ENTRESEMANA
• Max
Cortázar-Moreno Valle, la campaña
[ Por Moisés Sánchez Limón ]
La foto es impecable. Rafael Moreno Valle
Rosas, gobernador de Pueblo, micrófono en ristre, corbata roja destacada sobre
la camisa blanquísima, mejillas rubicundas y de pelo engomado dibuja una
sonrisa. La escena es en la ceremonia protocolaria, celebrada el pasado 14 de
enero, en la que atestigua cómo Gerardo Maximiliano Cortázar Lara rinde
protesta como coordinador General de Comunicación, Difusión y Promoción de su
gobierno.
Que se sepa, ninguno de los antecesores de
Max fue objeto de una ceremonia de tal naturaleza y menos le fue otorgado un
ente público con nueva denominación, presupuesto y personalidad propios vía
decreto que rompe el cordón umbilical que le asía dependiente de la Secretaría
de Educación Pública, la misma que ocupó el hoy secretario General de Gobierno
de Puebla, Luis Maldonado Venegas, en vías de ir en pos de una diputación
plurinominal por el PRI.
A las alianzas PAN-PRD, Beatriz Paredes
Rangel calificó antinatura. Cómo denominar a esta alianza de Moreno Valle con Cortázar
Lara, si apenas unos meses antes el ex vocero de Felipe Calderón le había
declarado la guerra a Rafa gobernador, cuando éste despreció la invitación que
le hiciera el entonces alcalde de la capital poblana, Eduardo Rivera Pérez.
La flaca memoria lleva a olvidar lealtades,
provoca ruptura de hermandades y es madre del cinismo. ¿Por eso Moreno Valle
olvidó que en febrero de 2014 Max lo acusó de juego sucio a favor de Gustavo
Enrique Madero, en esa contienda por la presidencia nacional del PAN?
Digamos que todo por poder que trae aparejado
el dinero. Así se entiende, sin etcéteras de por medio, que Max Cortázar haya
echado al desván su antimorenismo y que Rafa gobernador acuse amnesia selectiva
y no recuerde que el ex Timbiriche lo odiaba.
Además, en casi dos años, hasta que llegó
José Isabel Trejo Reyes a la coordinación de la bancada del PAN en la Cámara de
Diputados, Max fue, literalmente, voz-cero de este grupo parlamentario,
aunque figuró más en el control de todos los dineros destinados para el manejo
de su área, recursos de los que no hay, hasta el momento, un informe público.
Casualmente, todos los escándalos que se
suscitaron en el seno de la bancada panista en el Palacio Legislativo de San
Lázaro, trascendieron sin rubor contra legisladores afines al maderismo. A los
diputados que se acusó de cobrar “moches” por tramitar partidas presupuestales
a municipios, Max los dejó en la orfandad. Y esto dañó la imagen del PAN.
Vaya, incluso cuando la diputada panista
guanajuatense Elizabeth Oswelia Yáñez Robles, aseguró que todos, todos, los
diputados del PAN harían pública su declaración patrimonial, Max fue pillado
con los dedos en la puerta y debió desmentir a su compañera de partido y de
bancada porque no había tal acuerdo. El responsable de la comunicación
panista era el mejor desinformado del grupo parlamentario.
¡Ah!, pero el control de los recursos era
férreo. Supuestamente pagó campañas para promover la imagen de los legisladores
panistas, mas éstas no trascendieron. ¿A quién pagó jugosos convenios
publicitarios?
En fin. Max es el enésimo responsable del
área de prensa que, en los cuatro años de su administración, ha tenido el
gobernador Rafael Moreno Valle Rosas que hoy considera a Max un personaje
especial y en quien ha apostado su futuro político. Lo cree experto en materia
de comunicación, quizá porque Max aprendió entre reveses cuando fungió
--¿fingió?—como director de comunicación del entonces presidente Felipe
Calderón Hinojosa.
