>>Desde
hace una semana, el producto comenzó a desaparecer de los mercados de la
capital del estado, luego de diversos ataques armados y el asesinato de al
menos ocho distribuidores
Por
Staff de Redacción
CHILPANCINGO,
GRO. (14/Junio/2022).- La posibilidad de conseguir pollo en Chilpancingo es
mínima. La mayoría de las pollerías están cerradas. En el Mercado Baltazar R.
Leyva Mancilla, el principal centro de abasto de la capital, los 38 locales
están vacíos. Los pocos establecimientos que se mantienen abiertos venden lo
rezagado: pollo congelado.
La
mañana del sábado se suspendió la distribución de pollo en Chilpancingo. No
hubo aviso oficial. Fue a balazos. Un comando armado atacó una granja de pollo
en la comunidad de Petaquillas y asesinó al dueño, a su hija —una menor de 12
años— y a cuatro trabajadores. Otros dos empleados quedaron heridos.
Desde
entonces nadie surte pollo. “No se sabe para cuándo volverán a distribuir y
tampoco vemos garantías para vender”, dice una vendedora que prefiere omitir su
nombre.
Es
la una de la tarde del lunes y la nave nueve del Mercado Baltazar R. Leyva
Mancilla luce desolada. Los tres pasillos dedicados a la venta de pollos están
vacíos; no hay vendedores ni compradores. Casi nadie camina por ahí. Tampoco se
ve a policías o militares vigilando la zona, pese a que el gobierno de Guerrero
anunció un “reforzamiento” de la seguridad en la capital. Sólo se ven pocos
elementos de la Policía Industrial.
TAMBIÉN LEE: Ataque armado deja seis muertos en Petaquillas, comunidad de Chilpancingo
“Esto
nos va afectar a todos, la gente no está viniendo, tiene miedo”, dice una
comerciante.
Los
pasillos se comenzaron a vaciar desde hace una semana, cuando hombres armados
asesinaron, entre clientes y vendedores, a un distribuidor de pollos identificado
como Tomás.
Eran
las 4 de la tarde del 6 de junio cuando hombres armados asesinaron al
distribuidor, quien quedó tirado en el pasillo. Provocó terror, pero en minutos
todo volvió a la normalidad.
El
crimen fue el preámbulo de una semana violenta en la capital. Esa noche y la
madrugada del siguiente día, hombres armados quemaron seis vehículos de
transporte público, cuatro de la ruta que va de Chilpancingo a la comunidad de
Petaquillas.
Tres
días después, en el estacionamiento del mercado atacaron a dos repartidores de
pollo. Hombres armados llegaron a la camioneta donde transportaban el producto
y les dispararon. Uno murió y el otro quedó herido.
A
las 8:30 de la mañana del sábado se produjo la masacre en la granja de pollos
en Petaquillas. El dueño fue identificado como familiar de Tomás, el
distribuidor asesinado en el mercado.
Antes
de que los pollos desaparecieran de los puestos de los mercados, asesinaron en
total a ocho trabajadores.
La
falta de pollos ocurre en todos los mercados de Chilpancingo. En el del centro,
cinco de las seis pollerías están cerradas. En la única que permaneció abierta
venden chicharrón, manteca y frijoles refritos; no tienen pollo.
El
joven que atiende el puesto explica que el sábado fue la última vez que les
surtieron pollo, pero lo pagaron 30 pesos más caro.
Este
lunes, algunos alcanzaron a comprar pollo, pero a mayor precio. El dueño de un
restaurante cuenta que el sábado pagó 175 pesos por un pollo completo y hoy
220.
“No
sé cómo le voy a hacer porque no quiero ir a buscar el pollo; da miedo que
cuando esté ahí, lleguen y ataquen”, dice.
Según
la Fiscalía General del Estado, en Chilpancingo operan dos organizaciones
criminales, Los Ardillos y Los Tlacos.
Sin embargo, el obispo emérito de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, dice que la violencia de los últimos días se debe al arribo de una tercera organización que busca desplazar a las otras dos. No dio nombre del otro grupo, pero asegura que las autoridades sí saben quiénes son.
0 comments :
Publicar un comentario
Por favor, ingresa tu correo electrónico para poder contactarte posteriormente... Gracias por visitarnos.