CIUDAD DE MÉXICO ► Madonna ofreció anoche el primero de dos
conciertos en el Palacio de los Deportes, donde ante 16 mil 160 asistentes
brindó un homenaje a la pintora mexicana Frida Kahlo, de quien dijo es una gran
influencia en su vida.
La llamada
“Reina del Pop” se sinceró hasta las lágrimas al reconocer que a veces no tiene
la energía suficiente para un show más, debido a las diferencias que enfrenta
con su hijo Rocco..
Luego de una
hora de actuación del DJ Lunice y con más de dos horas de retraso de la hora establecida
en boleto, la cantante apareció en el escenario a las 22:16 horas generando
gran euforia en los presentes que ya ansiaban el inicio del show.
Este es el
primero de dos que ofrecerá la “Reina del Pop” en esta ciudad como parte del
The Rebel Heart Tour, que diera inicio el pasado mes de septiembre.
Como en sus
anteriores presentaciones de la gira, el espectáculo arrancó con tres pantallas
gigantes en donde se proyectó la imagen de la intérprete.
Mientras unos
samuráis tomaban su lugar en la intersección de la cruz del escenario para
desfilar y llegar a la base en donde se ocultó otra pantalla al momento que las
dos restantes se extendieron para dar espacio a una gran jaula en la que
apareció Madonna interpretando "Iconic".
Custodiada
por los samuráis vestidos de dorado y grandes cruces, la diva de 57 años, que
usó un vestido rojo con toques negros y su largo cabello rubio suelto, hizo la
coreografía del primer tema de esta gira en la que la energía electrónica tomó
gran fuerza.
Después de
saludar con un "México, cómo han estado?", la artista retomó una
enérgica coreografía acompañada de bailarinas vestidas de geishas y,
posteriormente, nuevamente los samuráis que se amontonaron a su lado para coordinar
los movimientos al ritmo de "Bitch, I'm Madonna".
Hace calor
aquí", dijo la estadounidense para quitarse, con facilidad, la parte baja
de su vestido mostrando sus piernas delineadas por unas medias negras a juego
con su atuendo de piel, con el que dio vida a "Burning up" mientras
tocaba una guitarra eléctrica con la que recorrió la pasarela en cruz.
Al continuar
con su repertorio, cuatro tubos gigantescos aparecieron en el estrado y fueron
custodiados por cuatro bailarinas con atuendo que simulaban a monjas con
bikinis que realizaron desafiantes movimientos.
Mientras, la
cantante bailaba junto a ellas y ofrecía el tema "Holly water", que
luego se transformó en el clásico "Vogue", para terminar en una mesa
simulando la última cena de Cristo en donde fue cargada y ofrecida como un
banquete sensual.
La temática
religiosa y las representaciones que convertían el show en pequeñas piezas
teatrales continuó con el tema "Devil Pray" en la que se hizo
presente el tema del bautismo con imágenes en video y bailarines envueltos en
mantas blancas.
Un joven que
jugó con una tela blanca movida por el viento de varios ventiladores fue la
ilustración para "Messiah", tema en el que sólo se escuchó la voz de
la artista y se contempló su imagen en la pantalla, al tiempo que otro bailarín
recreó una danza en una gran pantalla inclinada en el escenario que pareció
arder en llamas.
Sin
detenerse, el show cambió de tema y apareció un taller mecánico donde Madonna
jugueteó, coqueteó y rechazó a los bailarines que la acompañan en el tema
"Body Shop".
"¿Alguien
quiere trabajar en mi tienda?", preguntó la artista a la audiencia con la
que estableció una conversación con algunas palabras en español.
Algunos de
los bailarines mostraron su cuerpo al público, entre los que se encontraba una
chica vestida como Frida Kahlo.
"Si
Frida estuviera aquí seguro le gustaría estar en este taller también. Vamos a
ofrecerle un homenaje a Frida Kahlo toda la noche", señaló la intérprete,
quien tomó un ukulele para cantar "True Blue".
Volviendo al
ritmo y al movimiento, Madonna continuó el show con "Deeper and
Deeper", cobijada por sus bailarines con los que llegó al final de la
pasarela un corazón en el que cayó una escalera en la que cantó
"Heartbreak City" mientras luchó con un hombre al que finalmente
lanzó por la borda para quedarse cantando.
Sencillos
pasos de baile y movimientos de cadera fueron el complemento para la nueva
versión que Madonna hace de "Like a Virgin", con la que sedujo a los
fanáticos que rodearon la cruz por la que se paseó saludando y bailando, hasta
que una plataforma la levantó desapareciéndola y dejando el recuerdo de sus
pasos con claro sentido sexual.
Cuatro camas
en donde parejas de bailarines simulan tener relaciones sexuales son el centro
de atención mientras Madonna desaparece nuevamente del escenario y su voz sigue
sonando para dar paso a la tercera parte del show.