Max, sin duda, confundió las baquetas con la
máquina de escribir y cree que es un experto porque así lo garantiza un
diplomado en Análisis y Diseño de Comunicación Política, que tomó en la
Universidad Iberoamericana; y otros en Relaciones Exteriores y en Comunicación;
pero se niega a identificar como igual evita referir su nivel de estudios, los
básicos.
El hecho indiscutible es que la política de
comunicación en el sexenio de Calderón no fue, por mucho, un ejemplo de cómo se
debe operar la relación con los medios de comunicación, a los que, por cierto,
Felipe detesta pero se vio obligado a negociar con los que, desde esa óptica de
Max y sus asesores, estimó “medios nacionales”; éstos, concluidos los acuerdos
y el sexenio, terminaron descalificándolo rotundamente.
Dice la conseja popular que en tierra de
ciegos, el tuerto es rey.
Y en Puebla, salvo contadísimas excepciones,
los medios de comunicación, electrónicos e impresos y por la Internet, están
controlados por Moreno Valle, tanto que cuando aquella represión de julio de
2014 contra vecinos de la comunidad de San Bernardino Chalchihuapan, cobró la
vida de un niño, se convirtió en escándalo y puso en predicamento al gobierno
de Rafael, éste desplegó una millonaria campaña que alcanzó a diarios,
estaciones de radio, ciertos columnistas de importantes cotidianos y hasta espacios
en televisión abierta, para dar por sentado que los jenízaros bajo las órdenes
de Facundo Rosas, eran inocentes.
Pero, bueno, si Max no es un experto ni
mediamente profesional de los medios de comunicación pese a sus “diplomados”,
porque incluso, como dice el doctor René Drucker, “ser doctor no quita lo
pendejo”, cuáles son los atributos que le vio Rafael Moreno Valle Rosas para
entregar en sus manos imagen y desempeño gubernamental, justo cuando se
encamina hacia su último año y medio de administración.
Lo que interesa a Moreno Valle son las
relaciones que, durante su paso por Los Pinos, hizo Max en los medios de
comunicación de influencia nacional.
Formalmente, Moreno Valle Rosas debe entregar
el cargo a quien gane la elección de 2016, el 31 de enero de 2017, es decir,
apenas meses antes de que los partidos políticos definan a sus candidatos a la
Presidencia de la República. Y él quiere ser el candidato presidencial del PAN,
aunque en lo doméstico ya tiene como contrincante a Gustavo Enrique Madero
Muñoz y éste no es santo de la devoción de Max.
Por ello, vísperas de rendir su cuarto
informe de gobierno, Rafa gobernador concretó la invitación que había hecho a
Maximiliano Cortázar. El enemigo en casa pero, también, enemigo de su
contrincante, Gustavo Madero, en la carrera por la nominación del PAN a la
Presidencia de la República en 2018. Con Max en Puebla, la campaña presidencial
ha comenzado formalmente y con cargo al erario público del gobierno poblano.
Dios los hizo y ellos se juntaron. Conste.
VIERNES. De gira por Saltillo, en el
marco de la estrategia planteada por el presidente Enrique Peña
Nieto, para no descuidar a la población más vulnerable, el secretario de
Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, puso en marcha el
Programa de Empleo Temporal 2015 en el estado de Coahuila, que ofrece ocupación
e ingreso a personas que ayudan a mantener en buenas condiciones caminos,
carreteras, comunidades y bienes públicos.
Éste es un programa que, a nivel nacional, en
2015 representa una inversión de mil 860 millones de pesos, con los que se
generarán 20 millones de jornales en beneficio de 420 mil personas. De
esta inversión, a Coahuila corresponden 50 millones de pesos, para apoyos
económicos a 10 mil habitantes en 22 municipios.
Ruiz Esparza también inauguró obras de
infraestructura que contribuirán a elevar la competitividad regional del
estado, que destaca por ser el primer productor de vehículos a nivel nacional,
según asegura el gobernador Rubén Moreira. Digo.
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