ESPECIAL ►
Las personas solemos encontrar un tiempo para preguntarnos sobre las cuestiones
fundamentales de la vida. En esa búsqueda, las religiones o filosofías
ancestrales se han convertido para muchos en un verdadero remanso y fuente de
conocimiento que posibilitan alcanzar el equilibrio y bienestar. Te invitamos a
descubrir "Los cuatro acuerdos de los Toltecas" que te ayudarán a
vivir mejor.
Estos acuerdos han sido impartidos por la
cultura tolteca (una civilización antigua de origen mexicano llena de artistas
y científicos), que luego fueron plasmados en un libro por el Dr. Miguel Ruiz,
y que me gustaría mostrarte para que tomes consciencia de cómo reaccionas ante
varias situaciones cotidianas de la vida.
Voy a empezar con un ejemplo.
Haz de cuenta que te tomaste una ducha y en
ese momento, tu madre te marca para saber como estás. Ya que estás ocupado
cantando en la ducha, no escuchas la llamada.
Entonces te vuelve a marcar. Una, dos y tres
veces más.
Cuando sales del baño, ves tu teléfono con
seis llamadas perdidas de tu mamá… ¿qué te viene a la mente?
Seguramente que algo malo sucedió. Piensas
que algún familiar ya no está contigo, que tu perro vomitó otra vez o que
entraron a robar en tu casa… pero cuando le devuelves la llamada te enteras que
simplemente ella estaba impaciente de hablar contigo.
¡Seguro te ha pasado algo similar!
La incertidumbre de no saber lo que está
fuera de tu disposición provoca que construyas un mundo enorme de posibilidades
sobre lo que realmente está pasando.
Cada que hacemos conclusiones precipitadas
sobre cualquier situación que no está en nuestras manos, estamos usando nuestro
tiempo y energía inútilmente.
Tú madre sólo quería platicar contigo y te
llamó varias veces. No sucedió algo malo. Fuiste tú el que creó toda la
historia.
Así que es muy importante que desde hoy en
día empieces a tomar más en serio el siguiente acuerdo: no hagas suposiciones.
Cuando te acostumbras a negar estas rápidas conclusiones,
evitas:
·El estrés por situaciones que no tienes
control (lo cual se traduce a casi todo)
·Preocuparte por otras personas, aún cuando
sean cercanos, ya que no está a tu disposición lo que ellos hacen
·Esperar la mejor reacción de tus lectores
cuando escribes un artículo
·Energía pensando en qué dirán los demás de tu
nuevo proyecto (hasta que no sea algo tangible)
·Tomar toda situación de forma personal
Cuando sucede algo que está fuera de tu
alcance y piensas, ¿qué puedes hacer al respecto? A veces nada. Ser pacientes.
En cualquier momento la verdad saldrá a flote.
Este es el momento que llevas esperando.
Has trabajado por semanas en crear el mejor
proyecto en la faz de la tierra. Has revisado cada detalle de tu próxima
aplicación, tu nuevo sitio web o tu movimiento. Estás muy seguro que será un
éxito.
Siendo justamente el día que te propusiste
tenerlo completo, haces público el proyecto.
Entonces la gente empieza a probar lo que
tienes. Muchos están contentos comprando tu nuevo producto. Todos están leyendo
tu nuevo libro.
Sonríes a cada rato que ves la increíble
respuesta de la gente que están felices – hasta que lees el siguiente
comentario: “bah, está horrible”.
¿Qué
crees que sucede a continuación?
Por un momento todo lo que hiciste se va al
caño. Tus ánimos se van para abajo. Te preocupas demasiado. Crees que no valió
la pena todo ese tiempo invertido.
Así de poderosas son las palabras.
Son como una espada de doble filo: pueden
crear el sueño más bello o destruir todo lo que te rodea. Según cómo sean
utilizadas, las palabras pueden liberar o esclavizar aún más de lo que
imaginas.
Si alguien en la calle capta tu atención y te
dice: “realmente eres la persona más estúpida que jamás he conocido”, la culpa
de creerte esta definición será únicamente tuya y no de quién te lo haya dicho.
De la misma forma que tú absorbes el poder de
las palabras, puedes provocar la misma reacción con los demás, así que te
recomiendo estar consciente todo el tiempo de lo que sale de tu boca.
Claro, es más fácil decirlo que hacerlo. El
ejemplo más claro es cuando te dejas llevar por el enojo, en ese momento lo que
menos piensas es en las palabras que empleas. Y lo que dices puede afectar
completamente el rumbo de una relación; sea con tu pareja, con algún socio, con
un familiar o con cualquier otra persona.
Así que me gustaría que empieces a usar este
acuerdo: sé impecable con tus palabras.
El día que reconoces cómo afectan las
palabras que absorbes tendrás mayor inmunidad ante las situaciones cotidianas
que pueden quitarte energía.
Y cuando transmites tus palabras a los demás
con mayor cuidado, podrás crear una mejor relación con todas las personas con
quienes mantienes contacto.
El sol empieza a salir y te levantas con unas
ganas de comerte el mundo. Saludas a tu perro que te devuelve el favor moviendo
su colita, te tomas el baño con la temperatura perfecta y te vistes con tu
mejor atuendo.
