►Peña Nieto cede a la
presión de Washington y traslada 13 criminales a Estados Unidos
SAN DIEGO, CALIFORNIA, EU ► Luego de su extradición, la Fiscalía Federal
del Distrito Norte de Georgia busca decomisar a Edgar Valdez Villarreal, “La
Barbie”, toda la fortuna que amasó producto de transportar y distribuir cocaína
en Estados Unidos.
El Universal tuvo acceso
a la acusación 1:09-cr-00551-WSD-JFK que se mantenía clasificada. En ésta se
detalla que Valdez y otros seis narcotraficantes conspiraron deliberadamente
para delinquir desde el año 2004 en Estados Unidos.
“La Barbie” comparte cargos con Carlos
Montemayor “El Licenciado”; Rubén Hernández “Secre”; Juan Montemayor; Roberto
López “Shrek” y Jesús Ramos el “C-1”.
En la acusación
no se revela el monto total de droga que pudieron haber contrabandeado, sin
embargo especifican que empezaron con al menos cinco kilogramos.
Desde el 2004, Valdez
Villarreal es acusado de adquirir fondos, derivados de la venta de sustancias
controladas y luego transferir y entregar, a otros narcotraficantes, el dinero
que más tarde sería transportado a México.
“Transportaron el dinero
en camiones, tracto camiones a Texas, donde la moneda sería transportada a
través de la frontera con Estados Unidos y México. Aquí fue aceptada por otros
conspiradores y subordinados”, detalla la acusación contra Valdez.
Es por esto que el
Gobierno irá por los bienes que adquirió “La Barbie”, producto del narcotráfico
y toda propiedad derivada de los fondos obtenidos, directa o indirectamente de
estas violaciones. Además deberá entregar una suma de dinero igual a la cantidad
involucrada en los delitos por los que se le condenará.
México reactiva las extradiciones
con la entrega de Valdez Villarreal
CIUDAD DE MÉXICO ► México dejó ayer de lado
su orgullo y volvió abrir la puerta grande de las extradiciones. En un sonoro
golpe de efecto, el Gobierno de Enrique Peña Nieto puso en manos de
Estados Unidos a 13 criminales de alta peligrosidad, entre ellos el legendario
jefe de sicarios Édgar Valdez Villarreal, alias La Barbie, y el
antiguo líder del cartel del Golfo, Jorge Costilla- Sánchez, El Coss.
La magnitud de la decisión, sin apenas precedentes en este mandato, no se puede
entender sin la reciente fuga de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo,
de una prisión de máxima seguridad. La huida humilló al país y despertó profundas
reticencias en el gran vecino del norte. Con la extradición, el Ejecutivo
mexicano busca recuperar la confianza de Washington y, de paso, dejar claro al
narcotráfico y al propio Guzmán Loera que no habrá otra oportunidad para él ni
los suyos.
La extradición fue un
arma que el anterior presidente, Felipe Calderón, empleó sin vacilar. En un
mandato que pasará a la historia por su enloquecida guerra contra el narco, con
80.000 muertos y 20.000 desaparecidos, la entrega de criminales a Estados Unidos
sirvió tanto para exhibir la proximidad a Washington, como evitar que los
narcos se aprovechasen de los mil subterfugios que ofrece el sistema penal
mexicano.
La llegada de Peña Nieto
al poder modificó esta ecuación. Las extradiciones se redujeron
drásticamente y apenas se aplicaron a grandes criminales. A cambio, se
puso en marcha una política de seguridad, muy en línea con la fibra patriótica
del PRI, que buscaba demostrar que el Estado mexicano se bastaba a sí mismo
para perseguir, juzgar y encarcelar a los capos. A favor de este giro jugó una
opinión pública escaldada por la constante e hiriente intromisión
estadounidense en operaciones antinarcóticos mexicanas. El paso del tiempo, sin
embargo, fue reblandeciendo esta renuencia, hasta que el ascenso de una nueva
procuradora general y la increíble fuga de El Chapo, con sus tenebrosas
connivencias, la han puesto en la picota.
Fuente: El Universal y El País
Octubre/01/2015
www.libertadguerrero.net
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