🔘 Hay cinco favoritos para ocupar la vacante que deja Francisco, pero el
cardenal italiano es favorito por experiencia diplomática y su conocimiento
profundo de la Curia romana
Por Staff de Redacción
REPORTE ESPECIAL (25/Abril/2025).- Uno de los
hombres más cercanos a Francisco, y el más nombrado en las 'quinielas'
vaticanas es sin duda el actual secretario de Estado, Pietro Parolin.
De 70 años, Parolin es considerado un hombre de
consenso. Resulta difícil encasillarlo como progresista o moderado.
Su puesto lo ha convertido en el más poderoso entre
los cardenales, y quizá el más conocido.
El Colegio Cardenalicio, considerado el club más
exclusivo del mundo con sus 252 miembros, se prepara para su tarea más
trascendental: elegir al sucesor del Papa Francisco.
Tras más de doce años de pontificado, el Papa
argentino ha transformado profundamente esta institución, incorporando
representantes de Iglesias periféricas y minoritarias, en detrimento de las
tradicionales sedes occidentales.
De los 135 cardenales menores de 80 años —con
derecho a voto en el cónclave—, 108 fueron designados por Francisco, frente a
apenas 5 de Juan Pablo II y 22 de Benedicto XVI, lo que refleja claramente su
influencia en la composición actual del colegio.
El próximo cónclave, que probablemente se celebrará
a principios de mayo en la Capilla Sixtina, seguirá las normas establecidas en
la Constitución Apostólica “Romano Pontifici Eligendo”. Aunque esta normativa
establece un máximo de 120 cardenales electores, actualmente hay 135 purpurados
con derecho a voto, provenientes de 94 países.
A pesar de la internacionalización impulsada por
Francisco, Europa (54) y América (38) siguen teniendo la mayoría, aunque
África, Oceanía y Asia han ganado representación, reflejando las zonas donde
más crece el catolicismo.
España cuenta con trece cardenales, de los cuales
solo cinco son electores, destacando entre ellos Juan José Omella, arzobispo de
Barcelona y exmiembro del Consejo de Cardenales.
Las nuevas normas introducidas por Benedicto XVI
permiten adelantar el inicio del cónclave si todos los cardenales electores ya
están en Roma, por lo que podría comenzar antes del 5 de mayo. El cardenal
Pietro Parolin, actual Secretario de Estado y considerado el 'número dos' del
Vaticano, presidirá las deliberaciones al ser el cardenal más anciano del orden
de obispos con derecho a voto, ya que el decano Giovanni Battista Re supera los
80 años.
Los cinco
principales candidatos a suceder al Papa Francisco
A pesar del dicho que afirma "quien entra Papa
en la Sixtina, sale cardenal", sugiriendo que los favoritos rara vez
resultan elegidos, hay figuras que destacan como posibles sucesores. La
abrumadora mayoría de cardenales nombrados por Francisco hace prever que su
visión de una Iglesia abierta y cercana a las periferias tendrá peso en la
elección. Entre los nombres que suenan con más fuerza se encuentran:
Pietro
Parolin: el diplomático de consenso
El cardenal italiano Pietro Parolin, de 70 años,
nombrado por Francisco como Secretario de Estado, ha sido el 'número dos' del
Vaticano durante doce años. Su amplia experiencia diplomática y su conocimiento
profundo de la Curia romana le sitúan como una opción de consenso. De perfil
centrista, Parolin podría unificar diferentes sensibilidades dentro del Colegio
Cardenalicio, evitando enfrentamientos entre sectores divergentes. Su
trayectoria en las relaciones internacionales y en el gobierno eclesial le
otorga un prestigio indiscutible.
Péter
Erdö: la alternativa conservadora
El cardenal húngaro Péter Erdö, de 72 años,
representa la opción más conservadora entre los favoritos. A diferencia de
otros purpurados críticos con Francisco, Erdö ha mantenido una postura prudente
y respetuosa. Arzobispo de Esztergom-Budapest desde 2002 y con experiencia al
frente del Consejo de Conferencias Episcopales Europeas, sería el candidato
idóneo si el cónclave busca un giro hacia posiciones más tradicionales, con
mayor énfasis en la doctrina y la ortodoxia católica.
