
REPORTE ESPECIAL ► La
Biblia es uno de los libros más reproducidos de todos los tiempos. Ha sido
traducido a cientos de idiomas y podemos encontrarla en todos los sitios del
mundo.
Según el
libro de Guinness Records: “Aunque es imposible tener datos exactos, hay pocas
dudas de que la Biblia sea el libro más vendido en el mundo y el más
distribuido. Una encuesta de la Sociedad Bíblica concluyó que entre 1815 y 1975
se habían imprimido cerca de 2,5 mil millones de copias, pero datos más
recientes afirman que la cifra es más de 5 mil millones. A finales de 1995, las
ventas combinadas de la versión de Today´s English Version (Good News) del
Nuevo Testamento y la Biblia (de la cual las Sociedades Bíblicas tienen los
derechos de autor), excedieron los 17,75 millones de copias y que toda la
Biblia había sido traducida en 349 idiomas; 2123 idiomas tienen por lo menos un
libro de la Biblia traducido”.
La Biblia
también es el primer libro en ser imprimido mecánicamente en su totalidad; la
Biblia de Gutenberg fue imprimida en Mainz, Alemania, alrededor de 1455.
Es el libro
con mayor influencia que se ha escrito alguna vez, y habla acerca de sucesos
futuros increíbles. Promete que los humanos pueden vivir para siempre y
convertirse en miembros de la familia de Dios. Explica por qué sufren los
humanos y el propósito real de la vida humana. Explica cómo el sufrimiento
llegará a su fin y anuncia una época en que no habrá más dolor, sufrimiento y
muerte. Sus promesas y mensajes del futuro son asombrosas.
ENTONCES, ¿QUIÉN ESCRIBIÓ LA BIBLIA?
La respuesta
más resumida es, Dios. Dios lo hizo. El apóstol Pablo, un hombre encargado de
escribir una gran parte del Nuevo Testamento, afirmó: “Toda la Escritura es
inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para
instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente
preparado para toda buena obra” (2 Timoteo 3:16-17).
La Escritura
es “inspirada por Dios” (del griego Theopneustos, que traducido literalmente es
“Dios lo respiró”). Dios, por medio de su Santo Espíritu, inspiró a los hombre
a que registraran su mensaje; y por lo tanto tiene la autoridad divina para la
doctrina, para redargüir, para corregir y para instruir en justicia.
Dios inspiró
a varios hombres con diferentes antecedentes y generaciones para registrar su
mensaje a la humanidad. En un período de más de 1500 años, Dios inspiró a
profetas, jueces, agricultores, pastores, pescadores, doctores y reyes para
registrar sus pensamientos, algo parecido a cuando un gerente le dicta
instrucciones o una carta a su asistente o secretaria. En ciertos momentos Dios
permitió que los escritores humanos utilizaran sus propias palabras o
terminología, pero todos recibieron inspiración divina de parte de Dios, quien
es realmente el que escribió la Biblia.
El apóstol
Pedro escribió: “Entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura
es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad
humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el
Espíritu Santo” (2 Pedro 1:20-21).
Las
Escrituras no son algo sujeto a la propia interpretación de los seres humanos;
el escritor no las escribió por su propia iniciativa o impulso, sino por la
inspiración y la intervención del Espíritu Santo. Así, la Biblia es el mensaje
de Dios comunicado por hombres que fueron inspirados por Dios.
LA PALABRA DEL SEÑOR
Algunas veces
el mensaje vino de una manera directa, introducido por frases tales como: “vino
la Palabra del Señor a mí”. Un investigador de la Biblia contó más de 3.800
veces en que los escritores de las Escrituras utilizaron algunas variaciones de
la frase, “la palabra del Señor vino a mí, diciendo…”. En otras palabras, el
profeta afirmaba con clara autoridad que Dios, el Creador del universo, era
quien comunicaba realmente su mensaje personalmente al profeta.
Por ejemplo,
Isaías dice: “Entonces vino palabra del Eterno a Isaías, diciendo: Ve y di a
Ezequías: El Eterno, Dios de David tu padre dice así: He oído tu oración, y
visto tus lágrimas; he aquí yo añado a tus días quince años” (Isaías 38:4-5).
