REPORTE ESPECIAL (www.libertadguerrero.net).- ¿Por qué la Luna no presenta zonas oscuras en su cara oculta similares a las que se extienden en el hemisferio que se muestra hacia la Tierra? La respuesta la acaba de dar un equipo de astrofísicos de la Universidad de Penn (EEUU), que aseguran haber resuelto el enigma de estas grandes planicies de basalto del satélite denominadas mares.
Este misterio se llama Lunar Farside Highlands Problem y se remonta a 1959, cuando la nave espacial soviética Luna 3 transmitió las primeras imágenes de la parte desconocida del astro, bautizada como el lado oscuro ya que nunca se había visto y no porque la luz del Sol no llegara a ella. Fue entonces cuando los investigadores descubrieron que, en esa zona, había un número muy inferior de los llamados mares que en la otra.
Así, Jason Wright, profesor de Astrofísica y su equipo, se dieron cuenta de que la ausencia de este rasgo en la superficie lunar -que se debe a una diferencia en el espesor de la corteza entre el lado que se ve y el oculto-, es una consecuencia de cómo se formó originalmente, algo que dieron a conocer esta semana a la publicación Astrophysical Journal Letters.
El consenso general sobre el origen del satélite es que, probablemente, se formó poco después de la Tierra y fue el resultado de la colisión de un objeto del tamaño de Marte que golpeó al planeta azul. Esta hipótesis del impacto gigante sugiere que las capas externas terrestres y el proyectil acabaron desparramadas en el espacio y con el tiempo formaron la Luna.
Resultado de la energía producida por el choque, partes de la Tierra y del objeto de impacto no solo se derriteron, sino que se vaporizaron, creando un disco de roca, magma y vapor alrededor del planeta azul.
«Su geometría era similar a los exoplanetas rocosos descubiertos recientemente muy cerca de sus estrellas», aseveró Wright. En ese período de su existencia, el astro estaba más cerca de la Tierra de lo que está ahora, aunque los investigadores encontraron que, rápidamente, asumió una posición de anclaje mareal con un tiempo de rotación de la Luna igual al período orbital de ésta alrededor del planeta.
De esta forma, la misma cara del satélite, probablemente, siempre se ha enfrentado a la Tierra desde entonces. El bloqueo de marea es un producto de la gravedad de ambos objetos.
El lado oculto de la Luna, lejano del planeta azul, entonces en ebullición, se enfrió lentamente, mientras que la parte que mira hacia la Tierra se mantuvo fundida, creando una diferencia de temperatura entre las dos mitades.
EL CALOR TERRESTRE. Este gradiente de gradación fue importante para la formación de la corteza lunar, que tiene altas concentraciones de determinados materiales muy difíciles de vaporizar.
El aluminio y el calcio se condensaron preferentemente en la atmósfera del lado frío de la Luna, porque la cara visible todavía estaba demasiado caliente. Miles de millones de años más tarde, estos elementos, combinados con silicatos en el manto lunar, formaron feldespatos plagioclasa, que finalmente se trasladaron a la superficie y formaron la corteza del satélite. Así, la parte de la cara oculta terminó con más de estos minerales y es por eso es más gruesa.
Fuente: AP
Junio/15/2014
www.libertadguerrero.net
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