LA COLUMNA
❍ Cosas de nunca acabar
Acudí a los dos eventos por el segundo informe de actividades del
alcalde de Acapulco, Evodio Velázquez.
En ninguno le fue mal. En el primero, en la Sala de Cabildos del Palacio
Municipal, obvio, muy obviamente, el único edil que lo cuestionó severamente,
fue el del Movimiento Ciudadano.
Pero a este señor (joven menudito de escaso de pelo cabelludo, pero eso sí,
con pinta de gran señor), se le olvidó que sus señalamientos en contra del
alcalde tiene mucho que ver con administraciones pasadas.
Sí, como con la que presidió su gran señor, su patrón, su mecenas, su
papa político, pues.
Reprobó severamente al alcalde porteño. Y, me pregunto: ¿acaso no forma
él parte del cuerpo edilicio que encabeza, precisamente, el alcalde?
Cuestionaría, entonces: ¿qué ha hecho éste diminuto personaje por los
acapulqueños?
Bueno sería que rindiera un informe de sus actividades en beneficio de
los acapulqueños y, además, que recordara que los problemas que ahora padece
este gobierno municipal, en gran parte se deben a las herencias malditas de sus
antecesores, entre éstos a la de su protector político.
Escuché con atención a la regidora Brígida Trani. Cuestionó bien, pero
también admitió que en Acapulco existe gobernabilidad y que es –dijo-
compartida con los ediles.
Y bien su convocatoria a la unidad en el trabajo durante lo que falta de
este trienio.
En Acapulco sí hay obra pública, caray. No la que se quisiera, pero
existe en colonias, barrios, comunidades, como en ningún otro municipio del
estado. Y además, en infraestructura turística, en la atracción de más turismo
internacional.
Y en eso el alcalde nunca se mostró mezquino. Fueron públicos sus
reconocimientos, en ambos eventos, al gobierno federal y al estatal (y también
a la clase empresarial) por su colaboración.
Entiendo que a sus opositores políticos les incomode eso. Es natural en
este escenario preelectoral. Sienten que éste Evodio se les va, por la libre.
Y, cuando menos, a dos les inquieta, porque no es su tipo. Cuestión de gustos,
pues. Muy respetables, por cierto.
En el segundo evento, en el Juan Ruiz de Alarcón del Centro de
Convenciones, muy bien “arropado”, en serio. Y mucho mejor cando anunció
grandes proyectos para Acapulco.
Promete cerrar fuerte, muy fuerte, pero eso sí, no dejó de resaltar el
apoyo de los gobiernos del presidente Enrique Peña Nieto y del gobernador
Héctor Astudillo Flores, y de la clase empresarial solidaria con Acapulco.
Durante las últimas horas he escuchado y leído como los malquerientes de
éste alcalde lo vapulean. Algunos de estos no tienen vergüenza porque cargan
con pésimos antecedentes en la función pública.
Entre quienes lo cuestionan severamente, están el presidente del Consejo
Coordinador Empresarial (CCE), Joaquín Badillo Escamilla; el dirigente del
Comité Ejecutivo Estatal de Morena en Guerrero, Pablo Amílcar Sandoval
Ballesteros, o el presidente del Comité Directivo Municipal del PRI en
Acapulco, Fermín Alvarado Arroyo.
Me pueden decir, mis pocos leales pero queridos lectores, ¿qué han hecho
por Acapulco éstos personajes? No se enojen, es sólo una pregunta.
(angelirracar@hotmail.com)
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opinión cuyo contenido refleja el punto de vista del autor.]
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