ENTRESEMANA
•Violar
la ley y negociarla
[
Por Moisés Sánchez Limón ]
En estricto
sentido jurídico las leyes se han hecho para aplicarse, observarse y
respetarse. Verdad de Perogrullo, pero en México la vida es al revés. Decir no,
quiere decir sí; dudar respecto de una decisión implica llamar al contrincante
a negociar. ¿Negociar la regla vigente, aprobada por mayoría en el Congreso de
la Unión?
Ese es un
procedimiento básico de los políticos mexicanos que, luego de aprobar enmiendas
legales, negocian su aplicación, cuando ésta simple y llanamente debe acatarse.
El caso de la Ley
de Transparencia, por ejemplo, lleva más de cinco lustros de ser discutida,
reformada y perfeccionada y, vísperas de concluir el último periodo ordinario
del tercer años de la LXII Legislatura federal, aún se discute su procedencia.
Las implicaciones de transparentar los dineros públicos que se entregan incluso
a particulares, pero igual a sindicatos, partidos y las Cámaras en el Congreso
atoran los acuerdos.
Lo mismo ocurre
con el Sistema Nacional Anticorrupción, atorado por bemoles entre las bancadas
del PRI y del PAN, con su ingrediente del perredismo. Temor a ser
transparentes, temor a que los corruptos que hay en sus filas sean llamados a
cuentas, aunque este ha sido un asunto de demagogia que el país arrastra desde
aquellos días de la Renovación Moral de la Sociedad invocada como slogan de
campaña por el entonces candidato Miguel de la Madrid, que luego sería el
sello, igual demagógico, de su administración.
Por ello, cuando
a partir de la reforma electoral de 1990 nació el Instituto Federal Electoral,
merced a una reforma política impulsada por Carlos Salinas de Gortari para
despejar las dudas respecto de su triunfo en la elección presidencial de 1988,
los partidos políticos también se dieron las reglas de la contienda mediante el
Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (COFIPE).
Luego, en 1993
mediante otra reforma al COFIPE, el Congreso de la Unión otorgó al entonces IFE
las atribuciones de declarar la validez de las elecciones de diputados y
senadores, expedir constancias de mayoría para quienes ganaran esos cargos y,
algo importante, instalar topes de gastos de campaña.
Peeero. Por lo visto, esas reglas no tuvieron
el efecto que la incipiente democracia demandaba. Una y otra vez partidos de
todas naturaleza violaron las disposición e incluso hubo algunos como el
Partido de la Sociedad Nacionalista, membrete controlado por un matrimonio que
se alzó con todas las prerrogativas aportadas por el IFE las dietas de la
Cámara de Diputados.
Lo mismo pasó con el Partido Alianza Social,
de efímera existencia, que engordó los bolsillos de más de cuatro vivales.
¿Alguien los llamó a cuentas? Se fueron de la
Cámara de Diputados con más pena que gloria, después de haber hecho el
negociazo de crear un partido político. Tal vez éste no sea el caso de los
nuevos partidos que se juagan la vida en este proceso comicial intermedio.
Pero, ¿por qué el
consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova
Vianello, exhortó a los partidos políticos y candidatos a que ejerzan
responsablemente sus prerrogativas, incluidas las franquicias postales, y para
que su participación en estas elecciones marque un parteaguas en el apego a la
legalidad?
Córdova Vianello, de acuerdo con la versión
oficial, recordó a estos personajes que es su responsabilidad respetar los
topes de gastos durante las campañas, para propiciar la participación en las
urnas, evitar defraudar a los votantes y no caer en los supuestos de nulidad
que estableció la pasada reforma electoral, los cuales constituyen la sanción
más drástica que puede darse en un sistema democrático.
Aún más, luego de la firma de un convenio con
el Servicio Postal Mexicano para actualizar el servicio de
franquicias postales para partidos políticos y candidatos independientes
durante el periodo de campañas, el consejero presidente insistió en la
importancia de elevar el nivel de la política.
El próximo
domingo arrancan las campañas, vaya, Córdova Vianello está recordándole a
dirigentes partidistas y candidatos, que deben apegarse a los dispuesto por la
ley y confió en que las obligaciones de transparencia y el rigor en la
fiscalización a los partidos políticos sean incentivos para su
profesionalización y no un lastre para su desarrollo. ¿Es necesario
enfatizarles que cumplan con la ley?
Sin duda el Tribunal Electoral del Poder
Judicial de la Federación tendrá suficiente trabajo postelectoral. Porque éstos
muchachos violan las leyes que se dieron y luego las negocian. Si ya saben cómo
son, para qué votan por ellos. Digo.
MIÉRCOLES. Con una severa gripa me ausento
unos días. Entresemana volverá el miércoles 8 de abril. Conste.
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