Devocional
del pastor Rick Warren
“Abandonen toda amargura, ira y enojo, gritos y
calumnias, y toda forma de malicia. Más bien, sean bondadosos y compasivos unos
con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en
Cristo”. Efesios 4:31-32 (NVI)
Ayer exploramos las dos primeras etapas del proceso que necesitamos recorrer cuando estamos lidiando con el dolor causado por otras personas: reconocer que nadie es perfecto y renunciar al derecho de vengarnos. Hoy continuamos con las partes 3 y 4 para comprender cómo es el perdón bíblico saludable:
3️ Responde
al mal con el bien. Esa es la señal de que realmente has perdonado a alguien
por el daño que te ha causado. Humanamente hablando, es casi imposible
responder al mal con el bien. Necesitarás la ayuda de Dios y el amor de Jesús
llenándote. ¿Por qué? Porque el amor de Dios no lleva registro de las ofensas recibidas
(ver 1 Corintios 13).
4️ Re-enfócate
en el plan de Dios para tu vida. Detente y deja de enfocarte en la herida y en
la persona que te lastimó. En cambio, enfócate en el propósito de Dios para tu
vida, el cual es más grande que cualquier problema o dolor que pudieras estar
enfrentando.
Cuanto más sigas enfocándote en la persona que te
lastimó, más poder le das sobre ti. De hecho, esto puede ir aún más lejos: si
no liberas a tu ofensor, empezarás a parecerte a él.
Así que no te quedes ni un día más en tu
resentimiento. Si has estado aferrado al dolor causado por alguien, recorre
estos cuatro pasos y ¡avanza hacia la vida para la cual fuiste creado!
Reflexiona
sobre esto:
▪️¿Puedes pensar en un momento cuándo respondiste
al mal con bien? ¿Cómo cambió esa situación?
▪️¿Cuál de estos dos elementos para un perdón bíblico
saludable mencionado anteriormente es usualmente el más difícil para ti?
Querido Dios:
Me asombra que quieras ser mi amigo y que hayas enviado a tu Hijo Jesús para hacer posible una relación contigo. Confieso que he pecado y te pido perdón. Creo que Jesús murió para quitar mis pecados y que lo resucitaste. Quiero confiar en Jesús como mi Salvador y seguirlo como mi Señor desde hoy en adelante. Dios, quiero conocerte más y más y vivir mi vida siguiendo tus propósitos para mí.
En el nombre de Jesús hago esta oración. Amén.
La Biblia dice: “porque «todo el que invoque el
nombre del Señor será salvo»” (Romanos 10:13 NVI). ¿Invocaste el nombre del
Señor? Entonces eres salvo. ¡Bienvenido a la familia de Dios!
¡Comparte
este devocional con tus amigos y familiares!
"¿Y cómo van a creer en él, si no han oído
hablar de él? ¿Y cómo van a oír, si no hay quien les anuncie el mensaje?"
Romanos 10:14 (DHH)
Te invitamos a conocer el ministerio de esperanza
Diaria del Pastor Rick Warren
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