Empresarios del lugar pretenden que su
iniciativa ciudadana se replique en otros lugares del país dañados en su
economía y actividad turística, como la capital oaxaqueña o Acapulco, Guerrero
HUATULCO ► La
permanente inacción de las autoridades —de todos los niveles de gobierno— fue
lo que provocó que hace unos días (11 de enero pasado) la gente de bahías de
Huatulco formara un grupo de reacción inmediata, para impedir los constantes
bloqueos de carreteras e instalaciones efectuados por maestros de la sección 22
de la CNTE. Es la primera medida de esta naturaleza que emprenden miembros de
la sociedad civil en México.
Así lo explican empresarios del lugar,
quienes informan que pretenden que tal iniciativa ciudadana surja en otros
lugares del país dañados en su economía y actividad turística, como la capital
oaxaqueña o Acapulco, Guerrero.
Por lo pronto, advierten que no
tolerarán un solo bloqueo más de carreteras ni tomas de instalaciones, como
ocurrió el 10 de enero, cuando desalojaron a un grupo de maestros del
Aeropuerto Internacional, después de que los sindicalistas provocaron la cancelación
de dos vuelos y el retraso de otros dos, tanto nacionales como extranjeros, y
pretendían hacer lo mismo al día siguiente, en plena temporada alta de
vacacionistas canadienses y estadunidenses adultos mayores (en estos días hay
70 por ciento de ocupación hotelera).
En Huatulco las afectaciones han sido
considerables en los últimos dos años. Por ejemplo, de más de 400 viviendas de
extranjeros que hay en el lugar, 30 por ciento (120) ha sido puesto en venta a
menor precio de su valor. Se trata de propiedades de gente de Canadá, Estados
Unidos e Italia que solía permanecer en Huatulco cuatro o cinco meses al año,
desde octubre hasta febrero, explica Gustavo López Arce, presidente de la
Asociación de Promotores, Desarrolladores y Constructores Inmobiliarios.
Los huatulqueños reconocen que, debido
a la presencia habitual de personas radicales en las movilizaciones
(embozados), se corre el riesgo de que surjan confrontaciones. Pero eso no los
intimida:
"Entre más locos vengan ellos, más
locos nos ponemos nosotros", alertó uno de los taxistas del aeropuerto que
participó en el desalojo de hace un par de semanas.
"Si ellos sacan un arma, aquí
tenemos cazadores, venaderos, iguaneros que, si ellos disparan, nosotros
también sabemos darle con las escopetas a la fauna nociva", advirtió otro
chofer.
Ya hay un antecedente violento: el 11
de noviembre de 1994, durante el bloqueo de una carretera, una escaramuza acabó
a balazos con un saldo de varios heridos en ambos lados.
El atrevimiento de la gente de
Huatulco, su osadía para confrontar a los maestros tiene una explicación:
ciento por ciento de los habitantes del lugar vive del turismo, explica el
alcalde Darío Pacheco. Además, en este municipio de 40 mil colonos trabajan
ciudadanos de 470 municipios oaxaqueños, mucha gente que huye de la miseria de
otras regiones para prosperar aquí, abunda.
Representantes de la sociedad civil
afirman que no son "un grupo de choque", pero reiteran que actuarán
sin vacilaciones. En entrevista con Milenio, los presidentes de las asociaciones
de hoteleros, restauranteros, comerciantes, empresarios inmobiliarios y
constructores, así como los dirigentes de taxistas, guías de turistas y
lancheros, informaron que han conformado el Comité para la Defensa de Huatulco,
el cual cuenta con una red de comunicación, a través de teléfonos móviles, que
puede movilizar en unas cuantas horas hasta "5 mil personas", según
Roberto Salinas, presidente del comisariado de bienes comunales, y al menos a 3
mil, de acuerdo con López Arce, vocero del comité.
"Tenemos compromisos con una
nómina, con pagos bancarios, créditos, impuestos al Seguro Social, a Hacienda;
entonces, no se vale que un grupo de personas irresponsables venga y atente
contra nuestra economía. No lo vamos a permitir en Huatulco y la idea es hacerlo
a escala estatal", dijo Serafín Juan Juan, presidente de la Canaco.
