EL
VOYERISTA
❍ ¿Al
maestro con cariño?
[Por Alfredo Guzmán]
La
figura magisterial, siempre ha sido, desde muchos puntos de vista venerado.
Tengo recuerdos de profesores que marcaron mi vida. Desde la maestra Margarita,
que a los 6 años me llevaba a su casa y sus caricias fueron parte del inicio de
mis desviaciones, hasta maestros de un nivel, que siempre quise emular.
Inteligencia,
capacidad, entereza, compromiso, lealtad y responsabilidad, son elementos a
seguir.
Claro, que tuve
maestros corruptos, alcohólicos, faltistas e irresponsables. Cada uno tiene un
espacio en mi memoria. Cada quien dejó huella en esta cabecita que hoy camina
con sombrero, porque el sol maltrata el cuero cabelludo, que se quedó sin pelo.
Recientemente
escribía que en breve, se observaría al magisterio librar la madre de todas las
batallas, porque sin timón, el magisterio disidente, perdió la brújula y ha
iniciado, un proceso de descomposición mayor que afectará sin duda la vida
social, pero sin ser adivino, observo que no se preparó para esta batalla.
Pero no
adelantemos vísperas y hagamos reflexión y análisis, no especulación.
La debilidad del
magisterio disidente, radica en su aislamiento social. No tiene base social que
lo soporte. Y un grupo que no tiene recursos para moverse, no sólo financiero,
va a la derrota.
La soberbia de
un grupo social privilegiado, que mucho tiempo vivió de la corrupción que gira
alrededor del magisterio, de la compra de plazas, del chantaje y de miles de
formas de no trabajar, pero sí de cobrar.
Hoy, sin idea de
lucha social, quema oficinas. Porque reclama que no le fiscalicen sus
conocimientos, sus capacidades, su información, misma que quedo desfasada,
cuando quieren seguir enseñando con bolitas y palitos en los tiempos de las
redes sociales.
Nunca quisieron
capacitarse, ni actualizarse, porque ellos ya habrían realizado estudios para
enseñar y en el exceso, hay quienes siguen dando clases con un cuadernito todo
raído y sin hojas, con metodologías añejas y sin entender que ese tipo de
enseñanza que no carece de pedagogía y metodología de enseñanza para las nuevas
generaciones, quedó muerta hace años.
Sólo como dato,
en la zona de la montaña hay 10 mil plazas de maestros que se otorgaron por
presión de estos grupos que hoy, quieren hacer la revolución, pero que carecen
de conocimientos para seguir frente a los grupos que los rechazan, por flojos
en principio y porque en vez de capacitarse y actualizarse, estudiaron
manifestación, presión, chantaje, marchas, mítines y demás actos, que no tienen
nada que ver con su función, pero sí con la lucha social. Ese magisterio de la
Montaña no tiene título de maestro. Puede ser líder, pero información
pedagógica, sacó 0.
Recuerdo cuando
la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro), la quisieron convertir algunos
grupos políticos, en fábrica de revolucionarios. No de estudiantes, ni de
ciencia, ni de tecnología. Aún hay por ahí algunos nostálgicos que reclaman que
la UAGro, es de lucha y no de academia.
Por fortuna son
lobos esteparios que divagan y no alcanzan a tener presencia política ni
relevancia social, porque se quedaron en el viaje. Porque ni siquiera fueron
eficientes promotores de la revolución y sí acomodaticios corruptos que siguen
soñando con algo que desconocen, porque no estudiaron ni se capacitaron.
Hoy el
magisterio guerrerense vive un viacrucis terrible, por su falta de previsión,
por su carencia de liderazgo social, por su alejamiento del conocimiento y de
su capacitación académica y por su ruptura con la sociedad a la que sólo acudía
para molestarla, para afectarla, para dañarla y golpearla. O secuestrarla y
mantenerla atemorizada, cuando bloqueaba las ciudades.
Ya se han dado
caso, donde algunos ciudadanos han enfrentado al magisterio, al que consideran
corrupto y violento.
En política, la
percepción cuenta.
Espero que esos
ciudadanos no se enfrenten al magisterio y los vayan a sacar de los espacios
que han convertido en cuarteles y les quemen donde se esconden, porque quien
perderá más es la misma sociedad.
Si el magisterio disidente pierde la razón, el Estado y el gobierno,
junto con la sociedad, deben tener cordura y paciencia. Pero eso si, lo que se
debe imponer es la justicia. Y quien no quiera trabajar y quiere hacer lucha
social, que lo haga, pero eso tiene su costo y es muy alto.
[Usted
acaba de leer un artículo de opinión cuyo contenido refleja el punto de vista
del autor.]
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