REPORTE ESPECIAL ► Las mujeres han tenido
una destacada participación en la Caravanas. Tanto en los proyectos de
desarrollo artístico y comunitario, en el papel de talleristas o participante,
como en los conciertos y presentaciones artísticas, han tomado parte activa
involucrándose en los procesos de manera comprometida.
Irma Romero Ávila vive en Zirándaro. Asistió al taller de pintura
Construyendo Sueños, impartido por el maestro Gerardo de León Naranjo durante febrero
cuando las Caravanas Culturales por la Paz estuvieron en ese lugar. Irma
encontró en este taller una manera de curar un duelo personal: su hijo murió
siete meses atrás. “He aprendido a expresar mi alma, a olvidarme de todos mis
problemas”, dijo al responder sobre lo que había aprendido en el proyecto de
pintura.
Irma nunca había tomado un taller cultural. Decidió acercarse a este
proyecto cuando buscaba la forma de salir de la depresión en la que se
encontraba. Se dio cuenta que el aprendizaje de alguna disciplina artística
ayuda considerablemente en el proceso de recuperación ante pérdidas y
experiencias violentas.
El cuadro que realizó fue la imagen al óleo de un cuinique, una clase de
ardilla que habita en la zona de Tierra Caliente. Irma mostró con orgullo su
trabajo cuando se realizó la exposición de fin de trabajos del taller. Irma
deseaba la continuidad de este tipo de iniciativas, que no fuera algo de un
momento solamente.
Otro ejemplo de la participación femenina en Caravanas es el taller de cocina en Tlalchapa, que brindó a las
mujeres de esta localidad una oportunidad de reforzar y adquirir nuevos
conocimientos sobre la preparación de platillos típicos de Tierra Caliente,
pero sobre todo, una oportunidad de convivencia con otros miembros de su
comunidad.
Mercedes Medina y Norberta López Macedo, responsables del proyecto
Rescate de la comida tradicional calentana, están convencidas del éxito de esta
iniciativa: “este taller permite que conviva el pueblo, gente de otras
comunidades; aparte de que conocen algo nuevo, conviven”, explicaron.
En el taller se realizaron tamales nejos (una variedad típica de Tierra
Caliente que se prepara con ceniza), uchepos (tamales de elote), frijoles
puercos y combas (frijoles de la región), entre otras cosas. Las participantes,
mujeres habitantes del municipio de
Tlalchapa, pudieron compartir sus conocimiento culinarios, además de
pasar buenos momentos.
“De lo que se trató el curso fue de compartir no sólo recetas sino
compañía”, mencionó Mercedes, quien estuvo cerca de dos semanas instalada en
Tlalchapa compartiendo sus conocimientos de la comida calentana.
Más allá de la escena típica de mujeres trabajando en la cocina, lo
importante de este taller fue la intención de acercar a las mujeres entre sí,
de provocar la convivencia, el contacto con el otro y crear un espacio de intercambio, lo cual está en consonancia
con uno los objetivos primordiales que persiguen las Caravanas en todas sus
actividades: el empoderamiento de la gente a través del arte y la cultura.
Por Staff de Redacción
Julio/06/2015
www.libertadguerrero.net
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