Crece la Inseguridad Pública
Autoridad Disfuncional
Por Rodrigo Huerta Pegueros*
Cuando los políticos pierden el piso—estando en funciones de gobierno—es lo peor que le puede pasar a una sociedad quien confía que la autoridad hará su trabajo, viendo por la seguridad de sus representados.
Las consecuencias de esta falta de responsabilidad se puede medir casi siempre por el incremento en la inseguridad pública de orden común, la cual combinada con la violencia que han desatado los grupos criminales de las drogas, provocan un estado de incertidumbre generalizado.
Y esto es precisamente lo que ocurren en la ciudad y puerto de Acapulco, en donde la autoridad que es responsable de otorgar seguridad pública a los ciudadanos brillan por su ausencia. Los delitos del orden común, como son asaltos a casas-habitación, a transeúntes, tanto en colonias como en comunidades, poblados o en las calles y avenidas principales de la ciudad se multiplican a diario. Y esto es ahora mas visibles, no solo por los reportes que ofrecen los medios de comunicación impresos o electrónicos, sino por la aparición de grupos sociales organizados que ofertan en las redes sociales a través de la internet cualquier evento anómalo de que han sido testigos.
No hace mucho, algunos empresarios, comerciantes y autoridades locales iniciaron una cruzada a favor de Acapulco poniendo en sus fachadas letreros con la frase ‘’Habla Bien de Aca’’, campaña que tuvo un efímero impacto.
Tras conocerse el alcance de la misma, la cual no pasó de ser una forma de promoción de algunos grupos e individuos interesados, las críticas contra la misma fueron de diversa índole, particularmente en el sentido de que para hablar bien de Acapulco lo primero que deberíamos hacer todos los habitantes es hacer lo debido, asumir nuestro rol protagónico y cambiar el rostro de la ciudad, el ambiente de tensión a festivo y de procurar que las autoridades hicieran lo propio para evitar no solo hacerle mas daño al visitante sino convencerlo de que este es un nuevo centro turístico de convivencia pacífica.
¿Pero que fue lo que finalmente sucedió?, pues que la frase de ‘’Habla Bien de Aca’’ se desgastó, quedaron ahí, como testigos mudos los carteles, arrancando sonrisas irónicas de propios y extraños y mientras más pasa el tiempo, menos creíbles son dichos letreros, los cuales ahora se han transformado en una burla a la inteligencia humana.
Pero lo peor de todo, no es que esta ciudad haya padecido en los últimos años de una administración pública inestable y disfuncional, sino que tras las elecciones para gobernador, el alcalde con licencia, Manuel Añorve Baños, quien fue derrotado en su afán de convertirse en ejecutivo estatal, volvió con las cajas destempladas y no buscó cómo rehacer su estatus de alcalde acapulqueño, haciendo un trabajo positivo y enmendando errores. Ha hecho todo lo contrario.
Buscó quien se la pagara y para colmo de males, no solo prohijó su derrota electoral sino la falta de recursos económicos en el Ayuntamiento para hacer las obras necesarias y cumplir con la demanda ciudadana. También promovió la inconformidad dentro de su propio Ayuntamiento por los despidos injustificados de empleados y la falta de cumplimiento de pagos a acreedores tanto privados como oficiales.
No se diga la desmesura de sus actos al confrontar sin más ni más, pasando por alto la figura del gobernador del estado, a la titular de la Secretaría de Turismo Federal, Gloria Guevara, a quien culpó directamente de ser la artífice del programa itinerante del tianguis turístico, el cual, se va de esta ciudad por las consideraciones que hizo en forma directa el presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa, al culpar a las autoridades locales y regionales de haber dejado de hacer su trabajo para depurar a las policías, cumplir con el acuerdo nacional de seguridad y desatenderse de todo lo relativo a combatir, dentro de sus atribuciones, la delincuencia común, importándoles poco menos la coordinación para enfrentar al crimen organizado, máxime cuando el propio alcalde ha sido indiciado.
La desorientación del edil porteño ha sido mayúsculo, pues en lugar de ponerse a trabajar para arreglar los desbarajustes dentro de su administración pública, se ha pasado las semanas haciendo disque promoción a su figura para reposicionarse frente a una ciudadanía que mayoritariamente no votó por él sino que lo reprobó por no haber sido congruente con el decir y el hacer, creyendo que podía engañar fácilmente a la comunidad con sus desplantes de ser un ‘’chaparrito……’’
Pero lo peor de todo es que su desfase emocional ha contribuido para que esta ciudad y puerto sea cada día el centro de atención nacional y mundial por los crímenes que se registran diariamente contra parroquianos y turistas, a todas horas y en infinidad de formas.
