes mataron a los jóvenes estudiantes sólo por la probable trayectoria de la bala, es en nuestra opinión una estimación carente de sustento técnico y falaz por consecuencia. La clave para descubrir la verdad histórica reside en el calibre utilizado.
   Otro aspecto que llama la atención es que, aunque el fusil HK-G3 es un arma de probada eficiencia, se necesita ser un tirador experto para impactar  un blanco en movimiento a una distancia de no menos de un centenar de metros -distancia mínima probable entre los policías armados y los normalistas, que resistían con piedras-.
   Como sabemos, los disparos impactaron en la cabeza y en el cuello, en forma respectiva, de los dos jóvenes asesinados vilmente. Sólo un tirador certero, quizá apostado para fijar su blanco, logra hacer eso. En todo caso, sólo hombres muy bien entrenados con armas de precisión pueden alcanzar ese rango de tiro. Ese nivel de entrenamiento lo tienen las Fuerzas Federales, especialmente las unidades de elite.
   No se trata aquí de defender a los policías ministeriales o estatales que, como la experiencia nos ha indicado, en su mayoría han actuado como depredadores de la ciudadanía. Se trata de señalar elementos que permitan establecer la viabilidad de los supuestos que ofrece la CNDH como verdades, y que podrían obrar como evidencia legal en el proceso de investigación que desahogan las dos procuradurías, tanto la PGR como la PGJE.
   La mala noticia para las policías locales es que, según versiones, algunos agrupamientos de la Policía Preventiva del Estado ya utilizan los fusiles HK-G3 como arma de cargo. 

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Libertad Guerrero Noticias, periódico online editado desde el puerto de Acapulco, Guerrero, México, bajo la dirección del periodista Francisco Cárdenas López (Fracalo). Contacto: fracalo2001@yahoo.com.mx

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