Luis
Antonio Tagle: el rostro asiático de la Iglesia
Con 67 años, el cardenal filipino Luis Antonio
Tagle, actualmente Proprefecto del Dicasterio para la Evangelización,
encarnaría la apuesta por un Papa asiático en un continente donde el
catolicismo crece significativamente. Cercano a la visión pastoral de
Francisco, Tagle es conocido por su carisma, cercanía y eterna sonrisa. Sin
embargo, su relativamente joven edad podría jugar en su contra, ya que podría
dar lugar a un pontificado excepcionalmente largo. También pesan algunas
controversias durante su gestión al frente de Cáritas Internationalis.
Matteo
Zuppi: el mediador italiano
El cardenal Matteo Zuppi, de 69 años y arzobispo de
Bolonia, representa junto a Parolin la esperanza italiana de recuperar el
papado tras tres pontífices no italianos. Vinculado a la Comunidad de San
Egidio, Zuppi tiene experiencia en mediación de conflictos, habiendo
participado incluso como notario en el desarme de ETA en 2017. Cuenta con el
respaldo económico de su archidiócesis, propietaria de la multinacional de
puertas automáticas Faac, lo que le otorga una posición influyente.
Ángel
Fernández Artime: el español con opciones
El cardenal asturiano Ángel Fernández Artime, de 64
años, es uno de los pocos españoles con posibilidades reales. Nombrado
recientemente por Francisco como Proprefecto del Dicasterio para los Institutos
de Vida Consagrada, este salesiano fue anteriormente Rector Mayor de su
congregación, la segunda más numerosa de la Iglesia católica. Hijo de
pescadores, Fernández Artime conoce tanto la Curia romana como el mundo de los
religiosos, y ha desempeñado cargos de responsabilidad en España y Argentina,
país natal del actual pontífice.
El
Colegio Cardenalicio y su función en la Iglesia Católica
El Colegio Cardenalicio es el organismo encargado
de asistir al Papa en el gobierno de la Iglesia universal y, fundamentalmente,
de elegir al nuevo Pontífice tras una sede vacante. Originariamente formado por
los sacerdotes de las parroquias principales de Roma y obispos de diócesis
cercanas, ha evolucionado hasta convertirse en un cuerpo internacional que
refleja la universalidad de la Iglesia.
Los cardenales se dividen en tres órdenes: obispos,
presbíteros y diáconos. Solo aquellos menores de 80 años pueden participar en
un cónclave. Durante el pontificado de Francisco, el colegio ha experimentado
una notable internacionalización, con nombramientos procedentes de países donde
nunca antes había habido cardenales, como Laos, Mongolia o Papúa Nueva Guinea.
¿Cómo
funciona un cónclave papal?
El cónclave es un proceso estrictamente regulado y
secreto. Los cardenales electores quedan aislados en la Casa Santa Marta y se
desplazan a la Capilla Sixtina para las votaciones. Se requiere una mayoría de
dos tercios para elegir al nuevo Papa. Tras cada ronda de votación sin
resultado definitivo, las papeletas se queman con aditivos químicos que
producen humo negro. Cuando hay elección, el humo blanco anuncia al mundo la
designación del nuevo Pontífice.
Durante el proceso, está absolutamente prohibido
cualquier contacto con el exterior, y los cardenales realizan un juramento de
secreto. Las rondas de votación se suceden: cuatro el primer día (si el
cónclave comienza por la tarde, solo una) y cuatro diarias los días siguientes,
hasta alcanzar el resultado. Si tras trece días no hay consenso, se puede pasar
a mayoría simple si los cardenales así lo deciden.
¿Qué
perfil buscará el cónclave tras Francisco?
Los expertos en asuntos vaticanos coinciden en que
la elección oscilará entre continuidad y ruptura. Por un lado, la mayoría de
cardenales electores fueron nombrados por Francisco y comparten su visión
pastoral. Por otro, algunos sectores podrían buscar un perfil que ponga más
énfasis en cuestiones doctrinales o administrativas.
Factores como la edad, la procedencia geográfica y
la experiencia pastoral serán determinantes. También pesará la capacidad del
candidato para gestionar los retos actuales de la Iglesia: desde los escándalos
de abusos hasta la disminución de vocaciones en Occidente, pasando por el
diálogo interreligioso y la situación en zonas de conflicto.
La reforma de la Curia romana impulsada por Francisco con la constitución apostólica "Praedicate Evangelium" ha transformado profundamente las estructuras vaticanas, permitiendo que laicos y mujeres puedan dirigir dicasterios. El nuevo Papa deberá decidir si continúa esta línea reformista o establece nuevas prioridades para la Iglesia del siglo XXI.
Con información de Agencias.
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