En otros
casos los profetas describieron sus propias experiencias y ofrecieron otras
perspectivas del mismo suceso. Ellos presentaron el mensaje de Dios en
diferentes estilos e idiomas, y aun así, el Espíritu Santo guió sus
pensamientos y mentes para presentar la verdad de Dios y no únicamente su
mensaje humanamente inventado. Algunos escritores afirmaron que vieron a Dios y
hablaron con Él cara a cara (éxodo 33:11). Cientos de miles, si es que no
fueron millones, escucharon su voz (Éxodo 20:1-22).
CUANDO VINO EL AUTOR A LA TIERRA
La Biblia
también afirma que Dios se despojó a sí mismo de su deidad y estuvo en la
tierra como un ser humano, comiendo, durmiendo, riendo, llorando, abrazando,
sanando, enseñando y finalmente murió. Miles de personas fueron testigos de
estos sucesos y algunos de los discípulos de Jesucristo, en quienes Él
confiaba, registraron sus palabras y enseñanzas.
El apóstol
Pablo afirmó que había visto a Jesús después de su muerte y resurrección y aseguró
que sus enseñanzas provenían directamente de Él (Gálatas 1:11-12; 2 Corintios
12:2; 1 Corintios 15:8).
LOS ESCRITORES HUMANOS
Aunque Dios
en realidad es quien escribió la Biblia, Él utilizó a los seres humanos para
escribirla para nosotros. En muchos casos tenemos los nombres de los escritores
humanos, pero en otras ocasiones debemos estudiar la tradición o en otras
fuentes para poder determinar quién pudo haber sido el escritor.
Los
libros de la Biblia y sus posibles escritores son:
Antiguo Testamento:
• Génesis,
Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio y Job por Moisés.
• Josué por
Josué.
• Jueces,
Ruth, 1 y 2 Samuel, por Samuel, Natán y/o Gad.
• 1 y 2 de
Reyes, por Jeremías.
• 1 y 2
Crónicas, Esdras y Nehemías, por Esdras y Nehemías. Ester por Mardoqueo.
• Salmos,
principalmente David, con otros (Asaf, hijos de Coré, Hamán, Etán, Salomón y
Moisés).
• Proverbios,
Eclesiastés y Cantar de los Cantares (también conocido como el Canto de
Salomón), por Salomón.
• Isaías, por
Isaías.
• Jeremías y lamentaciones,
por Jeremías.
• Ezequiel,
por Ezequiel.
• Daniel, por
Daniel.
• Oseas, por
Oseas.
• Joel, por
Joel.
• Amós, por
Amós.
• Abdías, por
Abdías.
• Jonás, por
Jonás.
• Miqueas,
por Miqueas.
• Nahúm, por
Nahúm.
• Habacuc,
por Habacuc.
• Sofonías, por
Sofonías.
• Hageo, por
Hageo.
• Zacarías
por Zacarías.
• Malaquías,
por Malaquías.
Nuevo Testamento:
• Mateo, por
Mateo.
• Marcos, por
Marcos.
• Lucas y
Hechos, por Lucas.
• Juan, por
Juan.
• Romanos, 1
y 2 de Corintios, Gálatas, Efesios, Filipenses, Colosenses, 1 y 2 de
Tesalonicenses, 1 y 2 de Timoteo, Tito y Filemón, por Pablo.
• Hebreos,
por un autor desconocido, posiblemente Pablo.
• Santiago,
por Santiago, el medio hermano de Jesús.
• 1 y 2 de
Pedro, por Pedro.
• 1, 2 y 3 de
Juan, por Juan.
• Judas, por
Judas.
• Apocalipsis
por Juan.
¿PODEMOS PROBAR QUE DIOS ES EL QUE
ESCRIBIÓ LA BIBLIA?
Un estudio de
la Biblia nos aclara su origen divino, pero, ¿cómo podemos estar ciertos de
esto? ¿Cómo podemos saber si la Biblia es la Palabra inspirada de Dios o es
sólo un libro de invención humana? La clave la encontramos en la misma Biblia.
Cristo nos da
la clave para determinar la validez y la fidelidad de los escritos bíblicos. A
los que lo cuestionaban, Él les dijo: “Mi doctrina no es mía, sino de aquel que
me envió. El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es
de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta” (Juan 7:16-17).
La fórmula
bíblica para probar la verdad de la Biblia es hacer lo que ella nos dice que
debemos hacer. Podemos probar las afirmaciones de la Biblia al obedecer los
mandamientos que Dios nos da en sus páginas.
Por Staff de Redacción
Marzo/20/2017
www.libertadguerrero.net
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