ENTRESEMANA
❍ Los tres chiflados, urgencias e impunidad
[Por Moisés Sánchez Limón]
Responde al nombre de Ángel Heladio Aguirre Rivero, el factor principal
de la crisis político-judicial más severa que ha enfrentado la administración
de Enrique Peña Nieto, porque trascendió fronteras e involucró a agentes
extranjeros para procesar mediática y jurisdiccional extra fronteras a las
autoridades de procuración e impartición de justicia de México, no exentas, por
supuesto, de yerros que van más allá de la inexperiencia.
La desaparición de 43 estudiantes de la Escuela Normal Isidro Burgos,
enclavada en la localidad de Ayotzinapa, consecuencia de asuntos de
narcotráfico y crimen organizado que tenían en el entonces presidente municipal
de Iguala, José Luis Abarca Velázquez y su esposa María de los Ángeles Pineda
Villa, al factor infiltrado en el gobierno local, no se disocia en absoluto de
Aguirre Rivero, a la sazón gobernador del estado de Guerrero.
Sin embargo, el ex gobernador amigo personal del presidente Enrique Peña
Nieto, después de una llamada de atención –mediante el encarcelamiento de su hermano
y amigos-- cuando pretendió sacar la cabeza y ungirse líder opositor desde el
exilio político, vive en la impunidad y todo indica que el ajuste de cuentas en
aras de fincar bases de pretendida convicción oficial en materia del Sistema
Nacional Anticorrupción, sólo tocará a tres compadres, los gobernadores de
Veracruz, Chihuahua y Quintana Roo. Vale analogía política de Los Tres
Chiflados.
¿Por qué proteger a Ángel Heladio Aguirre Rivero? ¿Por qué el brazo
justiciero del gobierno de Enrique Peña Nieto no alcanzó a Jesús Ortega y
Andrés Manuel López Obrador, Alejandro Encinas y Guadalupe Acosta Naranjo, que
tuvieron vela en la unción de José Luis Abarca como candidato a presidente
municipal de Iguala? ¿De qué tamaño fue la negociación que Peña Nieto y su
equipo del primer círculo aceptó culpas ajenas?
Después del 1 de diciembre de 2018 fluirán versiones, se develarán
secretos. Bueno, si no es que antes alguno de los convidados abre su caja de
pandora cuando se quede fuera del reparto de utilidades. Así es esto de la
política de las ligas mayores. No hay juramentos de sangre eternos.
Y no dude usted que alguna infidencia saldrá antes de que amanezca otro
gobierno, en el círculo oficioso y de amanuenses de los tres chiflados, éstos
que en la tragicomedia de la política mexicana se atrevieron a buscar el
blindaje ñoño ordenándole a su cuerpo legislativo procesar leyes fast track por
encima de las generales que son de la incumbencia del Congreso de la Unión.
Por eso es interesante la embestida del alto mando priista para
desactivar, mediante acción de inconstitucionalidad fincada ante la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, los muros de protección, de manufactura
legaloide, erigidos con la anuencia de sus soldados legisladores por los
gobernadores Javier Duarte de Ochoa, César Horacio Duarte Jáquez y Roberto
Borge Angulo.
Pareciera, empero, una jugada de tres bandas para urgir a la oposición,
como ya cayó Ernesto Ruffo Appel, para llevar a picota al ex gobernador
Guillermo Padrés Elías y la ex alcaldesa de Monterrey, Margarita Alicia
Arellanes Cervantes, a no hacerse que la virgen le habla y comulgar con el
ejemplo. Si el tricolor expulsa de sus filas y procesa penalmente a los tres
chiflados, el mensaje no tiene desperdicio para panistas y perredistas.
