EL
VOYERISTA
❍ ¿Ayotzinapa y su simbolismo?
Ayotzinapa
es una palabra que encierra desde hace muchos años, un simbolismo que a cada
quien le puede permitir ubicarse en el escenario de los acontecimientos
sociales y políticos, en diferente lugar. Depende del significado que tenga
para cada ciudadano, la palabra misma.
El
simbolismo crece, cuando hay quien la reconoce como un centro educativo, hasta
los que desde otro extremo, la consideran una escuela de la lucha social. Es
ambos, dos.
La misma
Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro), lo fue y hoy, sigue tan campante.
Claro, la UAGro, evolucionó y a Ayotzinapa, no le permitieron los intereses de
muchos, ser otra cosa. Y sigue siendo lo mismo. Un centro educativo, con
peculiaridades especiales, luego de que quienes la han conducido, les interesa
que así sea.
Ayotzinapa,
está en el estado de Guerrero y eso la etiqueta. Uno de los tres estados con
mayor atraso social, político y educativo, que la marca y la identifica.
Guerrero, Chiapas y Oaxaca, son históricamente semilleros de luchadores
sociales. Y mientras estos tres estados sigan en el cabús del desarrollo
nacional, serán así.
Vicente
Guerrero Saldaña, pudo haber nacido en cualquier estado del país, pero nació en
Tixtla, Guerrero y por eso y por muchas cosas más, Ayotzinapa crece en el
simbolismo. Ahí estudiaron Genaro Vázquez Rojas y Lucio Cabañas Barrientos. Dos
personajes que unidos al primero, fueron promotores, vivos y muertos de cambios
profundos en la vida política del país, donde nacieron.
O sea,
Ayotzinapa, es germen y cimiente de lucha. No podrá ser otra cosa, hasta que no
evolucionen las condiciones de vida de la sociedad guerrerense.
Mientras
tanto, ha sido escenario de un drama social. Desaparecieron 43 estudiantes y
eso ha permitido que desde la óptica de quienes conducen las orientaciones
políticas de la Normal Rural, la convirtiera en el ariete nacional de la nueva
revolución mexicana. Y la cuerda se sigue estirando, para que logre el objetivo
buscado. Las condiciones sociales la mantienen en eso.
El
gobierno federal, no tiene aún la forma de encontrar solución al conflicto,
luego de que no ha logrado mostrar qué pasó. Lo único cierto es que hay 43
desaparecidos y las especulaciones suben. No se sabe dónde están.
Para los
padres de familia y los líderes de la escuela, fue el gobierno federal, el
ejército y la policía federal, quien los desapareció.
Para el
gobierno federal, fue la disputa de cárteles del narcotráfico, quienes los
desaparecieron, por involucrarse en sus intereses. Con el apoyo de policías a
su servicio y el gobierno municipal de Iguala.
Los
padres de los jóvenes desaparecidos, manifiestan que mientras no se conozca,
qué ocurrió, la lucha sigue. Y claro, se reclama justicia para los afectados y
la aplicación de la ley a quienes fueron los responsables. Aún no puede ocurrir
lo anterior.
El
gobierno convoca a que los reclamos se conduzcan dentro de la ley.
Y a río
revuelto, los liderazgos de la Normal, presionan para que la llama no se apague
y promueven infinidad de acciones, que a su juicio se justifican, porque no hay
justificación para la desaparición de 43 estudiantes normalistas.
La quema
de oficinas públicas, es una acción. La toma de carreteras y de casetas de
peaje, igual.
En el
caso de las oficinas públicas, porque hay presunción de que ahí ocurrió algo
que hizo o hace complicado el esclarecimiento del caso. Ayer se quemó y
destruyó parte de las oficinas del Tribunal Superior de Justicia en Iguala,
porque alguien supone que un video se perdió y donde puede haber evidencia de
qué o quiénes participaron, luego de que sus cámaras pudieron haber captado
escenas que al gobierno federal, no le interesa dar a conocer.
Parte de
las instalaciones del congreso de Guerrero, el palacio de gobierno y las
oficinas de los partidos políticos, ya fueron quemadas y destruidos o tomados
algunos edificios municipales, como Iguala y Chilpancingo. Por el simbolismo
que significan.
Y en ese
simbolismo, las quemas tienen desdela óptica de quienes las promueven, valor
reivindicatorio.
Claro que quien juega con fuego, se
puede quemar. Y al final, las quemas quieren mantener viva la llama de la lucha
social. Al costo que sea. Es parte del simbolismo.
[Usted acaba de leer un artículo de
opinión cuyo contenido refleja el punto de vista del autor.]
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