De pronto, se
abrió una nueva compuerta de las muchas diseñadas para la funcionalidad del
escenario para abrirle camino a la cantante que recorrió de principio a fin la
pasarela con una enorme capa de color rojo con un corazón brillante mientras
interpreta "living for love", ahora con un ajustado traje de torera.
El sonido de
una guitarra española y las castañuelas dieron la bienvenida a "Isla
Bonita", que se escuchó entre una fiesta de bailarines que continuaron la
celebración gitana con una coreografía flamenca para luego pedir el
reconocimiento del público que los recompensó con un aplauso.
Colores e
imágenes vibrantes de bordados se proyectaron en las pantallas al compás de
"Dress you up", en un momento festivo en donde la cantante, vestida
de flamenca, llamó a México y simuló brindar con tequila para culminar sentada
en una silla recibiendo la ovación del público.
"Esta es
mi parte favorita del show. Como han visto hemos sido influenciados por la
cultura mexicana y ahora me libro de las maracas, no puedo bailar ni cantar
más, pero ustedes me ayudarán; pueden contar hasta tres en español y si alguno
de mis bailarines tira las maracas recibirá un castigo", dijo la rubia que
estableció un diálogo con el público en un juego en donde dio nalgadas y besos
a una bailarina.
En un momento
emotivo, Madonna recordó a Frida Kahlo: "Ella me ha inspirado mucho como
artista desde que era niña, y quiero dedicar esta canción a ella porque ella
siempre se buscó así misma a en sus pinturas, y yo me busco a mí misma, en mis
canciones, así que dedico esta canción a ella", expresó la reina del pop
quien cantó con su guitarra "Who's that girl".
Luego
"Ghost town" alargó el momento en donde la ganadora de diversos
premios Grammy hizo gala de su voz, dejando los coros de apoyo y el movimiento
del lado para ofrecer un momento de cercanía y complicidad con su audiencia, la
cual celebró su entrega.
"Desde
la punta de mi corazón agradezco a todos mis fans en México y de Latinoamérica
en general porque me han apoyado mucho, no pueden imaginar lo agradecida que
estoy por más de tres décadas. Muchas gracias.
Ustedes
hicieron esto posible para mí, así que gracias", dijo la también actriz
quien en respuesta recibió el repetido de "óMadonna!".
Siguiendo el
discurso, la artista de 57 años se sinceró con su gente hasta el llanto.
"Hay tiempos desafiantes en la vida, ahora es uno de ellos y a veces
pienso que ya no puedo hacer un show, que ya no tengo la energía o
fuerza", reveló la intérprete cuya voz se quebró interrumpida por el
llanto y los gritos de la gente.
"Pero al
ver sus caras y sus ojos, veo amor y me dan la fuerza, siento sus corazones
latiendo con el mío. Si son un corazón valiente, aplaudan", dijo para
interpretar "Rebel Heart", de pie frente a sus seguidores, para luego
desaparecer mientras la pista de "Iluminati" se escuchó y bailarines
pendían de altos tubos.
La energía y
espectacularidad regresaron con las coplas de "Music". Ahora con un
vestuario al estilo de los años 20, en el que la amable burla así misma volvió
a hacerse presente.
"Si
quieren que algo se haga, hágalo ustedes mismos", dijo la también
bailarina al tratar de subir en un piano y mostrarse cansada pero con ánimo de
seguir con fuerza como lo demostró en la enérgica coreografía de
"Music" y "Candy".
El éxito
"Material girl" también formó parte del programa pero en una versión
completamente diferente y con una puesta en escena divertida en donde aventó a
sus bailarines por la pantalla inclinada por la que ella misma cayó para luego
recorrer la pasarela con un velo de novia.
Luego de
hacer un juego en donde arrojó el ramo a un hombre con el que habló, la
cantante estableció que este año solo saldría con hombres que tuvieran trabajo
y de manera divertida se dedicó así misma y al público el tema "La vie en
rose", la cual entonó haciéndose acompañar de un ukulele y el coro de los
más de16 mil asistentes.
Aunque los
pasos de baile fueron menos y con menor efusividad que en giras pasadas, al
igual que la potencia de su voz, la espectacularidad y el contacto con el
público fueron los ingredientes básicos de esta gran velada llena de talento
que finalizó con una fanática vestida de Frida Kahlo, quien bailó en el
escenario con Madonna, quien se puso una playera con la imagen de la fallecida
pintora.
"Siempre
quise conocer a Frida y ahora está aquí", dijo la también directora quien
abrazo a la seguidora a quien regaló un plátano, para luego despedirse de su
público y culminar el espectáculo de más de dos horas de duración con el tema
"Holiday".
Fuente: Notimex
Enero/07/2016
www.libertadguerrero.net
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