"Estamos haciendo lo que no hace
el gobierno del estado, que lo tienen maniatado, amarrado, preso", comentó
Avelino Olea, presidente del Grupo de Guías Certificados de Huatulco, que moviliza
a más de 30 mil turistas al año.
"Se entienden las demandas de los
maestros, pero pongámonos en los zapatos de los ciudadanos: aquí un turista
llega y el que vende las paletas, el que tiene su embarcación, el que tiene su
hotel, el que tiene su restaurante, todo mundo se gana un pesito", dijo
Pacheco, militante de Movimiento Ciudadano.
"Hoy en día las autoridades están
atadas de manos ante la CNDH. Les da miedo actuar. No pueden estar protegiendo
a los delincuentes. Al que atente contra una vía general de comunicación hay
que aplicarle la ley, porque es delito", señala Gustavo Ficachi,
presidente de los hoteleros.
"A Huatulco lo vamos a defender a
capa y espada, con todo, y como se pueda", advierte Carmelo Robles,
presidente de la Asociación de Servicios Náuticos. El día del reciente
desalojo, algunos de sus compañeros lancheros y pescadores ya se dirigían al
aeropuerto armados con palos para darles una paliza a los maestros.
Tuvieron que ser contenidos; de hecho,
en un par de videos de aquel 10 de enero, grabados por taxistas del lugar, se
aprecia que algunos de los huatulqueños más enojados insultaron y golpearon
levemente a maestros y luego derriban una lona azul que los mentores habían
colocado para mantenerse en plantón un par de días.
El líder de los taxistas del
aeropuerto, José Hernández, dice:
—El gobierno federal y el estatal se
quedan impávidos y expectantes ante atropellos y destrozos de seudolíderes y
organizaciones que abanderan causas que no les competen. Los maestros gozan de
aguinaldos, sobresueldos quincenales y nosotros no tenemos asegurado el
sustento diario. Dependemos del pasajero que arriba a esta terminal aérea.
—¿Y si vienen más radicales?
—Nosotros estamos en nuestra propia
trinchera, estamos en nuestra propia tierra, y por más poderoso que sea un
sindicato de miles de seguidores asalariados, no podrán nunca contra la gente
de Huatulco.
Se habla al respecto con el líder de
los guías, Avelino Olea.
—¿Y si vienen más más loquitos?
—Dentro de la sociedad también hay
gente loquita. Ese día los controlamos, porque algunos querían hacer cosas más
fuertes, quemar algún carro, golpear a los maestros. Es el riesgo que tenemos
que correr como ciudadanos. Es el riesgo que el gobierno no quiere correr. Está
esperando a que suceda algo. Los maestros deben estar conscientes de que el
pueblo también tiene gente igual de radical que ellos y si en un momento dado
es necesario contestar, contestaremos.
El líder de los hoteleros, Ficachi
Figueroa, explica el hartazgo de la gente:
—Nos cansamos. Nos cansamos del
esfuerzo que estamos haciendo todos por este mágico lugar, para que estos
grupos vengan a frenar lo que estamos construyendo. Hay ciudades con dos o tres
economías, pero aquí todos vivimos del turismo, en todas las fases: desde el
que vende una paleta hasta el gran empresario o el gran restaurantero. No hay
turismo, no hay economía, no hay propina, no hay salario para los trabajadores.
A los maestros les siguen pagando.
Concluye la empresaria restaurantera
Elba Medina de Estudillo, de la Canirac.
—¿No han pensado asesorar a Oaxaca, la
capital, para que cree un comité igual?
—Pues no solo a Oaxaca, a todo México.
Es un ejemplo que podemos dar al resto del país. Los ciudadanos no debemos ser
permisivos en todo lo que nos afecte.
Primera autodefensa desarmada en el
país que surge contra los excesos, no de criminales, sino de maestros.
Fuente: Milenio
Enero/29/2015
www.libertadguerrero.net
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