CIUDAD DE MÉXICO ► El
flujo de peregrinos continúa sin contratiempos en la Basílica de Guadalupe,
procedentes de todos los rincones de la ciudad y del país, sobre todo de las
entidades aledañas al Distrito Federal como el Estado de México, Puebla,
Tlaxcala, Querétaro e Hidalgo.
Sin
embargo, también desde las fronteras norte y sur del país llegan fieles devotos
al recinto religioso para rendirle culto a la Guadalupana.
Algunos
coreando cantos religiosos, otros en nutridos grupos, vestidos de manera
similar, con playeras de colores y emblemas para distinguirse.
También
en grupos llegan los ciclistas, quienes portan en sus espaldas cuadros de la
Virgen Morena, otros más acuden en camionetas de redilas adornadas con flores
de papel o plástico multicolores, así como mantas donde se pueden leer los
nombres de la localidad de origen de los peregrinos.
Durante
todo el día fue constante el tránsito de personas de todas las edades, niños,
jóvenes, adultos mayores, hombres y mujeres, algunas con sus bebés, para
inculcarles desde esa edad el amor y la devoción hacia la Virgen del Tepeyac.
Algunos
fieles sólo llegan a los pies de la imagen plasmada en el ayate de San Juan
Diego y emprenden el retorno a sus lugares de origen; otros más pernoctarán en
el atrio de las Américas.
Otros
ya han dispuesto pequeñas casas de campaña con cobijas para dormir y descansar,
luego de una larga jornada de recorrido hasta la Basílica de Guadalupe.
En
las inmediaciones, mares de gente se pueden apreciar por las cinco vialidades
que concurren a la Basílica, sobre todo en las calzadas de Guadalupe y de los
Misterios.
Algunos
feligreses, después de visitar a la Virgen Morena, se trasladan a la Casa del
Peregrino en busca de un lugar para dormir, otros más lo harán en los mismos
autobuses en los que llegaron al recinto.
Los
distintos puestos de socorro que se instalaron en el atrio y las inmediaciones
del templo mariano han atendido a decenas de personas por malestares menores
como laceraciones en los pies, rodillas o problemas de presión arterial o
glucosa elevada debido al esfuerzo en sus largos trayectos.
Por
medio de altavoces, se localiza a quienes se han extraviado entre la multitud,
sobre todo menores o adultos mayores, para que se reúnan con sus familiares.
A lo
largo del día también fue una constante la entrega de bebidas como agua, café,
atole, refrescos y alimentos como tortas, cuernitos, tamales y tacos de guisado
o carnitas que prepararon feligreses desde coches, camionetas o sobre mesas
colocadas en la banqueta en las afueras de sus domicilios para pagar mandas por
algún milagro que atribuyen a la Virgen.
Fuente: Notimex
Diciembre/12/2015
www.libertadguerrero.net


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