►Mientras organizaciones civiles
denuncian abusos al menos en 17 estados, el Índice
Global de esclavitud en el país señala que 266 mil personas son víctimas
CIUDAD DE MÉXICO ► México ocupa el primer lugar en América Latina del Índice
Global de Esclavitud 2014 con al menos 266 mil 900 personas víctimas y en
ese contexto organizaciones civiles denuncian que en al menos 17 estados
del país los jornaleros agrícolas trabajan en condiciones de constante
violación a sus derechos fundamentales.
La
organización Walk Free, con sede en Australia, denunció que la
esclavitud sigue siendo una realidad global y que la laboral ocupa un
papel privilegiado entre los tipos de esclavitud que todavía se ejercen.
México
aparece en el lugar 18 del ranking mundial de esclavitud de entre 166 países. Lo
superan India, China, Pakistán, Uzbekistán, Rusia, Nigeria, la República
Democrática de Congo, Indonesia, Bangladehs, Tailandia, Sudán, Egipto, Etiopía,
Tanzania, Iraq, Irán y Vietnam.
Según el
informe con el Índice Global de Esclavitud, en México los sectores
formales que más se benefician de ésta son los agrícolas, minero y de turismo.
En ese
sentido, la Red de Jornaleros Agrícolas denunciaron el viernes que la
explotación laboral de jornaleros alcanza a dos millones de personas que
trabajan en campos o fincas de Sinaloa, Sonora, Baja California, Baja
California Sur, Chihuahua, Guanajuato, Zacatecas, Jalisco, Nayarit, Colima, San
Luis Potosí, Querétaro, Veracruz, Morelos, Hidalgo, Michoacán, Estado de México
y Chiapas.
El 90% de los
trabajadores de esos campos no cuentan con un contrato formal de trabajo y
laboran al menos 15 horas al día, aunque la Ley Federal del Trabajo señala como
jornada legal una de hasta ocho horas.
“En promedio, la jornada media laboral de los jornaleros agrícolas es de 57 horas para los hombres y 65 para las mujeres”, denuncian oranizaciones civiles.
Las condiciones
de hacinamiento en la que viven estos trabajadores ha provocado que de
2007 a marzo de 2015 al menos 40 niños hayan muerto en campos
agrícolas ya sea por accidentes de trabajo, atropellos, picaduras de insecto,
desnutrición o falta de atención médica, según un registro del Centro de
Derechos Humanos Tlachinollan.
Los datos
también muestran que más de la mitad de los trabajadores de esos campos y fincas
son originarios de los estados más pobres de México como Guerrero, Oaxaca,
Chiapas y Veracruz.
Sobre el papel
de las autoridades para combatir la esclavitud laboral en casos como el de
jornaleros agrícolas, el Índice de Esclavitud Global señala que México obtiene
una calificación ‘B’, en una escala AA-D; pues la respuesta del gobierno
todavía no es la adecuada, con tendencia a criminalizar a las víctimas y no
apoyarlas.
En México,
entre el 21 y 22 de marzo se rescató en Colima a 49 jornaleros indígenas
originarios de Guerrero que recibían tres pesos por una cubeta de pepino
recolectado, por lo que por más de doce o quince horas de trabajo no alcanzaban
a juntar el salario mínimo.
Según el
reporte de la Secretaría de Trabajo, los jornaleros vivían en condiciones
deplorables sin acceso a agua potable, alimentos, trajes protectores contra
pesticidad o fertilizantes; baños o letrinas.
Pero además,
en el norte del país, en Baja California, se mantiene una huelga laboral
que inició el 17 de marzo pasado cuando los jornaleros del valle de San Quintín
exigieron a los empresarios agrícolas sueldos justos por su labor; además
de prestaciones como vacaciones, aguinaldo y afiliación al Instituto Mexicano
del Seguro Social (IMSS).
La Red de Jornaleros Agrícolas insiste en que las condiciones laborales del Valle de San Quintín es un ejemplo de lo que ocurre en todo el país con el trabajo en el campo y fincas.
“La pobreza y
marginación que prevalece en las comunidades campesinas e indígenas es una de
las condiciones que propicia la vulnerabilidad de los derechos de las y los
Jornaleros Agrícolas migrantes. Esta población debe abandonar sus comunidades
de forma estacional, temporal o permanente para buscar empleos en el sector
agrícola, dado que es la única oportunidad que les llega. Esta situación es
aprovechada por la agroindustria para dar escasas o nulas condiciones sociales
y laborales a estos trabajadores”, señala la Red.
Los
jornaleros de San Quintín exigen un pago mínimo por jornada de 300 pesos, de
los 100 que reciben actualmente. En las mesas de negociación, además de los
trabajadores y empresarios agrícolas participan autoridades estatales y locales
interesadas en acabar con el conflicto laboral que tiene paralizada la
actividad económica de la región.
Fuente:
Animal Político
Marzo/31/2015
www.libertadguerrero.net
0 comments :
Publicar un comentario
Por favor, ingresa tu correo electrónico para poder contactarte posteriormente... Gracias por visitarnos.