Devocional
del pastor Rick Warren
“Qué alegría para los que reciben su fuerza del Señor”. Salmo 84:5a (NTV)
¿Estás cansado? Tal vez estás corriendo muy de prisa y al final del día, estás agotado, te quedas sin energía y estás exhausto. La razón de eso es realmente simple: eres un ser humano.
Tu fuerza es limitada. Pero la fuerza de Dios es ilimitada. Tu fuerza es finita. Pero la fuerza de Dios es infinita. Tu fuerza se termina, ¡por eso te agotas! Pero la fuerza de Dios es inagotable. Dios nunca se queda sin energía. Dios nunca se cansa.
El Salmo 84:5 dice: "Qué alegría para los que reciben su fuerza del Señor" (NTV). ¿Quieres la bendición de Dios en tu vida? Entonces necesitas depender de Dios para obtener fuerzas.
Uno de los cristianos más famosos del siglo XIX fue un hombre llamado Hudson Taylor. Fue un misionero en China, y fue un gigante espiritual y un hombre brillante. En su vejez, perdió su salud y se debilitó bastante. Escribió una carta a un amigo que decía esto: “Estoy tan débil que ya no puedo trabajar. Estoy tan débil que ya no puedo estudiar. Estoy tan débil que ya no puedo leer mi Biblia. Ni siquiera puedo orar. Solo puedo recostarme en los brazos de Dios como un niño pequeño en total confianza".
En algún momento de tu vida, puedes ser tan débil que ni siquiera puedes orar, leer la Biblia, ir a un estudio de la Biblia, trabajar o realmente hacer algo. ¿Qué haces en esos momentos? Descansas en la fuerza del Señor, en sus brazos como un niño pequeño y confías en Él.
La debilidad puede ser algo bueno en tu vida si te hace depender de Dios. En 2 Corintios 12:8-10, Pablo dice esto: “En tres ocasiones distintas, le supliqué al Señor que me la quitara. Cada vez él me dijo: «Mi gracia es todo lo que necesitas; mi poder actúa mejor en la debilidad». Así que ahora me alegra jactarme de mis debilidades, para que el poder de Cristo pueda actuar a través de mí. Es por esto que me deleito en mis debilidades, y en los insultos, en privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo. Pues, cuando soy débil, entonces soy fuerte" (NTV).
Esa es la paradoja de depender de Dios: cuanto más débil eres, más dependes de Él. Y cuanto más dependes de Dios, más fuerte eres.
Reflexiona sobre esto:
▪️¿Por qué es difícil admitir o mostrar debilidad?
▪️¿De qué manera nuestra cultura continúa con la
idea de que tenemos que ser fuertes todo el tiempo?
▪️¿Qué significa depender de la fuerza de Dios? ¿Cómo se vería eso en tu vida?
Si todavía no has confiado en Jesús y no te has comprometido a seguirlo, ¿por qué esperar más? Si estás listo para cruzar esa línea y tomar la decisión de creer en Jesucristo y seguirlo; haz la siguiente oración:
Querido
Dios:
Me asombra
que quieras ser mi amigo y que hayas enviado a tu Hijo Jesús para hacer posible
una relación contigo. Confieso que he pecado y te pido perdón. Creo que Jesús
murió para quitar mis pecados y que lo resucitaste. Quiero confiar en Jesús
como mi Salvador y seguirlo como mi Señor desde hoy en adelante. Dios, quiero
conocerte más y más y vivir mi vida siguiendo tus propósitos para mí.
En el nombre
de Jesús hago esta oración. Amén.
La Biblia dice: “porque «todo el que invoque el nombre del Señor será salvo»” (Romanos 10:13 NVI). ¿Invocaste el nombre del Señor? Entonces eres salvo. ¡Bienvenido a la familia de Dios!
¡Comparte este devocional con tus amigos y familiares!
"¿Y cómo van a creer en él, si no han oído hablar de él? ¿Y cómo van a oír, si no hay quien les anuncie el mensaje?" Romanos 10:14 (DHH)
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