Hay que referir que la Corte está en receso y reinicia actividades hasta
dentro de 15 días hábiles, pero como se observa, esto de los tres chiflados es
una verdadera urgencia que incluso pilló con las manos entre la puerta al
senador Emilio Gamboa Patrón, amigo personal y operador a trasmano de Duarte
Jáquez, gobernador de Chihuahua; amigo de Borge Angulo, mandatario de Quintana
Roo, y de Duarte de Ochoa, aún jefe del Ejecutivo veracruzano que ya cuenta a
sus amigos con los dedos de una mano, cuando durante su gestión estuvo rodeado
de dizque incondicionales que hoy hacen maletas para evitar cualquier
señalamiento judicial.
Vea usted. El lunes pasado, Emilio Gamboa debió tragar sapos y aguantar
las ganas de defender a sus amigos –evidencia de que no hay juramentos de
hermandad eterna—y acompañó a Enrique Ochoa Reza, líder en turno del partido
que lo ha encumbrado y hecho multimillonario y vendedor de favores.
Y es que, finalmente, Ochoa Reza echó mano del recurso de limpieza de la
casa, para allanarse legitimidad, y solicitó al senador Arturo Zamora Jiménez
–un brillante abogado y vicepresidente de la Mesa Directiva del Senado de la
República—elaborara el documento mediante el cual el PRI solicita al presidente
del órgano legislativo, el panista Roberto Gil Zuarth, pida a la Suprema Corte
de Justicia de la Nación, resolución preferente a las acciones de
inconstitucionalidad interpuestas el pasado día once por la procuradora Arely
Gómez, contra actos de los Poderes Legislativo y Ejecutivo de los estados de
Quintana Roo, Veracruz y Chihuahua.
De acuerdo con la solicitud elaborada por Zamora Jiménez y entregada a
Gil Zuarth, los congresos de dichas entidades dieron acceso y resolución
afirmativa a “diversas reformas en materia de transparencia y combate a la
corrupción, cuyos postulados son contrarios a las disposiciones
constitucionales y legales en materia del Sistema Nacional Anticorrupción,
publicadas en el Diario Oficial de la Federación el 23 de mayo del 2015 y el 20
de julio de 2016 respectivamente”.
En pocas palabras, Duarte de Ochoa, Duarte Jáquez y Borge Angulo
procedieron como virreyes y mediante leyes a modo, pretendieron tejer su
personal manto de impunidad. Pero en Los Pinos la decisión fue en su contra y,
como ejemplares del coto de caza sexenal, sus zaleas lucirán como emblema del
Sistema Nacional Anticorrupción. ¿Y Ángel Heladio? ¡Salud!, compadre. Digo.
MIÉRCOLES. Burda y de mal gusto, la autopromoción de Rafael Moreno Valle
Rosas, virrey del estado de Puebla que ha emprendido la aventura en pos del
Vellocino de Oro con todo y Jasón con sus argonautas. Se anuncia como
entrevista exclusiva al portal denominado “La Neta Noticias (LNN)”, en una
copia de primaria de CNN, a la hecha a Moreno Valle Rosas (“el gobernador que
se atrevió a cambiar al estado de Puebla”, vocean). Desgarbado, exceso de
maquillaje y goma en el pelo, con un ojal del saco abotonado y la corbata en
desparpajo aparece como cubierta de la entrepierna. Y dice que tuvo la suerte
de encontrar al estado de Puebla con graves problemas, porque así pudo
demostrar en breve tiempo el cambio. Y ofrece imágenes de inmuebles
modernizados, como el caso del Tribunal de Justicia, pero ni un hecho real,
fehaciente, con nombres y apellidos de niños que ya no están en pobreza y
estudian, o de capos detenidos y procesados. Y ahí viene una revista dizque
especializada con una entrevista exclusiva al virrey Moreno Valle Rosas. No
cabe duda que Max Cortázar es todo un genio de la publicidad y la propaganda.
¡Chido con su candidote! Conste.
sanchezlimon@gmail.com
www.entresemana.mx
@msanchezlimon
Vanguardia en línea
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opinión cuyo contenido refleja el punto de vista del autor.]
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