¿Y qué ha hecho al respecto la autoridad?
Si nos ponemos a ver los diarios y revista que se imprimen en Acapulco, o los noticiarios de televisión local, nacional e internacional o escuchamos las emisiones de radio local y nacional, todo lo que refieren de este lugar no es mas que violencia y crimen. Pero lo más patético es que la ciudadanía con acceso a la internet se ha organizado en blogs para comunicar lo que pasa en su lugar donde habitan. Y lo más sorprendente es que lo que reportan son hechos delictivos. Robos en casas, en centros comerciales o en plena calle, sea de noche o de día. ¿Y la policía? Bien gracias.
También reportan diariamente y a toda hora, los cuerpos de personas aparecidas sin vida en plena calle o vías de comunicación importantes. O advierten de tiroteos entre grupos o individuos en calles, colonias, barrios o poblados, sin que se apersonen los cuerpos de seguridad pública, preventivos o estatales.
En una palabra, no hay autoridad que pueda ofertar seguridad al ciudadano, menos al visitante, por lo tanto, reiteramos, no podemos hablar bien de Acapulco hasta que esta situación no cambie.
Ahora mismo, el alcalde sigue haciéndose publicidad con quien se le pare enfrente. Y sigue queriendo pelear con quien se deje. Y si no, pues recordemos que su primer descalabro como bravucón fue su campaña contra la titular de la Sectur. El tianguis está ya fuera de Acapulco. Ahora ha empezado a querer ponerse los guantes contra quienes se oponen a la construcción de la presa de La Parota, cuando este asunto lo está tratando de manejar directa el gobernador Ángel Aguirre Rivero. Lo único que provocará con su actitud el alcalde acapulqueño es encender las pasiones contra el propio gobernador. Su estrategia no va a prosperar y tendrá seguramente su segundo descalabro.
Pero lo que no comprendemos y no vamos a poder asimilar, es la actitud asumida por otros representantes populares, quienes, con el afán de hacerse publicidad a cualquier costa y hacerse presente con el mínimo recurso, es repetir los mismos errores y creer que el ciudadano se está chupando el dedo.
Estos representantes de pacotilla se encaraman en el mismo tren del alcalde y se bajan al tiempo que este descarrila y sin el menor rubor de vergüenza se lanzan a decir que han logrado esto o aquello para Acapulco cuando nada es verdad de lo que dicen.
Debemos recordar que el alcalde de Acapulco, Manuel Añorve Baños está trabajando—no por Acapulco--en busca de su nominación a la senaduría de la República por parte del Partido Revolucionario Institucional a fin de no quedar descobijado una vez que entregue el poder el próximo año. Los que pretenden ser candidatos a la alcaldía acapulqueña están haciendo todo con miras también al 2012 y nada por ayudar a que esta ciudad y puerto mejore.
Pero ninguno de los que se promueven—estando en funciones de autoridad o de representación popular—no hacen nada para enfrentar los males que atosigan a la ciudadanía, a esta ciudadanía que sufre diariamente de todas las arbitrariedades de la criminalidad, de los delincuentes comunes y de los abusos policiacos y acciones arbitrarias de las autoridades locales en abuso de su poder. La corrupción y la impunidad se han adueñado de la administración municipal en toda la extensión de la palabra.
Las autoridades y los representantes populares de esta localidad ven hacia el futuro y lo que sucede actualmente hacen como si lo ven pero no lo atienden como debería ser su responsabilidad primordial.
Al alcalde lo eligieron para que hiciera frente a los problemas que enfrenta el municipio ahora, no para el futuro. A los diputados y senadores, lo mismo, se les eligió para que representaran los intereses de los ciudadanos ahora no en el futuro.
Por lo tanto, es ahora cuando se necesita de su acción a favor de la sociedad y no de seguir prometiendo lo que no han podido cumplir con lo ofertado cuando compitieron por los cargos que hoy ostentan.
Seguramente los medios de comunicación y los ciudadanos organizados de este municipio que están activos en internet, particularmente en los blogs (Consejo Ciudadano de Seguridad Pública o Acapulco en Acción), seguirán dando la pauta para exhibir el desempeño disfuncional de las autoridades locales.
Y es que a esta misma ciudadanía, pronto, muy pronto, se les solicitará de nueva cuenta su voto y seguramente encontrarán una respuesta similar a la expresada en urnas el 30 de enero pasado.
Periodista y Analista Político*
observar@gmail.com
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