¡VOY
MANO!
•Walton, el “delicadito”
[Por Emilio García Cárdenas]
Delicadito… y más.
Así resultó el ex alcalde de Acapulco, Luis Walton Aburto, ante las críticas
vertidas en su contra por un solo columnista, Ángel Irra Carceda, en torno a su
irracional postura sobre la deuda millonaria heredada por administraciones
anteriores al nuevo alcalde, Evodio Velázquez Aguirre, que hay que aclarar
nunca se le endilgó, pero él solo se ensacó.
Y miren que no han
sido las peores críticas. Hay que recordar cómo le llovió al “delicadito” en
medios de todo tipo –incluidas las redes sociales- cuando imprudentemente
declaró al inicio de su administración que la violación de que fueron objeto
seis turistas españolas “sucede en cualquier parte del mundo".
Las desafortunadas
declaraciones del “delicadito” generaron críticas allende las fronteras del
estado y el país. Por supuesto, en España lo menos que le dijeron fue “idiota”.
Juzgue usted la
editorial del diario El País publicado un 6 de febrero del 2015:
“El visionario de
Acapulco
Cuando menos falta
nos hace, salta un visionario de verbo corto y nos dobla la indignación de
asco, o al contrario. Ahí está, de ejemplo, un tal Luis Walton Aburto, de
profesión alcalde de Acapulco, que ha soltado a propósito de la violación de
seis jóvenes españolas en la zona. ´Es lamentable, pero sucede en cualquier
parte´.
Pues usted perdone,
jefe, pero en cualquier parte no. Estos delitos no deberían ocurrir, en rigor,
en ninguna parte, y no sé yo si este hablador a destiempo es cojo de sintaxis o
un acostumbrado a la barbarie, que a lo mejor hasta son compatibles ambas
cosas. Acapulco, y más concretamente el Estado de Guerrero, donde este señor
tiene batuta, es un rincón de pobreza y violencia, uno de esos paraísos de
palmera donde adornan el hall de los hoteles con la advertencia inquietante:
«Por su seguridad, mejor permanezca en el recinto.
Estas frases sí que
no suceden en cualquier parte. Como tampoco en cualquier parte sale un alcalde
alegre a ponerle prosa intolerable a un asalto salvaje. Mejor, quedarse
callado. Y casi aún mejor, en su casa”.
Gracias, Dios, por
habernos librado de un gobernador tan intolerante como hubiese sido este,
sobrino, por cierto, de un defenestrado e igualmente intolerante gobernador de
Guerrero, Raúl Caballero Aburto, responsable del asesinato de decenas de
estudiantes el 30 de diciembre de 1960 en la plaza principal de Chilpancingo.
Por algo el PRI, de
donde proviene, lo más que lo hizo fue regidor en alguna ocasión.
Hay mucho que hablar
y mucha tela que cortar del funesto periodo –inconcluso, para variar- del
“delicadito” Walton, pero el espacio es corto en este medio que generosamente
me concede la oportunidad de opinar.
Seguiremos en otra
entrega.
PD. Referencia al término “delicadito”: Que es
suave, fino o débil y es fácil de estropear, romper o deteriorar. Que quede
claro, y para que no se vaya “el delicadito” nuevamente a escamar.
[Usted acaba de leer un artículo de
opinión cuyo contenido refleja el punto de vista del autor.]
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