ESTRICTAMENTE
PERSONAL
❍ Tamaulipas:
narco elecciones
[Por Raymundo Riva Palacio]
Las cosas inéditas
que se están viendo en las campañas electorales de este año son tan
inverosímiles, que cuesta trabajo comprenderlas y procesarlas. El sábado pasado
se vio lo que, quizás, es lo más importante por magnitud y trascendencia de lo
que hasta ahora se haya conocido. En un boletín de 143 palabras, el dirigente
nacional del principal partido político del país, denunció que un cártel de
drogas tomó abiertamente partido por el candidato de un partido contrario,
buscando apoyos con plata o plomo. Por primera vez, un líder político nacional
señaló claramente que el narcotráfico tiene partido y que quiere que el
candidato al que apoya, gane la gubernatura. Por supuesto, hablamos de
Tamaulipas.
El boletín fue difundido por el PRI el sábado
por la tarde, donde se informó que el líder del partido, Manlio Fabio
Beltrones, había expulsado a tres candidatos postulados por los priistas por
presuntos vínculos con la delincuencia organizada. “Los tres candidatos fueron
amenazados o comprados por el crimen en Tamaulipas y que hemos decidido
expulsar, apoyan abiertamente al PAN”, dijo Beltrones. “El PRI no se prestará
para dar votos a quienes ceden o están coludidos con el crimen… Preferimos no
tener candidatos en ninguno de esos tres municipios a concederles un voto de
legitimidad a los malos que están atrás de ellos”.
Beltrones no los mencionó por nombre, pero el
antecedente está el 22 de abril, cuando en un evento monumental del candidato
del PAN a la gubernatura, Francisco García Cabeza de Vaca en el municipio de
Hidalgo, en el centro de Tamaulipas frontera con Nuevo León, el candidato del
PRI a la presidencia municipal, Reyes Wenceslao Zúñiga Vázquez, anunció su
respaldo al abanderado panista. Al mismo evento acudieron los candidatos del
PRI a las alcaldías de Mainero, Luis Cesáreo Aldape Lerma, y de Villagrán,
Gustavo Estrella Cabrera, que también fueron expulsados por Beltrones. En el
mitin, donde se colgaron pancartas del PRI en apoyo a García Cabeza de Vaca,
asistieron los líderes locales del PRD, PT, Movimiento Ciudadano y Nueva
Alianza, partidos que hasta ahora no han dicho nada al respecto.
La denuncia de Beltrones no se origina en
averiguaciones previas de las autoridades o en documentación que se haya podido
obtener sobre los malos pasos de los políticos. Según fuentes vinculadas al
dirigente priista, se produjo como resultado de denuncias de amenazas directas
de los criminales a los candidatos. “En todos los años que llevo haciendo
campaña”, dijo un estratega veterano, “nunca había visto algo similar. Lo que
pasa en Tamaulipas produce terror”. El crimen organizado decidió entrar de
lleno en la campaña por la gubernatura. El Instituto Nacional Electoral dijo
este fin de semana que van a retirar a su personal de Ciudad Victoria,
Matamoros y Reynosa, porque no es posible trabajar ante el clima de
inseguridad. Varias empresas de opinión pública dejaron de encuestar en el 30%
del territorio tamaulipeco por las mismas razones.
¿Qué tanto se puede establecer una línea
mecánica entre el apoyo del crimen organizado y un candidato? ¿Hay realmente
una vinculación del narcotráfico con García Cabeza de Vaca? No le ayuda al
candidato del PAN un pasado donde ha estado y cruzado, en ocasiones, los
límites de la legalidad. En febrero de 1986, por ejemplo, la policía de
McAllen, Texas, lo arrestó por robar armas de fuego junto con sus amigos,
Antonio Barba, Alfredo Cerda y Alberto Gómez, asesinados años más tarde. Las
muertes con olor a crimen lo persiguen. En enero de 2005, durante su campaña
para presidente municipal de Reynosa, su escolta y jefe de seguridad, René
Izaguirre, apareció ejecutado en una carretera. Apoyado por Marta Sahagún de
Fox a través de su hijo Manuel Bribiesca, ganó la alcaldía y en 2006 autorizó a
Osiel Cárdenas, legendario jefe del Cártel del Golfo y fundador de Los Zetas,
el uso del estadio de béisbol para el festival del Día del Niño.
Pese a ello, a García Cabeza de Vaca nunca se
le han probado nexos con el narcotráfico. Con esa asidera se puede entender la
respuesta del líder nacional del PAN, Ricardo Anaya, a las imputaciones de
Beltrones. La expulsión de los tres candidatos priistas a alcaldía, reviró,
confirma la infiltración histórica de los grupos criminales en el priismo
tamaulipeco. Palabras fuertes, pero vacuas. Pero el litigio político-mediático,
no debe ocultar el fondo de la problemática expuesta por Beltrones.
Hidalgo, el municipio que está en el centro
de este escándalo, era territorio de Los Zetas hasta hace aproximadamente tres
años, cuando el Cártel del Golfo lo expulsó. Días después del respaldo de abril
pasado, el grupo “Columna Armada General Pedro José Méndez”, relacionado con el
Cártel del Golfo, que apareció en Hidalgo, Mainero y Villagrán en 2014, salió a
las calles con pancartas de apoyo a García Cabeza de Vaca. ¿Hay un apoyo real
del narcotráfico al panista o lo que se busca en el fondo es desacreditarlo?
¿Quiere gobernar en las sombras? ¿Se está dando un cambio de fondo en las
estrategias criminales?
Las
preguntas obligan a buscar respuestas al interés del narcotráfico para meterse
tan abiertamente en una campaña a favor de un candidato a gobernador. Lo que
sucede es demasiado lineal y simple para tomarlo como un hecho consumado. Pero
al mismo tiempo, pensar que todo es parte de una guerra sucia electoral, es un
error. La putrefacción en Tamaulipas es real y tiene que atacarse.
[Usted acaba de leer un artículo de
opinión cuyo contenido refleja el punto de vista del autor.]
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