Devocional del pastor Rick Warren
“Clamo a Dios; sí, a gritos;
¡oh, si Dios me escuchara! Cuando estaba en graves dificultades, busqué al
Señor”. Salmo 77:1-2 (NTV)
¿Alguna vez has dejado caer una lata de refresco y
luego la abres? ¿Qué ocurre? ¡Un desastre!
La peor respuesta a las heridas ocultas en tu vida
es callarte. Es como sacudir una lata de refresco. ¡Un día, explotarás!
Embotellar tus heridas ocultas te cansará. La
Biblia dice: “Mientras guardé silencio, mis huesos se fueron consumiendo por mi
gemir de todo el día” Salmo 32:3 (NVI).
Nunca superarás tus heridas ocultas hasta que
enfrentes tus sentimientos, y los admitas ante Dios, tú y otra persona.
Muchas personas intentan superar su dolor
admitiéndolo ante Dios y ante ellos mismos, pero luego se saltan la tercera
parte de la ecuación. Nunca funcionará. Admitir su dolor a los demás es
absolutamente esencial para su sanidad. Mejorar depende de ello: "Confiésense
unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean sanados"
Santiago 5:16 (NVI).
No tienes que confesarle a un pastor, a un
sacerdote o a un terapeuta para seguir lo que dice Santiago 5:16 (aunque puedes
hacerlo). Solo necesitas un amigo en el que puedas confiar.
Si usas toda tu energía emocional tratando de
ocultar el pasado, no te quedará mucho para hoy. Abre tu dolor oculto a
alguien. Dile a esa persona lo que te duele. Al confesar tu dolor oculto a
Dios, a ti mismo y a otra persona, es probable que encuentres la energía sin la
que has estado viviendo durante tanto tiempo.
Revelar tus sentimientos es el comienzo de la
sanidad.
Reflexiona
sobre esto:
▪️¿Qué secreto de tu pasado tienes problemas para
revelar?
▪️¿Por qué es tan aterrador discutir o examinar
abiertamente un recuerdo doloroso con Dios? ¿Con nosotros mismos? ¿Con otros?
▪️¿Con qué persona puedes abrirte con seguridad
sobre el dolor de tu pasado?
Si todavía no has confiado en Jesús y no te has comprometido a seguirlo,
¿por qué esperar más? Si estás listo para cruzar esa línea y tomar la decisión
de creer en Jesucristo y seguirlo; haz la siguiente oración:
Querido Dios:
Me asombra que quieras ser mi amigo y que hayas enviado a tu Hijo Jesús para hacer posible una relación contigo. Confieso que he pecado y te pido perdón. Creo que Jesús murió para quitar mis pecados y que lo resucitaste. Quiero confiar en Jesús como mi Salvador y seguirlo como mi Señor desde hoy en adelante. Dios, quiero conocerte más y más y vivir mi vida siguiendo tus propósitos para mí.
En el nombre de Jesús hago esta oración. Amén.
La Biblia dice: “porque «todo el que
invoque el nombre del Señor será salvo»” (Romanos 10:13 NVI). ¿Invocaste el
nombre del Señor? Entonces eres salvo. ¡Bienvenido a la familia de Dios!
¡Comparte este devocional con tus amigos y familiares!
"¿Y cómo van a creer en él, si no
han oído hablar de él? ¿Y cómo van a oír, si no hay quien les anuncie el
mensaje?" Romanos 10:14 (DHH)
Te invitamos a conocer el ministerio de Esperanza Diaria del Pastor Rick
Warren
0 comments :
Publicar un comentario
Por favor, ingresa tu correo electrónico para poder contactarte posteriormente... Gracias por visitarnos.