Devocional del pastor Rick Warren
“Ya no vivan ni se conduzcan
como antes, cuando los malos deseos dirigían su manera de vivir. Ustedes deben
cambiar completamente su manera de pensar, y ser honestos y santos de verdad, como
corresponde a personas que Dios ha vuelto a crear, para ser como él”. Efesios
4:22-24 (TLA)
Muchas religiones y filosofías de la Nueva Era,
promueven la vieja mentira de que somos divinos o que podemos llegar a ser
dioses. Déjame ser absolutamente claro: tú nunca serás Dios, ni siquiera un
dios pequeño.
Esta mentira llena de orgullo es la tentación más
vieja que Satanás ha usado. Satanás prometió a Adán y a Eva que, si ellos
seguían su consejo, “serán como Dios” Génesis 3:5 (NTV)
Este deseo de ser un dios aparece cada momento que
tratamos de controlar las circunstancias, nuestro futuro y a la gente que nos
rodea. Pero como hemos sido creados, nunca seremos el Creador. Dios no quiere
que te conviertas en un dios; Él quiere que seas santo, procurando Sus valores,
Sus actitudes y Su carácter. Esta es la intención de Dios con nosotros: “Ya no
vivan ni se conduzcan como antes, cuando los malos deseos dirigían su manera de
vivir. Ustedes deben cambiar completamente su manera de pensar, y ser honestos
y santos de verdad, como corresponde a personas que Dios ha vuelto a crear,
para ser como él” Efesios 4:22-24 (TLA).
El objetivo final de Dios para tu vida no es tu
comodidad, sino tu carácter. Él quiere que crezcas espiritualmente y que
llegues a ser como Cristo. El ser como Cristo no significa perder tu personalidad
o convertirte en un “clon” (una imitación) sin una mente propia.
Dios te ha creado como un ser único, y en
definitiva Él no quiere destruir esto. Para ser semejante a Cristo es asunto de
transformar tu carácter no tu personalidad.
Cada vez que olvides que el carácter es uno de los
propósitos de Dios para tu vida, te sentirás frustrado por tus circunstancias.
Te preguntarás, ¿Por qué me está pasando esto a mí? Una respuesta es: la vida
se supone que sea difícil. Y esto es lo que nos ayuda a crecer. Recuerda, la
tierra no es el cielo.
Muchos cristianos interpretan mal la promesa de
Jesús, “una vida plena y abundante” en Juan 10:10 (NTV), al interpretarla como
perfecta salud, un estilo de vida confortable, felicidad constante, la
realización de tus sueños y alivio inmediato de problemas a través de la fe y
la oración.
En una palabra, ellos esperan que la vida cristiana
sea fácil. Ellos esperan el cielo en la tierra.
Esta perspectiva egocéntrica trata a Dios como a un
genio quien simplemente existe para servirte en tu búsqueda egoísta de tu
realización personal. Dios no es tu siervo. Si caes en la trampa de pensar que
la vida es fácil, te convertirás en un ser severamente desilusionado o vivirás
en un mundo irreal.
¡Nunca olvides que la vida no gira a tu alrededor!
Tú existes para el propósito de Dios, no al revés. ¿Por qué Dios proveerá el
cielo en la tierra cuando el real está en la eternidad? Dios nos da un tiempo
en la tierra para formar y fortalecer nuestro carácter para el cielo.
Reflexiona
sobre esto:
▪️A la luz de la forma como el mundo está
cambiando, muchas veces no para mejor, ¿De qué manera te anima este devocional?
▪️¿Qué versículos de la Escritura vas a memorizar
para ayudarte cuando enfrentes desaliento o circunstancias difíciles?
▪️¿Qué esperas de Dios? ¿De dónde viene la
motivación para esas expectativas?
Si todavía no has confiado en Jesús y no te has comprometido a seguirlo,
¿por qué esperar más? Si estás listo para cruzar esa línea y tomar la decisión
de creer en Jesucristo y seguirlo; haz la siguiente oración:
Querido Dios:
Me asombra que quieras ser mi amigo y que hayas enviado a tu Hijo Jesús para hacer posible una relación contigo. Confieso que he pecado y te pido perdón. Creo que Jesús murió para quitar mis pecados y que lo resucitaste. Quiero confiar en Jesús como mi Salvador y seguirlo como mi Señor desde hoy en adelante. Dios, quiero conocerte más y más y vivir mi vida siguiendo tus propósitos para mí.
En el nombre de Jesús hago esta oración. Amén.
La Biblia dice: “porque «todo el que
invoque el nombre del Señor será salvo»” (Romanos 10:13 NVI). ¿Invocaste el nombre
del Señor? Entonces eres salvo. ¡Bienvenido a la familia de Dios!
¡Comparte este devocional con tus amigos y familiares!
"¿Y cómo van a creer en él, si no
han oído hablar de él? ¿Y cómo van a oír, si no hay quien les anuncie el
mensaje?" Romanos 10:14 (DHH)
Te invitamos a conocer el ministerio de Esperanza Diaria del Pastor Rick
Warren
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