Tomas tu delicioso café venti latte glaseado
espumoso vainilla descafeinado con azúcar (así me imagino que mucha gente pide
en Starbucks) y emprendes tu viaje al trabajo escuchando tu canción favorita.
Con una sonrisota llegas a la oficina y sin
esperarlo, el jefe te grita todo alocado. Te dice todas las cosas malas que has
hecho y te recuerda saludar a tu madre.
¿Crees que tu día será el mismo después de
esta situación?
Directamente relacionado con el anterior
acuerdo, como has tomado personalmente las palabras que te ha dicho, de la nada
tus ánimos bajan drásticamente.
Sin embargo lo que se te olvida analizar es
la razón de esta reacción que tuvo el jefe contigo.
Puede ser que su mañana no haya sido la misma
que la tuya. Quizá tuvo una pelea con su pareja o llegaste justamente cuando le
entro el estrés por alguna situación externa, así que simplemente buscó alguien
con quién desquitarse y desafortunadamente fuiste tú quién tuvo la peor parte.
Inclusive unos minutos después no se va
recordar lo que te dijo – pero tú sí. Te lo has tomado personal y ahora sólo
piensas en lo hipócrita que es tu jefe. Tu día se vuelve un martirio.
Pero la verdad es tu propia culpa que te
hagas perder el tiempo de esa manera.
Así que me gustaría que tomes este acuerdo contigo
mismo para vivir en paz: no te tomes nada personalmente.
La verdad es que no podemos caerle bien a
todo el mundo y tampoco deberíamos intentarlo. Algunas situaciones que no
deberías tomar muy a pecho:
·Si no pudiste conseguir ese empleo
Cuando te tomas las cosas personalmente, te sientes ofendido y reaccionas defendiendo tus creencias y creando conflictos.
·Si no pudiste conseguir ese empleo
·Si alguien no te sigue de vuelta en Twitter
·Si alguien te dice tonto, gordo o inútil
·Si no te escogieron para jugar en la reta de
fútbol
·Si esa chica no te quiere como novio
·Si alguien canceló la suscripción a tu
boletín
·Si alguien te grita de la nada
·Si alguien te grita de la nada
Cuando te tomas las cosas personalmente, te sientes ofendido y reaccionas defendiendo tus creencias y creando conflictos.
Haces una montaña de un grano de arena porque
sientes la necesidad de tener la razón y de que los demás estén equivocados.
Cuando comprendas esto de verdad, será muy
difícil que los comentarios insensibles de los demás te hieran.
Es difícil definir las cosas que están hechas
con pasión, pero podemos reconocerlas desde lejos cuando presenciamos algo que
está hecho con más cariño.
Es una carta escrita a mano, el detalle
gráfico del footer de un sitio web, un paquete de un producto hecho a la
medida, una sorpresa de un lector, un café con un dibujo detallado en la espuma
o una gran cerveza artesanal.
Son las cosas que no generan más ingresos
sino más placer. Lo que provoca una experiencia en algo emocional en vez de
cumplir simples normas.
Por eso me gustaría que tomes en cuenta el
último de los acuerdos: haz siempre lo máximo que puedas.
Si das lo mejor de ti, como muy pocos lo
hacen, la gente lo va a notar. Puedes inculcar belleza y genialidad con tu
trabajo aún cuando no te deje más dinero. Aún cuando las personas te digan que
estás perdiendo el tiempo.
Cuando haces menos de lo que puedes ofrecer,
te sometes a frustraciones, culpas o puros reproches. Sin embargo debes estar
consciente que todas las cosas cambian continuamente, de modo que, en
ocasiones, lo máximo que podrás hacer tendrá una gran calidad y en otras
ocasiones no será tan bueno.
Pero si siempre haces lo máximo que puedas, no
te juzgarás a ti mismo. No sé tú pero yo prefiero llegar a descansar
tranquilamente cada día sabiendo que di lo mejor que estuvo a mi disposición.
De esta manera todos los acuerdos se conectan
entre sí
No esperes ser siempre impecable con tus
palabras, habrá momentos que no podrás decir correctamente lo que expresa tu
mente… pero puedes hacer lo máximo posible.
No esperes que nunca más te tomes las cosas
personalmente sobre lo que digan los demás, simplemente haz lo máximo para
evitar estas situaciones.
Quizá será difícil borrar de tu mente todas
las suposiciones que te creas ante algo incierto en tu vida, pero sí puedes
hacer lo máximo posible.
Recuerda que nada posible si no tomas acción.
La acción consiste en vivir con plenitud. Y cuando no haces nada, te estás
negando a la vida por el miedo de estar vivo y arriesgarte a expresar lo que
realmente eres.
Estos nuevos hábitos no se cambian de la
noche a la mañana, pero puedes introducirlos de poco a poco en tu vida y
experimentar una mayor paz interior.
Así que disfruta del proceso, arriésgate,
expresa tus sueños. Di que si cuando realmente lo quieras decir y di no cuando
sientas que es necesario.
No estamos aquí para sacrificar nuestra
alegría a costa de los demás. Estamos aquí para vivir, para ser felices y para
ofrecer lo mejor de nosotros sin esperar nada a cambio.
Por Staff de Redacción
Agosto/29/2018
www.libertadguerrero.net
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